Bosque

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Cada letra escrita aquí es de mi completa autoría. Espero que lo disfrutes y recuerdes que esto no es más que ficción.

Leer guía y aclaraciones en mi perfil en el caso de no entender algún punto aquí relatado.




La mujer corría desesperada, aferrándose a su pequeño bebé mientras lo protegía con su mano libre de las astillas y ramas de los arbustos salvajes del imponente bosque en el que se había metido tratando de escapar de cinco cazadores que aprovecharon su vulnerabilidad para atacarla.

El padre del niño le pidió escapar y ella no dudó un segundo en hacerlo.

Cobarde.

Inservible.

Todos deben morir, mátalos a todos.

Si tan solo esté bebé...

Es tu culpa, lo elegiste y seguramente ya está muerto, te dejó sola entre tantos alfas que te matarán y colocaran tu cuerpo relleno de formol en una vitrina como un trofeo.

Jamás debiste someterte.

Una parte de su interior decía todo lo que pensaba sin reparo alguno, pero esta solo evitó concentrarse en pensamientos absurdos, su lobo tenía mucho más que decir, pero lograba limitarlo.

Ya no había vuelta a atrás.

—No llores, silencio.—pidió al recién nacido, esparciendo sus feromonas para tratar hacer el mínimo sonido.

Podía escuchar los golpes crudos que daban los pies de los monstruos que la perseguían desesperados por encontrarla y tomar su recompensa.

Matar a un Luxure Ω era digno de una recompensa considerable y jugosa.

Se están acercando, necesitas decidir.

—Estoy cansada.—dijo buscando un buen lugar donde esconder a su bebé, hasta que las luces de un pueblo cercano la alertaron y aceleró el paso aun cuando sus pies estaban ensangrentados por salir descalza de la cabaña donde había dado a luz no hace mucho.

Exploró con su olfato el lugar buscando algún hogar de confianza.

Al final del camino, una casa mediana bloqueaba la salida, no había rastro de feromonas de alfa en ese lugar y ella sonrió entre lágrimas.

—Hemos llegado.—le dijo al pequeño apresurándose a tocar la puerta lo más sutil posible, pero esperando obtener respuesta.

Pronto unos pasos se escucharon detrás de la madera de roble y ella derramó un par de lágrimas más mientras veía hacia atrás avecinando la inminente llegada de los cazadores.

—¿Quién llama a esta hora?—preguntó un omega que rápidamente identificó como dominante, además de él, pudo sentir las feromonas de dos betas más y dos pequeños omegas de menos de diez años.

Estará a salvo aquí.

—Por favor...—pidió mostrándole a su bebé. Sus ojos color lavanda brillaban intensamente y el hombre no pudo negarse a tomar al bebé entre sus manos.

Era un Luxure Ω quien se lo pedía después de todo, no podía negarse, no cuando su raza les ofrecía la venganza que jamás podrían obtener contra quienes tomaban su ser como objeto para satisfacer sus necesidades.

—Si sobrevives, él te estará esperando.—fue lo único que dijo para proceder a envolverlo en sus propias feromonas borrando todo rastro de su madre en él.

Ella cerró la puerta con fuerza y escapó del lado contrario a la casa donde había dejado a su hijo.

Cuando estuvo lo suficientemente lejos comenzó a dejar rastros de su olor para que los alfas no desviaran su camino hacia ella.

Esa noche el bosque se bañó en sangre, el pueblo se sumió en un profundo dolor y el olor a muerte en cada una de las raíces de sus árboles se prolongó por años.

Viviendo entre omegas y betas, el bebé creció con divinidad infinita, los omegas del pueblo envidiaban su belleza y los alfas esperaban su mayoría de edad para tomar su inocencia.

Qué osadía.

Imposible.

Su padre le enseñó algunas premisas importantes.

Los alfa son criaturas embusteras, mentirosas, crueles y solo utilizan a los demás para satisfacer sus necesidades.

Los Luxure Ω depredan alfas, nunca es al contrario. No debía permitir ser tratado como animal de caza.

Los omegas eran la raza más débil, por lo que los Luxure Ω nacieron del deseo inmenso de ser protegidos.

El hombre mayor no le ocultó ningún detalle sobre la muerte de sus padres biológicos. Cuando tuvo la edad suficiente le contó con lujos de detalles lo que pudo presenciar.

—No quiero asustarte con esta historia, busco ser sincero contigo. Escuché sus gritos, pero al estar frente a mí no tuvo que hablar para trasmitirme su deseo de que yo te protegiera y eso fue lo que hice.—dijo acariciando la mejilla del menor quien estaba recostado en sus piernas.

—¿Ella era bonita?—preguntó el castaño intentando hacer una imagen mental de su madre.

—Casi tanto como tú. A decir verdad, te pareces mucho a ella. Soy un viejo y solo vi su rostro por un instante en la noche, pero todavía la recuerdo. Ella te amaba, lo pude ver en sus ojos suplicantes y la última mirada que dirigió hacia ti antes de partir.

El menor no respondió, no necesitaba saber más, sabía que cuando pudiera procesar todo y pedir más información, su querido padre se la daría.























Buena vida, quienes ya me conocen, saben que me saco historias de la cola y esta vez quiero variar nuevamente con el omega verse y un toque personal. Todo se irá esclarecido con respecto a la naturaleza del Luxure Ω.

Muchísimas gracias por acompañarme en esta nueva historia de antemano.

Les quiero.

Silv.

Luxure ΩDonde viven las historias. Descúbrelo ahora