Consorte

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La mesa estaba minuciosamente decorada y surtida de una variedad de alimentos que seguramente no lograrían terminar de comer, Jimin entró en pánico al entender que no solo comería junto al fastidioso que lo tomaba de la mano.

Ahí estaban todos, el Rey, la Reina, NamJoon, algunos personajes más que no reconocía y finalmente, ella.

La joven que se habia atrevido a confundirlo con un omega de compañía.

Su sangre prendió fuego, pero supo disimularlo, ella estaba ahí, guardando un espacio para Jungkook a su lado y tal vez en una ocasión diferente habría sido así, pero podían arder todos los reinos del planeta y nadie lograría hacer que Jungkook se sentara junto a ella sin antes pasar sobre Jimin.

Como era de esperarse, todos se quedaron atónitos al notar que iban tomados de las manos, en especial la gobernadora, que inmediatamente dirigió su vista hacia el Rey y este no supo que decir, por lo que optó por pedir explicaciones directas del príncipe.

Si Jungkook abría la boca, ya no habría marcha a atrás, tendría que aceptar todo lo que venía con esa declaración y si por el contrario, solo separaba sus manos y le pedía guardar silencio, entonces estaría dejando todo como estaba y Jungkook se sentaría al lado de esa muchacha quizás el resto de su vida.

Sentarse o no sentarse con ella.

Hablar o callar.

Jimin seguía pensando las cosas hasta que sintió un apretón en su mano, aún con el nerviosismo y las ganas de decirlo todo, Jungkook estaba pidiendo permiso y su aprobación para hablar.

El mayor soltó su mano.

Un segundo de incertidumbre para todos los espectadores y finalmente una declaración y verídica de lo que sucedía.

Jimin abrazó la cintura del más alto y este lo apego a su cuerpo abrazando sus hombros.

—Majestad, le comenté esto a usted y al Reina en una ocasión, que había encontrado a mi pareja destinada, pero él decidió rechazarme. Es por esta razón que continué con los planes de búsqueda de consorte.—explicó con firmeza.—Es de mi agrado informarle que él ha cambiado de opinión, conversamos y aún falta hablar de muchas cosas, pero decidió formar una familia conmigo. Les presento a Park Jimin, mi pareja y futuro esposo.

Jimin no tenía idea de cómo se sentía que se baje la presión sanguínea, pero estaba seguro de que eso le estaba pasando en ese mismo instante y si única salida era seguir aferrándose al cuerpo del menor como si fuese un niño pequeño que va por primera vez a la escuela.

—¡Oh, Dios!—exclamó la gobernadora y su hija fue atender un supuesto ataque fingido.

—¿Esto es una burla?—preguntó su esposo levantándose de la mesa, enojado.

—¡Hijo!—exclamó la reina levantándose también.—¡Qué maravilla! Déjame conocerlo, no lo proteges tanto, estará bien.—pidió acercándose a ellos.

La mujer mayor tenía cierto parecido a Jungkook, había que reconocer que había sacado la mayor parte de sus rasgos a su padre, pero definitivamente la juventud y el infantilismo de su rostro, eran herencia materna. Ella se veía muy joven y dulce.

—Eres precioso.—mencionó tomando a Jimin de sus mejillas.—Te ves fuerte y sano, seguramente tendrás hijos fuertes y extremadamente bellos. Ya quiero que se casen, si. ¡Cariño, ven a ver a tu yerno!—exclamó nuevamente hacia su esposo, quien no dudó en levantarse para saludar a la nueva pareja.

Los tres invitados pasaron desapercibidos en su drama de novela que lamentablemente no funcionó por dos razones, no se puede romper un compromiso de personas destinadas por uno arreglado y el príncipe ya había decidido rechazarla antes de la aceptación de Jimin.

Luxure ΩDonde viven las historias. Descúbrelo ahora