Capítulo 31 || Regreso.

4.4K 447 96
                                    



Jodida mierda.

Leo el mensaje de confirmación de Lucas, mientras observo a la castaña buscar sus documentos, vuelvo la mirada al móvil, donde mamá se empeña en tranquilizarme asegurando que todo está bien, pero no le creo, ha copiado la mierda mala de papá de tranquilizar a los demás mientras la realidad es que el mundo se está desmoronando.

Odio que hagan eso.

Vuelvo la mirada a la castaña, que limpia una y otra vez desesperada sus lágrimas, pero nuevas se dan salida. Parece perdida, como si todo se le fuese encima y la comprendo, no es fácil imaginar que puedes perder en cualquier momento a tu hermana y con ella a sus sobrinos, mis sobrinos.

Guardo mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón y me acerco a ella al ver que intenta tomar con manos temblorosas el teléfono que suena en su cama. Le quito el aparato dejándolo donde estaba y la obligo a mirarme.

Una desagradable sensación se instala en mi sistema al verla así, con sus ojos, nariz y mejillas rojas, sus ojos totalmente cristalinos y las pequeñas perlas de lágrimas que mojan su piel. No hay rastro alguno de la hermosa mujer que me deslumbró con su mirada cargada de inocencia, con sus rasgos finos acentuados por una capa ligera de maquillaje que incrementan su belleza al punto de hipnotizarme, al despertar. Ahora veo a alguien totalmente consumida por el temor y me crea sensaciones extrañas saber que ese sentir asfixiante esté cubriendo a un ser de luz tan puro.

—No te pido que olvides, pero debes tranquilizarte. Ariadna está en manos de los mejores médicos del país. Ambas familias están con ella, papá no permitirá que le pase algo, Liss. Quién necesita un corazón es la mujer que tiene en sus manos la vida de su hijo y sus nietos, no permitirá que le pase nada. —Limpia por inercia las lágrimas de sus mejillas, sin despegar la mirada de sus ojos que me ruegan algo que no puedo cumplir. —Debes tranquilizarte para poder viajar, pequeña. Así no puedes subir al Jet.

Asiente cerrando los ojos cuando mis dedos eliminan la humedad del borde de esos orbes azules. Suspira profundo, muy profundo, para luego exhalar lentamente.

—Quiero estar con ella —pide con la voz completamente quebrada.

—Lo harás. Todo está listo, el piloto espera por nosotros y Lucas está abajo. ¿Estás lista? —Asiente frenéticamente antes de tomar el bolso de hombros que aguardaba sobre la cama y su móvil que sigue sonando insistente.

—Sí, vamos. —Me toma por sorpresa cuando toma mi mano para salir de la habitación.

La sigo igual a pesar de mi estado sorprendido por su actuar. Caminar tomados de la mano no es algo que haya hecho alguna vez, nunca me importaron las relaciones más allá de follar y ya, este tipo de situaciones es totalmente nueva, me genera mucha inquietud, pero lo dejo pasar por su estado.

Como dije, Lucas nos espera impaciente en la entrada principal del edificio. En todo el camino Liss se mantuvo ajena a su alrededor, miraba por el cristal y estrujaba sus manos. En un punto agobiado de verla hacer ese acto, las tomé y envolví con las mías haciendo que toda su atención se centrara en esa unión.

Sus ojos se posaron en mí confundida por mi acción, pero evite hablar de la misma. Ella me obligó a salir tomados de la mano de ese edificio, ahora soy yo quien la obliga a mantener sus manos envueltas por las mías.

Pasamos el filtro de revisión y comprobación de documentos en tiempo récord. Una vez en el Jet recibió una llamada de su tía, quien le aseguró enviaría un Jet para llevarla de regreso a Seattle, pero ella tomó control de todo. La pequeña, aún en medio de su estado aterrado, solucionó ese inconveniente tomando como excusa el tiempo de llegada y nuevamente el de salida del avión que viniera por ella.

Christopher Grey #5 (Saga sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora