Luxure Ω

Lobo

Los Luxure Ω tienen una característica bastante común, su lobo es extremadamente orgulloso, convencer a uno de ser sometido en cualquier tipo de situación es tan difícil que no muchos aceptan aquel reto.

Solo el 30% de ellos se reproduce de forma natural por decision propia, otro 20% lo hace en clínicas de fertilidad por la subsistencia de la especie y el 50% restante, no se reproduce.

Jimin pertenecía a este último indicador, no quería cachorros que pudieran ponerlo en peligro.

Había una razón para que ese 50% sea reacio a la idea de formar una familia o ser padres.

La verdad es que al preñarse, el embrión en crecimiento toma un gran porcentaje de su vitalidad para formarse y eso los deja indefensos, como omegas. Solo les quedan sus feromonas que no alcanzan a tener la fuerza suficiente para acabar con alfas que pudiesen atacarlos, motivo por el cual, al presentarse un embarazo, estos recurren a congéneres o sus alfas para resguardar su vida y se esconden en lugares donde nadie pueda encontrarlos durante el tiempo de gestación y el primer mes post parto, después de ello, su cuerpo vuelve ser el mismo de antes.

¿Tener la confianza suficiente para entregarle su seguridad y la de su hijo a un alfa?

No muchos optaban por esa opción.

Los cazadores eran en su mayoría alfas dominantes y uno no tendría oportunidad contra cuatro o cinco de ellos.

Un Luxure Ω debía tener en cuenta que al concebir los cazadores irían tras él porque esta era casi la única manera de capturarlos y asesinarlos; ya que, en batalla, los Luxure Ω más débiles son aquellos que tienen como habilidad la telepatía, pero es fácil para ellos adelantarse a los planes enemigos y escapar.

Nadie quiere morir y menos bajo las manos de un alfa.

Jimin tampoco.

El solo hecho de pensar en que podría poner su vida en peligro por tener un encuentro sexual que terminaría en embarazo, le cruzaba la piel.

No lo quería.

No lo permitiría.

Y su lobo tampoco.

Las manos ajenas eran delicadas y perdía la capacidad de decir que no a cualquier petición.

Jamás pensó que podría disfrutar tanto el ser estimulado en ese lugar, pero la lengua de su pareja no le daba opción a dudar de lo bien que se podía sentir, pero una cosa era lamer y otra introducirse en él.

Jimin succionaba con algo de dificultad el miembro de Jungkook notando que la rigidez seguía intacta y en ocasiones le daba unas cuantas embestidas lentas que no le molestaban en lo absoluto.

Sus cuerpos estaban demasiado calientes, ardían. Se sentían unidos a una especie de cadena invisible que jamás los dejaría escapar del otro y les gustaba la idea.

Entre la desesperación de buscar una mejor manera de brindarle placer, Jungkook comenzó a masturbarlo con una mano y con la otra acercó sus caderas para introducir su lengua con facilidad al orificio estimulado del mayor.

Jimin no reclamó al instante, pero su cuerpo tembló cuando comenzó a entrar y salir lentamente.

Dejó su labor de lado y empujó sus caderas hacia adelante intentando alejarse, pero no funcionó, Jungkook lo devolvió a su lugar pensando que tal vez era una reacción al placer y por esta razón no emita sonidos.

Unos segundos después se desató el caos, finalmente el lobo de Jimin reaccionó apartándose de él y colocándose encima a diferencia que esta vez no se trabaja de una posición sexual, él quería asfixiarlo.