Capítulo 28 || Desacuerdos.

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Loco

Se ha vuelto completamente loco.

¿Siempre lo ha estado?

Lo observo totalmente anonadada, atónita, en un estado de shock del cual se me dificulta poder salir.

¿Su esposa?

¿Casarme?

¿Con él?

Sí, se volvió completa e irremediablemente loco.

Niego para salir de mi estado aturdido. Inhalo profundamente desesperada, llevándole a la velocidad de la luz el aire que le he negado a mis pulmones. Trago saliva con dificultad, mi garganta se encuentra seca, pero lo que no logra regularizarse, es el latir desbocado y fuerte de mi corazón.

Es descabellada, muy descabellada su petición.

—Estás mal —musito con la voz más ronca delo usual, con un matiz incrédulo que no desvanece la sonrisa que ha plasmado en sus labios y me tiene con una mezcla de sensaciones contradictorias.

Me fascina su sonrisa.

—Si, tú me pones mal, Liss —acerca su rostro al mío—. Cada maldito segundo estás en mi mente. No logro sacarte de ahí por más que lo intente. Te pienso más de lo que respiro y eso me está volviendo loco.

¡Pum! ¡Pum! ¡Pum!

Mi corazón vuelve a latir con tanta fuerza por sus palabras.

Céntrate, Liss.

—No voy a casarme contigo, Christopher —digo con seguridad, volviendo la atención al dilema principal.

Si algo he notado, es lo habilidoso que es para zafarse de los temas. Ha resultado ser un profesional en el arte de la seducción como método evasivo.

Sus ojos, esos preciosos orbes grises sumamente claros se oscurecen lentamente.

—No hago esto por mis emociones, Liss. Te pido casarte conmigo por Isis, necesito construir un matrimonio con alguien que no termine por aprovecharse de mi posición y lo divulgue a los medios. —Es así como mata esa duda que me carcomía sobre su actitud posesiva. —Además, Isis y tú se llevan muy bien y conoces sus miedos. Ha permitido que te acerques a ella más de lo que lo ha hecho cualquiera persona. —Niego sin poder creer que él piense en esto. —Liss, será temporal. Es solo por un periodo de tiempo, luego nos divorciamos y cada quien seguirá su camino, no sucederá nada que no quieras, mucho menos tomaré partido de nuestra unión, te doy mi palabra.

Lo miro con los ojos entrecerrados.

—No, esto es muy serio. ¿Crees que el matrimonio es un juego de niños? ¿Conoces los procedimientos para un proceso de adopción? La evaluación social es primordial, Christopher.

Bufa y se aleja, permitiendo que el aire llegue por completo a mis vías respiratorias.

—¿Qué quieres que haga? ¿Qué deje a Isis a merced de esa familia? ¿Qué se hunda en la depresión por estar con personas que no quiere? ¿Qué crees que pasará con sus ataques de pánico, sus miedos, las malditas sombras que aun siendo inocente la persiguen? —habla con rudeza—. Incrementarán, Liss. Cobrarán más fuerza y terminarán por hacerla presa de las mismas, más de lo que ahora son.

—¿Para qué existen los psicólogos, psiquiatras? No solamente tratan a personas con problemas mentales. —Endurece su mirada.

—Ya la evalua una y ni siquiera ella pudo predecir que Isis ha estado ocultando sus ataques de pánico. ¿Qué crees que pasará si continúa así? ¿Qué crees que pasará en los siguientes años? —Se acerca nuevamente sin despegar sus ojos de mí. Algo en su mirada me hace estremecer y no es de manera agradable. —Terminará siendo igual que yo. Alguien que no permite el contacto afectivo, que evade socializar, prefiere sumirse en silencios, soledad, oscuridad, para evitar que el mundo descubra cuán débil puedo ser por mis propias sombras.

Christopher Grey #5 (Saga sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora