Manos

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Pasadas tres horas de haber llegado, Jimin seguía mirando el mismo drama en TV mientras comía helado que seguramente su hermano había comprado y probablemente lo regañaría por hacerlo.

Eres patético.

—¡Callate!—gritó sabiendo que no habría una manera de callar a su lobo.

Todavía tenemos a Plum, vamos por él.

—¿Es lo que quieres? Me das asco, no ha pasado ni medio día desde que decidí terminar con esto.

Mis deseos son tuyos.

—No es cierto.

Él no vino a buscarnos para solucionarlo, lo aceptó y debemos continuar.

—Tenemos culpa también.

Dijo que nos comprendería y no dudaría en ir por nosotros.

—Si...

Todos mienten.

Él miente.


La noche llegó y él ya se había rendido, Taehyung prefirió ir al departamento de Hoseok en cuanto su exposición finalizó para dejarle el espacio necesario.

Su sueño profundo le impidió notar que había un cuerpo a su lado que se aferraba a su cintura con fuerza, hasta que las 8.35 p.m. marcaron en el reloj y sus ojos se fueron abriendo lenta y perezosamente.

El aroma de la persona a lado suyo hizo que reconsiderara de inmediato la posibilidad de atacarlo.

Jungkook estaba dormido y al parecer había llegado varias horas antes porque toda su habitación volvía a llenarse de su peculiar fragancia natural, como siempre, como en el palacio, como él mismo al estar cerca del alfa cada día.

Está soñando algo que lo ha puesto triste.

—¿No se te ocurre que es por lo que pasó durante el día?—murmuró Jimin agotado de escuchar los malos pensamientos de su lobo.

No.

—Estás enojado porque no mintió, solo se demoró en llegar.

Y estás feliz porque ha venido por ti.

—Aún estando enojado, se que tu cola esta moviéndose de un lado a otro como un gato al ver atún.

—¿Atún? Yo no quiero atún.—musitó el menor despertando su sueño.

—No hablaba contigo.—respondió intentando quitar los brazos que presionaban con fuerza su cintura.

—No estabas en el palacio, te busqué por todos lados, no pensé que vendrías aquí. Dijiste que irías con mi padre, pero cuando llegué, me contó que no te había visto en todo el día. ¿Por qué no fuiste a casa?

—Esta es mi casa.

—El palacio también lo es.—replicó.—Se que hice mal y te falté al respeto, tu y yo no estamos en niveles diferentes y jamás lo estaremos. Soy un pésimo alfa, podría excusarme diciendo que es mi primera relación formal, pero ni siquiera lo hemos formalizado. Así de estúpido soy.—dijo soltando su cintura para sentarse en la cama.—Perdóname, no nos conocemos lo suficiente y discutimos a menudo. Estoy seguro de que piensas que no tenemos futuro y nuestra vida será un desastre, pero quiero que sepas que voy poner de mi parte para que esto no se convierta en un infierno. Quiero que funcione aunque necesito que tu también lo quieras.

Luxure ΩDonde viven las historias. Descúbrelo ahora