Dos días más y la tormenta acabó, por fin pudieron recuperar el control total de su cuerpo y mente.
—Jin, el hijo del Gukgong vendrá mañana, dijo que quería visitarlo de camino porque se encuentra viajando hacia Japón.
—¿Para qué iría a Japón?—preguntó Jungkook sentando en la mesa principal tomando desayuno con su padre.
—Viaje por placer, alteza.—mencionó NamJoon.
—Vaya, estos señores se dan la gran vida y nosotros siendo la familia real, estamos encerrados en el palacio.—bromeó su padre con una pizca de envidia y recelo en sus palabras.
—Mi querido padre, le dije que podríamos viajar un poco usted y yo. Digámosles a todos que es por trabajo y terminemos en una playa bronceando nuestra piel.—pidió Jungkook y el hombre soltó una gran carcajada.
—Eres divertido mi muchacho, pero eso no es algo que un rey haría. Ya falta poco para terminar nuestros pendientes, podemos hacer un viaje familiar pronto.
—¿En cuántos años sería eso, majestad?—volvió a insistir el menor.
—¡Tal vez cuando me muera y seas rey! ¡Oh, es cierto! Entonces, tú tendrás pendientes y no podrás viajar.
Su risa se escuchó en todo el palacio.
—Eso no es divertido.
—Niño bobo.
La servidumbre se apresuró a cambiar los platillos en cuanto terminaban con uno y servían de la mesa lo que ellos quisieran, era común ver a padre e hijo cenar solos a menudo, sin compañía de la reina.
Ella no siempre tenía ganas de ver la cara de su marido a la hora de la comida.
—¿Mamá se encuentra bien?—preguntó Jungkook, dirigiéndose a su padre.
—Malhumorada como siempre. Le dije que podía tomarse unas vacaciones, pero no me escucha, ella sigue quejándose de la vida tan difícil que le tocó teniendo que elegir entre una y otra crema corporal, una seda u otra, dos pares de zapatos y esas penurias. Que triste ser la reina de la Gran Corea. Lleva años descuidando su puesto y dejándole todo el trabajo al señor Kim, aun así pasa sus días enojada.—contestó y el menor entendió que nuevamente su madre estaba en su tiempo difícil que se había extendido por décadas.
—Ha sido suficiente información, majestad. He terminado de cenar, me gustaría retirarme si no es un comportamiento grosero de mi parte.—pidió y su padre asintió.
—Ve, querido hijo. Mañana te espero en mi despacho, debemos hablar de unas cuantas cosas. Agradece por la comida y puedes irte.—finalizó alzando una mano.
—Muchas gracias majestad.—dijo haciendo una reverencia hacia su padre.—Gracias a todos por la comida, estuvo excelente. Asegúrense de llevar a la reina sus alimentos, buenas noches.—comentó caminando hacia la salida del gran comedor.
Todos los trabajadores presentes hicieron una reverencia agradeciendo también el trato respetuoso del príncipe.
—Es un hijo excelente.—mencionó el rey después de que este se hubiese marchado.—¿No es cierto?—todos asistieron, felices.
—¡No puedo con esta vergüenza!—gritó Jungkook al llegar a su habitación.—Mi pene estuvo erecto por cuatro largos días y no pude cogerme que ningún humano en este planeta. ¡Demonios!—su guardia observaba el berrinche desde su lugar habitual, la puerta de la habitación.
—Por favor, le ruego que me haga el trabajo más simple y deje de gritar como desquiciado.
—¿No me respetas un poco?—cuestionó el príncipe.
—Lo hago, en definitiva.
—No parece. No me has ayudado en nada y este es un asunto bastante complicado.—se quejó dando vueltas en su cama como si fuese un adolescente.
—No hay visiones en mi cabeza sobre usted siendo rey.—susurró para sí mismo captando la atención del pelinegro.—He investigado un poco a quien le hizo esto. Se llama Jimin, Park Jimin y vive en un departamento con un amigo, al sur. Él es huérfano de padre y madre, su amigo es hijo del hombre que lo adoptó y nació en Busan. Altura 174 cm, edad veintisiete años, signo Libra, fecha de nacimient...
—¡Basta! Ya entendí que has investigado mucho y probablemente sabes de qué marca prefiere usar la ropa interior, pero eso no me ayuda porque yo ya he superado su marca. No huelo a él o ¿sí?—preguntó esperando una respuesta negativa de su guardia y eso recibió.
—Es cierto, pero aún sigo preguntándome la razón de su insatisfacción e incomodidad. Se encuentra intranquilo y parece frustrado, así que me gustaría que pudiéramos visitarlo. Tal vez le hizo algo más y no tenemos idea de ello.
Jungkook se negaba a considerarlo, la humillación que pasó desde que estuvo cerca a él no se borraba de su memoria y mucho menos lo que pasó en su habitación con aquellas omegas.
—No creo que sea necesario, puedo con esto. Ahora, creo que estás ocupado y no debí inmiscuirte en asuntos que no son parte de tus labores.—dijo sentándose en el filo de la cama.
—Se equivoca, alteza. Su seguridad me corresponde completamente y me siento culpable de no haber estado a su lado en esa ocasión, por lo que busco la manera de enmendar mi error. Si de esta forma podemos solucionar un poco aquello que no le permite dormir tranquilo, entonces debemos hace...—una llamada interrumpió su conversación y atendió de inmediato.—Dime... ¿Qué? ¿Ha sucedido ahora? Sí, comprendo. Él está a salvo en su habitación, por supuesto, no se preocupe. Me haré cargo.
Jungkook observaba a NamJoon, intrigado.
—¿Pasó algo malo, Nam?
—Sucedió algo en el hospital que está cerca a palacio. Al parecer la seguridad extrema que habían puesto para resguardar las habitaciones de su primo, Seon Woo y sus dos amigos, fue burlada fácilmente, lamentable ellos fallecieron.
Un escalofrío recorrió su espina dorsal y su mirada fue a parar a sus manos sobre sus rodillas.
—¿Cómo murió?—preguntó incrédulo.
—Todos murieron de la misma manera, les cortaron las cuerdas vocales y les abrieron el pecho. Sus corazones fueron encontrados dentro de sus bocas.—contó sintiendo la tensión en el ambiente al hablar de lo cruda que había sido la muerte de esos chicos.
—Fue uno de ellos, ¿cierto?—preguntó.—Los monstruos.
—Alteza, no es correcto llamarl..
—Quiero una maldita respuesta, NamJoon.
—Fue un Luxure Ω, es cierto.—reconoció bajando la cabeza.— El rey ha pedido que la guardia doble su seguridad y protejan el castillo en caso de que quiera atacarnos.
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Luxure Ω
Hayran KurguLos alfa han gobernado por siglos a la gran Pangea en la cima de las especies como la más poderosa. Betas u omegas nunca pudieron enfrentarse a su evidente supremacía en todos los ámbitos. Si bien es cierto, existía una denominación de omega que pod...