—El año pasado hubo una serie de eventos desafortunados y por tal motivo no pudimos celebrar su cumpleaños —apunta mi tía Samantha haciendo referencia al cumpleaños de mi mellizo el cual está al otro lado de la mesa donde estamos reunidos, hablando con un Ted que lo mira excesivamente serio mientras él le dice algo.
Están algo alejados, tan alejados como estamos los dos a pesar de ser hermanos.
—Nos alegraría que este año se lleve a cabo en nuestra casa junto al de su hermana. Claro, si no tienen otros planes. —Recomienda mi abuela con su deslumbrante sonrisa y sus ojos, idénticos a los míos, rebosante de ese brillo y calidez que me hacen ser tan unida a ella.
Anastasia mira a Christian el cual hace un vago gesto con sus cejas a la pregunta silenciosa de su esposa.
—Realmente no tenemos planes esa fecha, tampoco inconveniente. Semanas después será navidad y este año hemos acordado pasar las fiestas de fin de año en Aspen. Toda la familia se trasladará una vez el doctor de Ariadna autorice su movilización. Nos estamos tomando muy enserio su recuperación. No queremos correr riesgos con su salud.
Mi cuerpo se tensa y nadie lo percibe.
¿Navidad en Aspen?
Christopher y yo no hemos hablado mucho al respecto. Esperaba pasar vacaciones con ambas familias como lo he hecho todo el año, no creí...
Maldición.
Es la incomodidad, la incertidumbre a separarme de Christopher en mi estancia en Seattle lo que hace que mi ánimo decaiga por completo.
¿No pensaba decirme?
—Falta un mes completo —asegura mi hermana—, para entonces posiblemente los bebes estén con nosotros. Los tres llevamos un buen plan de recuperación que, de mi parte está surtiendo efecto bastante acelerado. El doctor Flirtz asegura que pronto podré ser flexible en la dieta y ciertos parámetros.
Un mes.
Ha pasado un mes desde que su vida estuvo en peligro y hoy está aquí, con la misma mirada plagada de felicidad que tanto la caracteriza. Con unas ganas inmensas de vivir por tres hermosos hijos que recalca a menudo son su razón de vivir.
Ama a Ted, a pesar de su actitud hacia él un poco distante, la cual le atribuyo al complejo físico que me indicó mi profesora que aquejaría su vida, dado que fue una mujer que vivía de su imagen y apariencia. Ariadna pasa por un proceso de aceptación de aquella marca que permanecerá en su pecho producto de su operación y la cual maldice en bajo al pasar su mano por ella por simple instinto.
No será fácil. Sé lo cruel que puede ser tu mente, pero solo ella puede vencer aquellos fantasmas que le hacen creer que las personas la mirarán diferente.
—Así nos informó tu tío. También está el tema de los bebés. ¿Cómo va su desarrollo? —pregunta con extremo interés mi tía, logrando que me deslinde de su conversación y no por falta de interés sobre mis sobrinos, de los cuales estoy al tanto de su avance, sino por el revolotear desaforado de mi corazón que inicia al vislumbrar a Christopher e Isis acercarse.
Maldición.
Todo mi cuerpo se vuelve tembloroso cuando se detiene a un costado de su padre, sosteniendo la mano de Isis que no ha dejado de sonreír.
No puedo pasar desapercibido el impresionante parecido que tienen ambos. Son completamente idénticos con diferencias tan pequeñas como el espesor de sus pestañas, el pequeño lunar cerca de sus labios, sus pómulos más rellenos y la piel un poco más clara, lo cual le atribuyo a su madre.
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Christopher Grey #5 (Saga sombras, Grey)
FanfictionTercer libro de los hermanos Grey en La Sombra de mi Ángel.