Familia

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La incertidumbre siempre había estado presente, pero tal vez el miedo y la frustración jamás le permitieron buscar más sobre él, sobre sus padres y el fatídico día en donde le arrebataron a las dos personas más importantes de su vida. 

¿Dónde podría buscar si en la cabaña en la que su madre parió no había absolutamente nada?

Ni un rastro de sus padres, ni un indicio, solo un apellido que el papá de Taehyung le entregó porque una vecina le contó que ese era el apellido del alfa que vivía en la cabaña. Nunca tuvo un nombre al que dedicarle descanso eterno, ni un lugar donde dejar flores más que un árbol donde le contaron que se quedaron unas cuantas manchas de sangre de su madre.

Un apellido y un árbol, eso era todo.

De vez en cuando sentía envidia de lo bien que sonaba las palabras mamá y papá en los labios de Jungkook, y no podía evitar sentir nostalgia cuando se dirigía a ellos de la misma manera.

La noche de celebración de su compromiso, sus suegros le pidieron que los considerara como sus padres y los trate como tal, pero aun si su corazón se había sentido reconfortado por el cariño que recibía, no era fácil olvidar algo para lo que jamás tuvo respuesta.

¿Qué pasó? ¿Por qué?

Las primeras preguntas que llegaban a su cabeza al pensar en su pasado. Jungkook se mantenía pendiente de cada situación que pudiese causarle incomodidad o de los cambios en su estado de ánimo.

—Tal vez debería pedir ayuda a NamJoon, seguramente él podrá encontrar algo sobre tus padres.

—No es necesario, si no pude saber de ellos en todos estos años siendo su hijo, creo que será exactamente el mismo destino de Nam y solo le daré trabajo innecesario. Ha estado bastante estresado porque su trabajo junto con el tuyo, ha ido aumentando.

Jimin descansaba sobre su pecho sin perder la vista del cuadro lleno de pinceladas de colores frente a la cama.

¿Por qué había comenzado a preocuparse tanto por un tema con el que había sobrevivido sin problemas durante casi veintiocho años?

Su lobo se sentía inquieto y se mantenía alerta a cualquier estímulo o situación que saliera de lo común.

Daeun se había comunicado unas semanas antes por pedido de Myung Dae y aquella conversación había terminado por activar todas sus alarmas. Para volver a la calma que había mantenido durante muchos años, Jungkook decidió reforzar la seguridad del palacio y pidió que le informara de cualquier actividad sospechosa, pero nada sucedió.

—Al parecer un viejo enemigo de Myung llegó a Seúl y no tendría que importarnos, pero se trata de un cazador veterano, miembro activo de uno de los grupos de cazadores más aterradores del país. Lo sabes, los coleccionistas.—explicó—Es por eso que me ha pedido que tengas cuidado; ya que, su llegada puede deberse a que tu futuro matrimonio con el príncipe ha sido anunciado. Es un hombre bastante bien vestido con una cicatriz en la mejilla, no ha querido profundizar sobre lo peligroso que es, pero me advirtió que jamás intentemos enfrentarlo, él nunca está solo aunque lo parezca y conoce mucho sobre nosotros, nuestra orden es huir e informarle.

—¿No está exagerando?

—Oí que mandó a Doha lejos de él por si ese hombre y su gente lo intentaban buscar. Él jamás se ha separado de su hijo, esto me asusta tanto que no he ido a visitar a Forest y Marine en estos días, es grave, pero Myung está organizando a los Luxure Ω que tiene a su disposición para mantener la paz que tanto le gusta defender.

—¿Te ha pedido ir?—preguntó Jimin y el silencio de Daeun confirmó sus sospechas.

—Originalmente, era a ti a quien quería, pero no es posible por tu nuevo estatus. No sobre pienses las cosas, ha decidido mandarme con Doha, pero estaré incomunicada durante un tiempo. Así que, no te preocupes por mí si no me ubicas, mi mayor trabajo será mantenerme a salvo sin que Doha pruebe hacerme perder la memoria cada semana, me aseguraré de escribir en un diario lo más importante sobre mi para leerlo si sucede.

Jimin sonrió entre tantas malas noticias e incertidumbre por las ocurrencias de su amiga.

—Intenta mandarme un e-mail de vez en cuando.

La mujer también sonrió alzando el teléfono para que la bocina se mantenga cerca a su boca.

—Quizás. Te hablaré luego, princeso.

Pasaron días, semanas y meses, Jimin solo recibió un e-mail en donde confirmaba que se encontraba bien y que había llegado a su destino sin especificar el lugar. Myung Dae conversó con él unas cuantas veces pidiéndole calma porque los medios comenzaban a notar su cambio de actitud y todos se preguntaban por lo sucedido con el rubio.

—¿Se encontrará bien? Parece distraído últimamente.

—No lo sé, pero se ve un poco pensativo. Tal vez se ha dado cuenta de la presión que ejerce ser parte de la corona.

—No creo que desista.

—¿Cuánto tiempo lleva con el príncipe? ¿Un año?

—Año y medio aproximadamente.

—Es muy poco, pero aún puede desistir.

—No digas tonterías, ya tiene una marca, es imposible que se separe de su alfa. Tal vez solo está experimentando momentos difíciles.

La boda se había programado en tres meses, los preparativos ayudaron a que se perdiera un poco en ello y olvidará de momento sus preocupaciones hasta que un mes antes de casarse, una visita inesperada hizo que todo cambiara drasticamente.

—Alteza, hay un hombre esperando ver a su alteza, el príncipe Jimin, en la entrada del palacio. Ha pedido que le informemos sobre su llegada, pero como usted ordenó que todo le sea informado, vine con usted antes de comunicárselo a él.

Jungkook dejó los documentos que tenía, en la mesa y caminó a pasos agigantados esperando llegar lo más rápido posible.

—¿Te ha dicho de quién se trata?—preguntó al hombre que iba atrás intentando ir a su ritmo.

—Dijo que quería ver a su hijo, alteza, refiriéndose su futuro esposo. Me temo que ha mentido porque sabemos que él es huérfano.—explicó el alfa.

—Al parecer los muertos están reviviendo.

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