Capítulo 51 || Sorpresas.

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Sonrío ampliamente, con algo de hipocresía y es eso es lo que me hace sentir fatal en este momento.

¿Cómo sonreír con autenticidad?

¿Cómo ser la misma de siempre, cuando una parte indispensable de mi familia se encuentra acostada en una fría cama, entre un sinfín de aparatos, hablando poco, sin poder sonreír o expresarse como siempre lo hacía?

No puedo.

Ni siquiera su voz es la misma. Es como ver el rostro de mi hermana obstaculizado por la máscara de aire, pero sin ser ella. Ni siquiera su mirada es la misma.

Dos días.

Han pasado dos días desde que hemos hablado poco. La primera vez fue apabullante. Lloré. Estuve toda la noche devastada al ver a mi fuerte hermana reducida a una enferma en cama cargada de aparatos sin poder moverse. En ese momento entendí y comprendí las palabras de papá. Entendí las lágrimas de la abuela cuando entré a la sala de espera, comprendí los ojos rojos de Ted cubiertos por ese halo de temor que ha estado en todos desde que todo este caos inició.

No puedo verla así, no puedo reconocerla y es tan frustrante como doloroso.

¿Cuánto más debe pasar?

¿Cuántas pruebas más debe superar?

Entre todo este sufrimiento, mi único consuelo está en Christopher. Él ha sido mi apoyo, ha estado tan pendiente de mí, que me siento tan a gusto y eso intensifica las ganas repentinas que han nacido por quedarme. Por más que intento pensar en mi futuro, mis metas, lo único que invade mi mente es el estado de mi hermana y la compañía de Christopher.

—¿Qué pasa? —Su voz suena un poco ronca, y aunque desde que despertó es igual, pero con tartamudeos, ahora es diferente, al percibir el tono de preocupación.

Niego ampliando más mi sonrisa, para que la distinga a pesar de la mascarilla. La observo fijamente, tomo su mano donde dejo una suave caricia que busca calmarla a ella, pero más que todo a mi y el mar de pensamientos complejos que me han embargado.

—Nada malo. Solo... no quiero irme. Quiero estar contigo, cuidarte. —Su mirada se suaviza, sus pómulos se mueven y por primera vez veo un amago de sonrisa en sus labios.

Eso me alienta tanto, en medio de mi estado triste y desolado.

—Y yo quiero que te vayas. —Frunzo el entrecejo por sus determinantes palabras. —¿Recuerdas cuando Samuel y yo nos especializamos? ¿Recuerdas los problemas que enfrentaba nuestra familia? —Es imposible no hacerlo. Recordar cómo crecí sintiendo la ausencia de mi mellizo, fueron años de un dolor atroz. Nuestra familia era un caos, había tanta tensión entre nuestros padres, nuestro hogar estaba lejos de ser uno real, la ausencia de Damon marcó mucho nuestro crecimiento.

Asiento leve volviendo a sentir esa angustia que me carcomía el alma, un sentir que solo se fue cuando mi hermano apareció.

››Eran tiempos más difíciles, pero aún así nos centramos en salir adelante. Las metas siempre serán eso, Liss, anhelos que debes realizar. La familia importa, comprendo mi estado, pero tengo tres hijos y un novio por quien luchar. Estaré bien. —Aprieta mi mano suavemente. —Quiero que vayas, le muestres a todos que puedes ser la mejor de tu clase, que naciste para ser lo tú quieres que seas. Hazme sentir orgullosa de la pequeña de la casa.

La observo totalmente conmocionada, su imagen se distorsiona por las lágrimas que se empeñan en salir, pero me obligó a ser fuerte. Le prometí a papá no llorar frente a ella y cumpliré.

Christopher Grey #5 (Saga sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora