La observo fijamente. Damon la envuelve entre sus brazos mientras ella llora explicando las mierdas que le dijo ese cabrón. Samuel resopla enfurecido y sale del restaurante siendo seguido por Ava. Ariadna acaricia su rostro completamente consternada por el estado de su hermana. Ted le susurra palabras que la hacen asentir para luego dejarse envolver por mi hermano que a duras penas puede hacerlo por su notable vientre y mi hermana la mira atónita por lo que ella relata.
Mis ojos se topan con dos pares de ojos que me observan repentinamente como si sus mentes trabajaran sincronizadamente.
—¡Mierda! —me quejo cuando Mel pasa alcohol por la leve herida que ha dejado ese idiota en mi labio inferior.
—Si fuiste muy valiente para dejar a ese pobre idiota en el suelo, también debes serlo para curarte una tonta herida. Más bien ve explicándome si ahora eres el defensor de la melliza de Damon. —Miro a Mel por su tono curioso e insinuante.
El recuerdo de aquel idiota tomando su rostro con fuerza entre sus manos, la visión de sus ojos cubiertos por el manto del miedo llega haciendo que nuevamente esa sensación de ira salga nublando mi humor, odiando como a nada verla en peligro me dominó y llevó a volcar todo de mí en salvarla, cuidarla, alejarla de aquel idiota.
—No estoy de humor para tus suposiciones sin sentido. —Me pongo de pie, recorro el pasillo hasta nuestra mesa donde tomo mi saco para irme...
—Christopher —me llama Ted.
—No jodas ahora —paso de él, lo intento con todas mis fuerzas al sentirme repentinamente sofocado, asfixiado, superado por mis emociones para nada alentadoras.
—Christopher —es ella quien me detiene. Su voz ejerce un poder tan fuerte e impactante en mí que anula mis órdenes, baja mis defensas y me deja completamente a merced de ella.
No me muevo, estoy estático con mis ojos puestos en el exterior, pero todo en mí está alerta a ella y su próxima palabra o movimiento.
—¿Qué? —es lo único que emito sin verla, en la misma posición.
—Gracias —es lo único que dice y tampoco espero escuchar más.
Salgo e inmediatamente Johan intenta acercarse, pero se lo impido negando. No estoy para ellos, no estoy para nadie y lo único que necesito es aire. Por alguna razón siento que me ahogo y no es normal, no es normal que suceda al haber estado con mi familia, no es normal que pase al pensar en ella...
¡Jodida mierda!
Es un ataque de pánico.
Entro al auto con rapidez. Cierro los ojos al sentir que la ansiedad llega y busca aumentar. Inhalo y exhalo lentamente controlando la ira, los recuerdos...
Azul.
Busco desesperado ese azul en mis recuerdos.
El cielo es azul.
Los ojos de mamá son azules.
Su risa.
Es hermosa su risa.
Su ternura, su mirada.
Es luz.
Es serenidad.
Es paz.
Sí, paz, mucha paz y sonrisas. Ella me hace sentir bien, su ternura, su dulzura. Es mi madre, con ella todo es tranquilidad.
Papá, su risa, su calidez, sus atenciones. Su mirada plagada de amor me impacta hasta abrumarme, bajar el miedo, estabilizar mi interior.
Convivir con ellos me ha abierto a posibilidades que desconocía, ahora me siento atado a todos para controlar mis propios miedos, mis sombras. Sus atenciones, la calidez que transmiten, esa unión que los caracteriza es completamente nueva y me gusta, muestra una visión de amor y paz que nunca tuve en Portland. Todavía recuerdo los gritos, reclamos, las órdenes. Recuerdo vívidamente aquellos días en que se negaron a alimentarme por algún mal actuar, los golpes, las amenazas.
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Christopher Grey #5 (Saga sombras, Grey)
FanfictionTercer libro de los hermanos Grey en La Sombra de mi Ángel.