Capítulo 11 || Sorpresas.

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Al final, el golpe de Isis si tuvo repercusiones. Una pequeña mancha de sangre manchaba la venda haciendo que Shang y las enfermeras se alarmaran e intentaran prohibirme las visitas.

Isis y Mamá Aurora se retiraron al caer la noche. Ambas pensaban irse de regreso a Portland, pero era algo que no iba a permitir. La noche por lo general se torna peligrosa y el camino a Portland es muy largo, así que sin más les reservé una habitación en el Fairmont Olympic con todo pago. No se merecen menos de ahí después de todo lo que hacen y han hecho por mí.

Nuestra conversación como siempre ronda en torno a Isis y los niños. Se siente inquieta por muchos de ellos que han adoptado actitudes un poco agresivas, muchos de ellos se han metido con mi pequeña y eso me enfureció.

Isis no está preparada para vivir nuevamente agresiones de ningún tipo. Su evolución hasta el momento es satisfactoria y quiero que siga progresando. No es fácil para alguien que vivió un abuso siendo pequeña, tener en estos momentos pesadillas de un hecho que no está en su consciencia. Es como si percibiera hechos atroces de su pasado, como si hubiera sido consciente de ello cuando solo tenía dos años y meses.

Es imposible, pero ella todo lo hace posible. Cada hecho en la vida de esa pequeña se vuelve un hecho trascendental y me inquieta que mi papel en su vida se base en lo mismo, con un propósito establecido del que todavía no hago uso.

En cuanto a Liss, ella es quien más me sorprende.

No, esa jodida castaña me está jodiendo y a lo grande. Aquí me encuentro dos días después de haberse ido sin despedirse, como un completo imbécil añorando verla entrar por la puerta.

Sé que no pasará, me comporte como un idiota al salir del baño. La ignoré de la manera más vil y eso lo ha tomado como una declaración de ruptura a esa extraña comunicación que estábamos iniciando.

La puerta de la habitación se abre dejando ver ese par de ojos azules idénticos al de la castaña. Observo fijamente a Damon entrar con esa seguridad que suele usar desde que puso en orden su vida.

—Buenos días, Enano. —Toma asiento en el sofá que reposa junto a mi cama.

—¿Qué haces aquí? —le gruño por su repentina aparición.

Han sido tres los días desde que desperté. Es el mismo tiempo en que no he recibido la visita de mi familia, mucho menos la de Ted. He permanecido completamente solo, encerrado entre las cuatro paredes y por momentos llegaba a mi mente esos años en los que permanecía encerrado en mi habitación en casa de Elena por miedo a salir y hacerla enojar y me golpeara.

No voy a negar algo que siento. Extraño como un jodido loco a mi familia. La sonrisa de mamá, las palabras cargadas de sabiduría y ternura de la abuela, los malos chistes del tío Elliot, la explosividad de Anais, las locuras de Phoebe y Mel, los mimos de la tía Mónica, la emoción que proyecta Damián y Ava, las palabras divertidas de la tía Mía, los juegos de ajedrez con el abuelo, el silencio relajante del tío Max, las carcajadas estruendosas de papá, e inclusive, extraño a mi reciente cuñada. Extraño a todos, incluyendo al imbécil de Ted y el dolor de culo de Damon.

Pero por encima de ello está la jodida traición de Ted que me hace voltear esa ira que nace en todos.

—Visitando al testarudo de mi hermano. —No hay rastro de burla en su voz, sólo una firme seguridad en su mirada. —¿No crees que va siendo hora que dejes de ser tan infantil y enfrentes a la familia? Por lo menos hazlo conmigo que conozco tu secreto. —Este jodido idiota se le ha pegado las mismas mierdas de Ted. Todo el que convive la mayor parte del tiempo con él adquiere las peores mierdas que han nacido en él. Una de ellas es ser tan directo e insensible cuando lo creen necesario.

Christopher Grey #5 (Saga sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora