Intimidad

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No sabía en qué momento Jungkook había aprovechado para tumbarlos a la cama, pero ahí estaban. Jimin sobre su pecho, subiendo y bajando para aumentar la fricción entre sus miembros y el menor encargándose de dar caricias a los gloriosos muslos del mayor que terminaron rodeando su cadera.

De vez en cuando una de sus manos viajaba hacia arriba delineado sus glúteos y recorriendo toda su espalda.

Jimin no quería aceptarlo, pero eso estaba causando muchas sensaciones satisfactorias en él.

Como cualquier omega en una situación similar, su entrada comenzó a lubricar, pero entre la mezcla de fluidos, no logró darse cuenta. Solo Jungkook podía oler la necesidad que su cuerpo emanaba y con sus dedos tomaba un poco del líquido para humedecer sus falos mientras el contrario seguía perdido en el placer.

Cuando éxtasis llegó al nivel más alto, Jimin se corrió primero y esto estimuló al menor para hacerlo también.

—¿Cansado?—preguntó abrazándose a su cintura, pero envitando tocarlo con la palma de sus manos que se encontraban manchadas de pre semen y lubricante.

El mayor escondía el rostro en su cuello buscando calmar su corazón que latía con fuerza.

—Me moví más que tú, definitivamente estoy cansado.—respondió con dificultad.

—Perdón, prometo que cuando me dejes entrar en ti, seré yo quien se mueva y tú solo vas a disfrutar.

—Eres un imbécil. ¿Crees que no me di cuenta de lo que me hacías?

¿Qué podría decirle para evitar una discusión en un momento tan íntimo? Incluso pasando de eso, todavía tenía miedo cambiar de posición y que al cerrar las piernas, Jimin notara la humedad que había entre ellas, eso lo enojaría aún más.

O tal vez ya le había sucedido antes al tener sexo con omegas y solo se levantaría para ir a limpiarse en el baño.

—¿En qué piensas que no has intentado responder mi pregunta con alguna tontería que me ponga de mal humor?

Había olvidado por completo la pregunta por pensar en las consecuencias.

—Cuando lo has hecho con omegas, ¿lubricaste por atrás?—preguntó abordando en tema antes de que se convirtiera en un momento incómodo.

—No.—respondió alzando la cabeza para poder mirarlo e inmediatamente supo que algo había sucedido. Llevó una de sus manos a su entrada y lo supo.—¿Qué es esto?

—Creo que fue porque lo hiciste conmigo, tal vez tu cuerpo reaccionó a mis feromonas, pero no debes asustarte. Es completamente normal en ti como en cualquiera de tu casta.—Intentó calmarlo, pero el contrario se levantó de inmediato de la cama, como si tuviese una enfermedad contagiosa.

—No es normal. Lo he hecho miles de veces, he tenido celos desde los dieciséis y jamás me ha sucedido esto.—respondió alejándose de Jungkook, quien se había levantado también.

—Jimin.

—¡No! Mi cuerpo no reacciona así, nunca lo ha hecho. ¿Qué me hiciste? Algo debe estar mal, no soy como un omega común necesitado del pene de su alfa, ¿entiendes?

Su ansiedad hizo que el ambiente de paz cambiara a uno pesado y estresante.

Jimin seguía retrocediendo, parecía temerle y replicaba a cada cosa que decía el menor para tranquilizarlo.

—¡No vas a convencerme de lo contrario!—exclamó con desesperación. Jungkook lo tomó de los brazos haciendo que este lo mirara fijamente a los ojos.

—Amor, jamás en mi vida he tenido el autocontrol que tengo contigo. Eso también es extraño para mí, pero con lo salvaje que es mi lobo, me ha detenido varias veces de cambiar la posición de mi miembro y enterrarlo por completo en ti. ¿Entiendes a lo que me refiero? Yo jamás he tenido un encuentro sexual con un Luxure Ω y tú jamás lo has hecho con un alfa. Con los años vamos a reconocer cada reacción de nuestro cuerpo al otro y eso no está mal. Si lubricas o no, no es cosa del otro mundo, si me vuelvo un poco más predispuesto a cumplir con lo que me pidas, tampoco importa.—explicó aún mirándolo a los ojos.—Podemos seguir siendo los mismos allá afuera, pero en nuestra cama, en nuestra habitación y en nuestra vida, somos los únicos que conoceremos la verdad. No me importa que tan extraño puedo ser y que tanta sumisión te puedo mostrar si es por ti. No tengas miedo al cambio en tu cuerpo, yo también experimento el mío y me gusta porque es a causa tuya.

—No soy un omega.—musitó abrazándose al abdomen de su pareja.

—Tu eres Jimin.—respondió protegiéndolo entre sus brazos.

Se quedaron en silencio unos minutos hasta que el mencionado analizó lo que había dicho.

—Me dijiste "amor".

—¿No te gusta como suena ese apodo?

—No, es horrible.—contestó sabiendo de anticipo que el menor ignoraría su respuesta.

—Bien, te llamaré de esa forma a menudo.—dijo haciendo reír a Jimin.—Usa algún apodo también o me voy a sentir raro haciéndolo yo solamente.

—Pediste que te llamara Kook, es lo único que puedo decirte.—aseguró recordando la cantidad de fluidos en su cuerpo.—Ven, debemos darnos un baño, pero un puto baño, Jungkook. No quiero que te aproveches de la situación o voy a arrancarte el pene y te lo haré tragar.—amenazó dirigiéndose al baño.

—Voy a quedarme desnudo y pegajoso si no me permites ponerte el jabón.

—Pues quédate así, entonces.

—¡Maldita sea, Jimin! Tienes aceptar, la semana pasada dijiste que me debías una cuando te permití decir que estabas indispuesto solo porque no te gustan los ostiones que prepararon para el almuerzo. ¡Es más! ¡Pedí que prepararan ese pollo enrollado con verduras por el cual estuviste jodiendo cada minuto durante cuatro horas!

—¡¿Qué no le puedes hacer un puto favor a tu futuro esposo, animal?! Ahora resulta que debo devolverte una con otra. Yo, que he tenido que soportar tus sucias manos cada noche, debo pagar un mísero favor.

—Eres un chantajista de mierda, Jimin.

—¿Y dónde quedó el "amor"?—cuestionó el mayor con sarcasmo.

—En mis huevos.

—¡Perro sucio! ¡Perro asqueroso! ¡Sarrapastrozo! ¡Pulgoso! ¡Sarnoso!—gritó.

—Ya quítate la bocina que te tragaste, gritas demasiado fuerte.—se quejo Jungkook cubriendo sus oídos.

—¿Vas a entrar o te piensas bañar con la lengua?—Volvio a decir con un volumen mucho más alto que el que usó unos segundos antes.

—Eso hacen los gatos callejeros como tú.—exclamó entrando al baño y cerrando la puerta con seguro detrás de él.

En su relación lo único que realmente crecía era el léxico vulgar.

La discusión se sentía mucho más pacífica cuando los dos sabían que solo fingían molestia.

Luxure ΩDonde viven las historias. Descúbrelo ahora