Capítulo 15 || Cumpleaños Parte II

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Retira su mano de mi agarre cuando Alisa se aleja visiblemente enojada.

No me ha pasado desapercibido la mirada que le envió a Liss y ahora me preocupa puesto que ambas están viviendo en el mismo lugar. No fue difícil sacarle información a Damon. El muy idiota cree que su hermana me cae mal.

Para nada, hermanito.

Mi pene aprueba tenerla cerca.

Alisa lo que tiene de hermosa, lo tiene de rencorosa y me preocupa que con este trato busque cobrarlo confesándole a Liss sobre mis gustos. Por ese jodido motivo, tan obvio, siento un poco de vergüenza al mostrarle mis gustos. Es su inocencia, esa pureza y ternura lo que me hace tener la seguridad que se alejaría por completo al conocer mis límites.

—¿De qué querías hablar? —pregunta con nerviosismo—. ¿No puede ser en otro momento? Isis está emocionada con disfrutar de la fiesta.

La observo fijamente. Parece muy interesada en evadirme, incluso lo hacen sus ojos que miran a mi pequeña distraída con el regalo que me entregó a Alisa, el cual había olvidado.

Mis ojos buscan insistente los suyos. Me enoja que evada mirarme, posee una mirada tan hipnotizante, que me gusta. Me fascina que esté puesta en mí, solo en mí.

—Quería darte las gracias. —Levanta la cabeza y posa sus hermosos ojos en mí. Ahí, pequeña. Toda tu atención para mí. —Por... todo lo que has hecho por Isis. Incluso arreglarla y traerla.

Sus mejillas enrojecen. Intenta esconder ese hermoso rubor mirando a mi pequeña.

Esa acción la hace ver tan sumisa, y el solo pensarla de aquella manera, hace que mi pene despierte muy entusiasmado.

Control, Christopher.

—No es nada. Me ha gustado mucho compartir con ella. Es una niña muy adorable. —Vuelve a posar sus ojos en mí. —¿Cuándo vuelve a Portland? Me gustaría llevarla a ella y Anais a un lugar que sé les encantará. —Sus mejillas vuelven a enrojecer por la mirada que le envío al no comprender su repentino apego a mi princesa. —Bueno... eso... si lo permites.

—Vuelve mañana —digo observando su rostro avergonzado, disfrutando de cada uno de sus gestos—. Puedo hablar con su nana e informarle que tardará un día más.

Sus ojos se iluminan después de haberse vuelto tristes con la primera información.

—Gracias.

—¿Me quedaré con Liss, Christopher? —Miro a mi princesa, que parece más emocionada.

—No, pequeña. Hoy te quedarás aquí, con nosotros. —Mierda, había olvidado consultar eso con mamá. No quiero tener que despegarme de ella hoy. Quiero disfrutarla lo mejor que pueda antes de irse. Estaré de viaje en unos días y se me hará imposible visitarla en las siguientes semanas. —Mañana ella pasará por ti e irán a ese lugar que quiere mostrarte.

—¡Si! —chilla emocionada. Mira a Liss—. ¿Comeremos otra vez helado ese helado de colores? El de chispas de colores estaba muy rico.

Liss le sonríe.

—El que tú quieras, pero después de comer. Nada de dulces antes, ¿está bien?

Isis asiente con la cabeza. La acción me hace reír. Se ve tan feliz fuera de la casa hogar. Explorar nuevos lugares la emociona y el saber porque no lo hace, me llena de nostalgia. Me lleva a aquellos años en los que Elena y sus hijas se iban de viaje y me dejaban encerrado en la casa sin poder salir. Eran largas las semanas conviviendo con la soledad, cocinando por mi cuenta porque ella le daba días libre a todo el personal. Siguiendo su orden de mantener la casa libre de basura y polvo.

Christopher Grey #5 (Saga sombras, Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora