Luxure Ω

Culpa

En solo dos semanas Jimin sufrió dos intentos de secuestro por parte de infiltrados en el personal de seguridad. Sus feromonas fueron tan débiles que no pudo protegerse ni a sí mismo y solo pudo depender de la protección de Jungkook quien logró mantenerlo a salvo a él y sus cachorros, pero no salió ileso en la segunda oportunidad.

—¿Estás bien? Estamos cerca, no muevas esa mano, solo manten presionada la herida.—ordenó el mayor a su lado mientras su chófer los llevaba al hospital más cercano.

—Esas escorias están en todos lados, pero voy a matar a cada uno de ellos y serán tu cena cuando te recuperes del parto.—bromeó haciendo referencia a los rumores de que los Luxure Ω devoraban alfas.

—Tienes humor para hacer chistes tontos, eso quiere decir que mis hijos no serán huérfanos.

—Por la luna, Jimin. Es un corte en la palma de mi mano, no una puñalada, sobreviré.—comentó el menor con una mueca de dolor.

El país entró en histeria al enterarse de que su príncipe había sido herido por defender a su esposo y cada personal del castillo fue interrogado hasta que se encontraron a los supuestos culpables de los atentados.

El padre de Jimin hizo un escándalo al enterarse del incidente y no paró de repetirle que ese alfa no podría cuidar siquiera de su propio bienestar.

—Para entrar me han manoseado como fruta de mercado y a Hoseok también.—se quejó Taehyung sentado en el sofá dentro de la habitación que compartían los esposos.

—Si, bueno. Después de lo sucedido, se han vuelto muy estrictos y me siento bastante seguro aunque me preocupa que Jungkook arriegue su vida por salvarnos, él es fuerte, pero no inmune. Quiero decir, es mi esposo, no puedo dejar que se muera, tiene dos responsabilidades conmigo y tengo miedo de perderlo.—confesó sintiéndose vulnerable.

—Es comprensible que te preocupe la seguridad de Jungkook, pero no puedes hacer más que cuidar a tus cachorros. Por ahora eres tan indefenso como yo y no hay lugar más seguro en este mundo que estando cerca de tu marido.—respondió Taehyung.

No faltaba mucho para parir y con esto, las oportunidades de hacerle daño incrementaban.

Muchas personas opinaban sobre lo peligroso que era para el principe estar cerca del mayor y lamentaban su compromiso mientras que él se esmeraba buscando seguridad y protección para su familia.

¿Era egoísta esperar a que su alfa lo protegiera?

¿Hizo mal al aceptarlo, recibir su marca, su anillo y posteriormente a sus hijos?

—Fui yo quien decidió perseguirte hasta que me diste la oportunidad de vivir a tu lado. No me dejes ahora, no puedes pensar en que esto es un error cuando estamos casados, enlazados y con dos hijos por nacer.— dijo el menor en una de las noches en las que Jimin se mantuvo despierto y pensando en miles de cosas que no diría en voz alta, pero de alguna forma le pudo transmitir a su esposo.

—No es una opción hacerlo, pero estoy cansado de esconderme como si fuera un pecado tener una familia. Odio esta situación y odio que ni siquiera el gobierno de este país pueda hacer algo drástico contra esos idiotas porque la cacería no es un delito como tal. Aún en esta situación, me protegen porque soy tu esposo, porque llevo a tus hijos y no porque soy un ser humano. Esto es una mierda, hay mucho en mis condiciones siendo perseguidos y asesinados, pero de ellos nadie jamás hablará aunque su final sea detrás de una vitrina en algún museo de coleccionistas.

Sus ojos se encontraron en la oscuridad y el menor pudo entender que su dolor era compartido por miles y el destino trágico de su madre era un panorama con el que debían contar al preñarse.