Capítulo 37 || Sinceridad.

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Observo el pasillo que da a las escaleras hacia la planta baja encontrando sólo la tenue luz de las lámparas en las paredes y la gran cantidad de oscuridad que proporciona la noche. Son cerca de las cuatro de la madrugada. Las pocas personas en casa, principalmente mi madre, se encuentran dormidas, mientras yo.... yo estoy como un idiota conteniendome para no entrar a la habitación de Liss, luego de ser monumentalmente ignorado por ella.

Esto es lo más estúpido que me ha pasado.

Con solo cerrar los ojos pienso en ella, en su magnífica boca, su lengua yendo al encuentro de la mía, sus labios moviéndose a la par de los míos; su dulce y adictivo sabor, junto a la calidez de sus caricias en mi cuerpo.

¡Joder!

Me estremezco de solo sentir el deseo inundarme nuevamente y se vuelve tan fuerte, casi incontrolable, al punto de hacer que mis piernas se muevan por sí solas hasta aquí. Todo mi ser ansía sentirla nuevamente, y es peor, cuando me siento tan impotente al saber que está tan mal, tan vulnerable por lo que le ha sucedido y desconozco como sucedió.

Isis se ha ido con ella, la pequeña traicionera prefiere la compañía de la castaña, antes de dormir conmigo. Me cambió sin dudarlo y eso.... me gusta, en lugar de sentirme molesto y.... celoso, crea una sensación agradable que no puedo definir. Sé que ella será atenta, estará alerta en alguna de esas pesadillas que la suelen desestabilizar.

Inhalo profundamente para controlar la ansiedad que cubre mi cuerpo. Vuelvo la mirada hacia el pasillo contrario, donde están las habitaciones de huéspedes, la de Ava y Mel.

Son pocos pasos.

¡Maldición!

¿Cómo controlar este impulso? Hay tantas emociones dentro de mí que no puedo nivelarlas y esto empieza a enojarme.

Estoy furioso con ella, pero.... esa ira choca con las emociones que nacieron por ella. Intento alejarla de mis pensamientos, olvidarla, más sin embargo aquí estoy, a pocos pasos de ella y todo por Isis, esa pequeña a la que quiero más de lo que yo mismo pensé, interrumpió mi plan, me impidió volver al camino del que nunca debí desviarme y ahora vuelvo a dudar.

También están las palabras de mamá Aurora. Esa mujer supo leerme con solo verme. Sin siquiera pronunciar una palabra descubrió todo y describió mis emociones de una manera tan aterradora:


"Has sacado conclusiones apresuradas. La comunicación es la base principal de toda relación. Hablando con ella saldrás de esas dudas que te atormentan. No cometas un error, puedes estar cometiendo la peor de las equivocaciones y perder todo lo que agradablemente ya no te pertenece"


Sí, con Liss he perdido más de lo que Elena y sus malditas hijas me arrebataron. Mi maldita fuerza de voluntad se ha ido y el jodido destino parece conspirar para que su presencia me torture de esta manera.

Cierro los ojos una vez más e inhalo y exhalo para dejar de lado mis dudas y enfrentar mis emociones, mi preocupación. Por más que esté furioso, su estado me preocupa más que todo, necesito saber quién mierda le hizo eso, cómo terminó con su delicioso labio inferior roto y su cuello con marcas de uñas muy notorias.

Debí saber que a esto se refería Ted cuando me llamó, pero mi ira por las acciones de su madre pudo más que mi interés por su estado. Dejé totalmente de lado su condición por la ansiedad, la ira que buscaban asfixiarme al sentir un dolor tan lacerante en el pecho, uno como nunca lo había sentido, y todo causado por ella y su madre.

Christopher Grey #5 (Saga sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora