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Ese beso me aviva violentamente.
Sostiene mi cabeza con ambas manos reteniéndome. Todo se evapora. El mundo entero pasa a ser inexistente cuando sus manos se desvían y me sostienen por la cintura acercándome en totalidad a su cuerpo. Me aferro a sus hombros y nublada por su arranque correspondo de la misma manera.
No lo resisto. Sus manos se pasean por mi cuerpo con una maestría que me enloquece.
¿Cómo mierda pierdo la razón con su toque?
La respuesta es tan obvia, que duele.
Mis sentimientos.
No sé en qué momento pasó todo esto. En un momento lo conocí por ser el hermano adoptivo de mi mellizo, y al siguiente me sentí aliviada por su ayuda en el cumpleaños de mi hermana.
Un año.
Un año ignorando su presencia, siendo insignificante en su vida, para que en menos de un mes revolucionara la mía de esta manera.
¿Cómo ha pasado?
—Me vuelves loco —susurra sobre mis labios, con su aliento golpeando mi piel. Absorbo su aroma, esa colonia tan dulce que me nubla toda la razón. Todo él me nubla la razón—. Por más que lo intento, no concibo imaginar que vivas con otro hombre. Me aterra perderte, nena. —Deja un casto beso en mis labios que me sabe a nada. —Quiero que seamos solo tú y yo.
Disfruto la cálida caricia de una de sus manos en mi mejilla, palpa mis labios, pasea un dedo por ellos haciendo que mi piel se estremezca y pida más.
—Lo somos —susurro, absorta en sus caricias. Abro los ojos encontrando sus ojos cerrados, disfrutando del tacto en mi piel—, somos tu y yo, pero todo esto es excesivo.
Esos orbes grises se posan en mí. Una mirada suave, dulce, cálida, de esas que han hecho que mi mundo gire en torno a él.
—No lo es para mí. Quiero darte esto y más. —Acaricio su rostro. Me deleito admirando su magnífico atractivo.
—Christopher, no quiero tu dinero —digo sincera, buscando eliminar en mis palabras esa desagradable sensación que me embargaba por su actuar y estaba punzante en mi pecho —. Estoy contigo por ti, por el hombre que conozco cada día y me gusta. Te quiero a ti con todo lo que tengas aquí —coloco la palma de mi mano en su pecho—, no en tus bolsillos. Quiero a Christopher Lincoln, el hombre, no el millonario hijo de Christian Grey.
Me observa fijo, una mirada diferente, como... si me acabara de conocer. Besa mis labios castamente. Un beso suave, más suave de lo habitual.
—Esperas mucho de mí y no sé si lograré llenar todas tus expectativas. Sé que no te interesa mi dinero, sería un idiota en pensarlo cuando ambas familias tienen la misma posición económica. También sé que mi actuar puede abrumarte, pero de lo segundo que estoy seguro, es que busco cuidarte. —Vislumbro un destello de tristeza en sus ojos. —Me gustas, Liss. Te has convertido en alguien importante en mi vida, y al igual que tú, espero mucho de nuestra relación, pero lo que espero es todavía desconocido para mí mismo.
Arruga su entrecejo antes de desviar la mirada de mis ojos y suspirar profundo. Vuelve a posar esos orbes color plata en mí.
››—Quizás lo veas como control o derroche, pero a falta de palabras, intento demostrarte con estos hechos que me gustas lo suficiente para estar contigo por mucho tiempo. Que te quiero en mi vida compartiendo todo, así me cueste comprender muchas cosas.
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Christopher Grey #5 (Saga sombras, Grey)
FanfictionTercer libro de los hermanos Grey en La Sombra de mi Ángel.