Capítulo 47 || Completamente Mía.

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—Yo... —Su balbuceo me saca de mis cavilaciones en el momento exacto que la respuesta parece llegar.

Mis padres se aman.

Es la prueba más real y firme de amor que he visto desde que llegué. Su relación ha pasado, por tanto, pero sus sentimientos fueron fuertes, un lazo irrompible, y aún después de nuestra llegada, el pasado buscó separarlos, pero ellos volvieron a demostrar que eso, "el amor" que se tienen, es más fuerte que cualquiera situación que amenace con separarlos.

Tiernos, felices y con una familia que ahora puedo decir no cambiaría por nada. Así son Anastasia y Christian. Una pareja de esposo que aseguran estar igual de enamorados que la primera vez que se conocieron.

"Solo espero que la persona que ames, le entregues todo de ti como lo hizo tu padre por mí y yo por él. Vale la pena apostar todo por amor"

Inhalando profundamente, corto la poca distancia que mantenían nuestros rostros. Tomo sus labios con suavidad, delicadeza, permitiendo entregarle mis emociones y que sea ella quien las describa. No sé lo que es el amor, hasta ahora solo albergo emociones muy fuertes que me atan a ella y quiero demostrarle que puedo corresponder de una manera agradable a su sentir. Quiero confiar en que su amor, tomando como guía el de mis padres, me asegura un lugar en su vida a pesar de la inmensa distancia que nos separará.

Mi cuerpo se estremece al sentir sus manos enredarse en mi cuello y su cuerpo pegarse al mío con total descaro. La distancia próxima, su decisión y el tiempo, pasan a ser nada cuando sus labios profundizan en el beso, sus dedos se cuelan en mi cabello provocando que toda mi piel se erice por la explosión de sensaciones.

¡Joder!

Con una mano la sostengo de la cintura, mientras la otra se pasea sobre la delgada tela a la altura de sus pechos.

Tengo una jodida afinidad por ellos. Son tan perfectos, redondos, firmes y de un tamaño entre grande y medianos tan llamativos. Lo aprieto con suavidad, obteniendo como premio uno de sus magníficos gemidos que me encienden de sobremanera, seguido de una mordida en mi labio inferior.

Mierda.

Esa maldita acción repercute con tanta fuerza en mi miembro, que, sin detenerme, me separo abruptamente y la cargo en mis brazos dirigiéndome a mi habitación.

—¿Qué haces? —pregunta con la voz más ronca de lo usual y la respiración agitada.

La visión de sus labios hinchados y ojos totalmente dilatados por el deseo, me descontrolan. Ha sido muy largo el tiempo sin follar, que al mínimo estimulo por su parte, mis fuerzas se desvanecen centrando mis energías en saciarme sin reparo.

—Te advertí que haría uso de la palabra que está tatuada en tu espalda. —Subo las escaleras sin dificultad, observando su hermoso rostro, sus ojos mirarme con tanta necesidad. —Quiero que seas mía.

Jadea antes de tomar mis labios con fuerza, impidiendo que avance como deseo. La coloco con dificultad en el suelo, la pego a la pared en busca de estabilidad, mientras sus manos empiezan a desvestirme en medio del pasillo.

Jadea fuerte cuando rozo mi miembro con su vientre. Retira el saco y corbata sin separar nuestros labios. La necesidad es obvia, mis manos acarician cada milímetro de su cuerpo con desesperación.

—La habitación —tartamudea entre besos, soltando los botones de mi camisa.

—¿Estás segura? —le pregunto, a pesar de mi maldito deseo.

Christopher Grey #5 (Saga sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora