Capítulo 56 || Primer día.

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Observo impaciente a que termine de aterrizar el Jet. He pasado las últimas horas más agonizantes de mi vida en ese aparato. Una parte leve se debe al retraso que hubo en cuanto a mi salida y las condiciones del clima que dificultaron el viaje, el resto, al sentir tan asfixiante que me embarga al haber dejado a Liss en Londres.

No encuentro como liberar este sentir. Me siento preso de mis propias emociones, la necesito con una fuerza que me supera por completo. Es como.... si una parte desconocida de mi hubiera muerto al dejarla ahí, en la entrada de ese inmenso edificio y alejarme con la imperiosa necesidad de volver, tomar su mano y traerla de vuelta conmigo a Seattle.

Cierro los ojos e inhalo profundo, muy profundo, para evaporar la presión que hay en mi pecho, la angustia que me recorre. Vuelvo a hacer el mismo procedimiento al percibir que funciona una vez me aliento al saber que estamos juntos a pesar de la distancia, que puedo llamarla cuando quiera y escuchar su voz, incluso verla por videollamada.

Solo es la distancia.

Puedes viajar continuamente.

Para eso tienes un padre excéntrico en lujos, ¿no?

Abro los ojos encontrando un par que me observa fijamente, sin parpadear.

—¿Qué me miras? —Le gruño a la mujer de ojos oscuros igual a su cabello, mientras me retiro el cinturón de seguridad.

Abre los ojos como platos y se sonroja avergonzada.

—Lo lamento, señor —musita en un tono bajo, evadiendo mi mirada—, le quería informar que hemos llegado.

Bufo sonoramente enojado por su actitud, tomo mi móvil y salgo ignorando su patético estado avergonzado. Una vez bajo las escaleras, enciendo mi teléfono encontrando una cantidad exorbitantes de llamadas perdidas de mi pequeña, que me hacen sonreír.

—Señor. —Lucas me saca de la visión de mi móvil, y el mensaje de mamá que estaba por leer.

Se ve tenso.

—¿Qué pasa? —Miro a nuestro alrededor por instinto.

Sé que hay una paz que nos rodea, pero no puedo evitar sentirme así, como si nuestra burbuja fuese a romperse en cualquier momento y alguien terminara atacando nuevamente a la familia.

—Es la señorita Hunt. —Obtiene por completo mi atención. —Paul me acaba de informar que se reunió hace una hora con su madre. —Tensión.

Mi cuerpo experimenta una sobre carga de tensión, acompañada de un calor abrazador, haciendo que mi corazón lata a una velocidad irregular.

¿Qué?

¿Su madre?

¿Se reunió con su madre?

Miro al hombre frente a mi furioso.

—¿Para qué mierda los contraté si no pueden impedir que esa mujer llegue a mi novia? —le gruño más allá de furioso.

Hace un gesto de labios que no había visto antes.

—Señor, la señorita Hunt amenazó a su seguridad con despedirlo si le impedían hablar con ella. —Oh, mierda. —Fue ella quien condujo al lugar de encuentro cerca del campus central.

Liss, Liss, Liss, ¡¡Liss!!

¿A qué mierda juegas?

Se supone que esa mujer está fuera de tu vida, ¿qué buscas?

Christopher Grey #5 (Saga sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora