Capítulo 6 || Verdad.

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Liss Hunt


—No voy a perdonarte que te vayas por tanto tiempo —se queja Lía, mi prima, mientras termino de hacer una lista de cosas que debo comprar para el apartamento que compró papá cerca del campus.

—¿Por qué has tomado esta decisión? —pregunta la abuela. 

observo un deje de tristeza en sus ojos y me imagino por qué. Soy lo único que le queda de Damon, les recuerdo tanto a mi hermano que últimamente buscan sobreprotegerme en exceso. Tanto papá como Samuel y el tío Marcos se ha vuelto intensos al punto de sentirme por diminutas fracciones asfixiada, es por eso que vivo metida en mis libros, Anais o los mellizos.

Levanto la cabeza por el repentino silencio del salón. Papá, mi tía Samantha y el tío Juan junto al abuelo, me observarme fijamente, a esperas de un milagro que les diga que no lo haré.

—Oh, vamos —los animo—. Solo serán seis años. El tiempo pasa muy rápido. Además, vendré en vacaciones y días festivos. No es como que me vaya a quedar a vivir en Londres. —Todos se quejan de manera silenciosa y diferente. —He pedido ingresar dentro de un mes, es bastante tiempo todavía.

—Pensé que no estarías para el cumpleaños de la princesa. —Sonrío por eso.

—He contribuido mucho en ideas —digo animada—. Esa fiesta no me la perdería por nada del mundo.

Sonríe en aprobación. Desde la llegada de los mellizos y Anais papá se ve más... relajado. Es como si todo el mal que hemos pasado por mamá, hubiera quedado en el pasado. Sus nietos han resultado ser un bálsamo para sus inquietudes o esa idea de fracaso que estoy segura siente. Lo vi, muchas noches se aisló de sus hijos para autodestruirse en silencio con los recuerdos, con cada hecho que ha pasado en la familia Grey y ha resultado estar ligado a la nuestra.

—Te vamos a extrañar, pequeña —dice la abuela con tristeza—. Nos acostumbramos a tenerte en cada momento. Serán seis largos años.

—Solo espero que no salga ningún londinense a calentarte el oído —espeta mi tío Juan.

—Eso será imposible —dice papá con suficiencia.

Lo miro con los ojos abiertos como platos.

—¿Qué pretendes, papá? —le exijo aterrada por su maniobra de protección que estoy segura implementó.

—Lo sabrás en su debido tiempo, por ahora disfrutemos del tiempo que tendremos en familia. Aprovechemos al máximo tu estadía, porque una vez te vayas, me temo que esta casa quedará en silencio. —La tristeza que se planta en sus ojos me entristece, pero estoy decidida a hacer de esto algo transitorio. No puedo simplemente dejar de lado mis metas por ellos, por su deseo de tenerme siempre a la vista.

Esto es lo que quiero, formarme una carrera, cumplir cada una de mis metas. Es lo que siempre me ha dicho Ariadna, mi hermana más que nadie me ha incentivado a seguir adelante...

—Así es —dice el abuelo con su jovial sonrisa tan típica de él.

—Posiblemente eso ayude a estar alejada de ese idiota y la obsesión que tiene contigo —se queja papá.

Recordar aquel hecho me hace estremecer. Fue la primera vez que vi a Christopher totalmente fuera de sí, en el cumpleaños de mi hermana vislumbré ese lado agresivo protector.

No puedo negarlo, su defensa, esa manera en que me protegió dejó una agradable sensación en mi interior. Ya por mucho tengo que luchar a diario con su atractivo y ese interés que despierta su simple existencia. Christopher es guapo, arrebatadoramente atractivo y eso me crea de una manera punzante ilusión, puesto que en él veo algún tipo de perfección, es el rostro que uso al leer, cada protagonista por diferente que parezca me lo imagino a él y eso es desconcertante y molesto.

Christopher Grey #5 (Saga sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora