Luxure Ω

Dos palabras

¿Tengo miedo? La respuesta es sí.

No puedo deshacerme de mi temor hacia ti con facilidad, pero por fin tengo claro que es lo correcto.

Todos podemos morir en un segundo y por la razón que sea, sin importar el futuro, quiero tener la posibilidad de decir que en algún momento de mi vida, me arriesgué a ir tras lo que mi corazón decía.

Pasé cada día aprendiendo a odiar a los alfa y estoy seguro de que la mayoría de ellos no vale la pena, pero tú sí.

Se que en este momento vales la pena, tal vez mañana no o en unos años cambies, pero si sigo pensando en el futuro, jamás tendré mis ojos puestos en el presente y viviré en mi locura esperando el doloroso futuro que mis palabras y mis acciones crearían por no tener fe en mí mismo.

No se trata de ti, se trata de mí, de mis deseos, de mis necesidades, de mis arrebatos, mi corazón y mi alma.

Yo lo quiero así y que bien se siente decirlo.

Prometo pensar en los dos, pero déjame ser egoísta durante este presente y digo este presente porque cada día hay uno nuevo, déjame ser yo quien decida que hacer, déjame quererte como nunca pude, tan torpe y tosco como quiera hasta que aprenda contigo como hacerlo.

—Tu temperatura corporal está comenzando a aumentar. Quizás el celo se adelante.

—No, mi ciclo es bastante exacto, ni un día más o un día menos, pero aquí dentro hace calor porque me estás abrazando con fuerza.

—Hueles más dulce de lo normal, estoy intentando pensar en otras cosas porque de lo contrario voy a perder el control.

—Me esforcé durante todo el día para poder tener un ambiente que sea del agrado de los dos, ¿Y estás pensando en controlarte?

—¡Hey! No es algo fácil, será doloroso para ti e intentarás matarme mientras yo trato de tener un espacio entre tus piernas.

Como decía, conocí a muchos idiotas en el mundo, pero en una competencia tú perdiste el primer puesto por idiota.

Debería pensar un poco en mi descendencia. ¿Realmente quiero que las próximas generaciones que lleven mi sangre tengan el 50% de la tuya?

Maldita sea, qué mala suerte, que mala suerte, qué terrible suerte.

Qué bendito destino que puso en mi camino tu sonrisa inocente. Un alfa grande con una sonrisa de bebé, tengo que cuestionar un poco más mis preferencias.

Caí tan fácil ante tu juego y no estoy consciente de si es bueno o malo, pero como dije antes, no me importa.

No importa demasiado, después de todo puedo asegurar que después de esto voy a sentirte tanto y tú a mí que no habrá dudas más en mí.

No escaparé y tú tampoco.

El cielo nocturno sigue siendo enorme y oscuro, pero ahora puedo ver unas cuantas estrellas desde mi lugar entre tus brazos.

Las labores en el castillo no han parado, pero puedo jurar que el tiempo se detuvo en el momento en que pronunciaste esas dos palabras que no terminan de caber en mi mente.

¿Cómo puedes ser tan sincero?

No.

¿Cómo puedes hacerlo tan pronto?

—Te amo.

Sé que no quieres una respuesta mía, de alguna forma me has estudiado lo suficiente para saber cuándo estoy intentando retribuir tus sentimientos.

Perdón, no puedo hablar demasiado, creo que estamos en shock y mi lobo no puede sentirse más feliz de haber escuchado su primer te amo de algún amante.