En el pasillo inundó el silencio, no había ni un alma cerca, solo se podían escuchar sus respiraciones muy por lo bajo mientras se miraban en uno al otro intentando descifrar sus pensamientos.
Lamentablemente para Jimin, había correspondido el beso y no podía culpar a Jungkook completamente por su accionar.
—Si vas a golpearme, te aviso que hay cámaras en los pasillos y puedo denunciarte por violencia intrafamiliar.
—Intrafamiliar solo se da en situación de familia, por eso la palabra, tonto.—replicó Jimin, aún sintiendo el nerviosismo a flor de piel.
—Si hubieses rechazado el beso que te di, tendrías oportunidad de seguir negándote a mi, pero lo disfrutaste y yo también. No hay fuerza en este planeta que me impida hostigarte de ahora en adelante hasta que me aceptes.—confesó Jungkook, convencido de sus palabras.—Eres difícil, pero puedo esperar el tiempo necesario y aguantar tu mal humor recurrente sin problemas.
—¿Qué tiempo?
—El que necesites para adaptarte a a mi. No es fácil convivir con un alfa guapo y elegante, seguramente es complicado, te daré tiempo y espacio, pero te recomiendo que eso último no lo tomes en serio, es importante para nosotros estar unidos o esto de la adaptabilidad no va a funcionar.—explicó tomando la mano del mayor para volver a su habitación.—Si nos ponemos a pensar en lo que nos conviene, yo creo que lo mejor es establecer normas, reglamentos, como desees. Mi habitación es enorme, mi cama es grande, el closet está lleno, pero hay una habitación mucho más grande que está reservada para cuando me case. Podemos mudarnos ahí si lo deseas. Si no te quieres casar pronto, también se retrasaría la boda hasta que lo creas conveniente.
Jimin se detuvo antes de ingresar, toda esa información le había caído de improvisto.
—Estoy abrumado.
—Creo que es mejor decirlo todo de una buena vez a que lo descubras poco a poco y te asustes.—dijo soltando su mano.—¿Estás bien?
El mayor asintió levemente.
—No me quiero casar.
—Lo tengo en cuenta.—contestó Jungkook.
—No quiero dormir en la misma cama o habitación que tú.—volvió a decir.
—También lo sé.
—No me quiero mudar a este lugar ni ser llamado tu consorte.—finalizó.
—Y justamente eso también lo he evidenciado, pero si te hablo de las personas que meto en mi cama, te enojas. Si toco el tema de los pretendientes, te irritas y si decido besarte, no vas a apartarme. ¿Deberíamos seguir haciéndonos los idiotas?
—Jungkook, tu vas a querer sexo, no precisamente siendo pasivo y yo jamás lo he sido tampoco.—expresó la parte más pequeña de sus inseguridades.
—Si aceptas por lo menos intentar esto, prometo que no voy a presionarte. Puedo pasar mis celos solo, no es tan difícil como crees y cuando te sientas listo, lo haremos a tu ritmo. Si te sientes abrumado, nervioso o quieres dejarlo y esperar otros tres años más, haremos lo que pidas.—afirmó acercándose más a Jimin, quien lo veía con desconfianza y curiosidad.
—¿Es tan importante para ti que yo te acepte?
—Sinceramente al principio fue por orgullo, pero no puedo negar que realmente necesito de ti. Ya no me importa si es por esa estupidez de ser destinados o es porque aún con todo tu comportamiento de mierda, soy un imbécil con tendencias masoquista.—respondió alzando sus hombros para después dejarlos caer con despreocupación.—¿Vas a pasar? No me gusta que la servidumbre vea mi habitación a menos que sea por limpieza y las personas que lo hacen son unas cuantas.
—¿Eres discreto o quisquilloso?—preguntó Jimin pasando primero que él.
—Pues soy selectivo y sensible a los olores. Ya te lo he dicho varias veces, si hay una aroma que no me gusta, prefiero irme. Es por eso que cuido mucho mi espacio y esto de tener compañeros en los celos me satisface hasta que se acaba y pido una desinfección exhaustiva de este lugar.—explicó, sentándose en su cama.
—¿Puedes dejar de hablar de eso, imbécil?—Jimin se cruzó de brazos observando lo relajado que estaba el contrario.
—Eso de los apodos cariñosos, no se te da muy bien, ¿cierto?—El mayor viró los ojos arrepintiéndose de haberle dado esperanzas.—Tengo algunas ideas para apodos de pareja, se que no puedes decir palabras como amor o cariño, pero tal vez podamos comenzar llamándonos por nuestros nombres. Después puede seguir el paso simple de acortarlos, las personas cercanas a mi me dicen Kook.
—Has pensado mucho en esto, ¿verdad?
—Realmente no mucho, pero es algo que inconscientemente llega a mi cabeza en ocasiones. ¿Tienes hambre? Quiero comer y también quiero ver un momento a Yoongi para asegurarme de que se encuentre bien o lo más parecido a eso.—mencionó levantándose de la cama para buscar su teléfono y marcarle a quien sea que necesitara.—NamJoon, dime que no hay agenda ahora, es muy tarde.
—Buenas noches, alteza. Su majestad, en vista de que decidió ignorar la reunión que organizó, ha pedido hablar con usted durante la cena. Es en unos minutos y no se preocupe por los Min, ellos fueron llevados a su hogar en Seúl y estarán libres durante las dos siguientes semanas.—comentó anticipándose a sus preguntas.—No demore en bajar a cenar y dígale a Jimin que conteste las llamadas de sus amigos. Es incómodo para mí hablar con ellos sobre alguien para quien no trabajo.
Jungkook hizo una mueca de disgusto y después de conversar un poco más con él, cortó la llamada.
—Busca ropa cómoda en mi closet, voy a darme un baño y después entrarás tú, debemos bajar a cenar.
No esperó su confirmación y entró a bañarse dejando a Jimin confundido. Aún así, decidió obedecer y al revisar el enorme espacio donde se encontraba la ropa del príncipe, la necesidad de revisar todo como en tienda comercial, le invadió.
—Este hombre tiene de todo y cuando digo de todo, es de exactamente eso.—murmuró tomando un bolso de una marca famosa que él había querido adquirir, pero por haber sido sacado de Busan, su padre le enviaba una cantidad exacta al mes y no podía malgastar.
Diez minutos después, el menor salió con una bata de baño gruesa y de cuerpo completo mientras agitaba su cabello con una toalla mediana.
—¿Te gusta? Puedes usar lo que quieras de aquí siempre y cuando lo devuelvas a su lugar. Cuando nos mudemos a una habitación más grande, llenaré una parte del guardarropa con todo lo que te guste. Elegirás cada prenda.—alardeó acercándose a la sección de pantalones.
—No me vas a comprar, puedo pagar mis cosas.
—Estoy seguro de eso, pero para un hombre que lo tiene todo, no hay mayor satisfacción que poder llenar de detalles a su pareja.
—¿De qué vieja enciclopedia sacaste ese discurso barato?
—Eso lo decía mi abuelo.

ESTÁS LEYENDO
Luxure Ω
FanfictionLos alfa han gobernado por siglos a la gran Pangea en la cima de las especies como la más poderosa. Betas u omegas nunca pudieron enfrentarse a su evidente supremacía en todos los ámbitos. Si bien es cierto, existía una denominación de omega que pod...