Fronteras

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Las puertas del lugar se abrieron para él y todo el entorno se sintió extraño, sucio y repugnante, pero no había alternativa, ya había accedido de forma silenciosa sin dar una respuesta prudente.

—Jimin, has vuelto.—saludó Azul acercándose con emoción.

El mayor correspondió el abrazo que le dio y preguntó directamente por quien venía.

—¿Has visto a Daeun?—El omega lo pensó un momento y después asintió.

—Ha estado viniendo frecuentemente, ahora está con magenta en una habitación.

—¿Solo con ella?—El contrario asintió nuevamente.—¿Podrías decirle que estoy esperándola en el almacén?

—Por supuesto.—contestó rápidamente.

Cuando el omega se fue, se encaminó al lugar donde dijo que esperaría a aquella mujer. No pasaron más de cinco minutos después de llegar y la puerta se abrió avecinando el ingreso de Daeun.

—¿Me buscas para hacer algo divertido o solo quieres saber si sigo viva?—preguntó de inmediato.

—Tal vez es la segunda opción.—respondió Jimin sonriendo al verla tan saludable.—Has estado comiendo bien, parece que estás saliendo del pozo.

—Y solo han pasado un par de meses desde que dejé las drogas, te dije que no era adicta. ¿Me crees ahora?—preguntó nuevamente y Jimin asintió.

—Solo un poco, te creeré después de un par de años.—dijo caminando hacia ella para abrazarla.

—Te he extrañado, pensé que habías dejado la mala vida y a mí con todos estos sucios scort's.—musitó entre los brazos del pelinegro.

—Sabes que jamás te dejaría sola, no importa lo que pase, tú cuentas conmigo. Nos salvamos mutuamente varias veces.—recordó aquellas guerras fronterizas de las que fue partícipe en las afueras de Busan y en Seúl sin contárselo a nadie.

El reto de un Luxure Ω adulto era incitar a equipos de cazadores entrenados y dejarlos en ridículo. Había mucho de lo que su padre no se enteró, hubo muchas situaciones donde la desconcentración casi le hace perder la vida y solo Daeun fue por él aun si se ganaban palizas por parte del grupo que los acogía como parte de ellos.

No se trataban de comunidades, solo se reunían por diversión para probar sus habilidades y muchas veces se desintegraban para no estar en la mira de más cazadores y vivir una vida común.

—Dime, ¿qué te ha pasado recientemente? ¿No has ido al contenedor o si?

Jimin negó rotundamente.

—No he ido. Después de que comenzaste a drogarte hubo muchos cambios, Jun Woo dijo que en el este de Eurasia matan cazadores para evitar que sean una amenaza. Quería que hagamos aquello para seguir y muchos se alejaron, yo también lo hice.

La mujer entendió y se sentó en una de las cajas que se encontraban en el almacén.

—Entonces, ¿para qué me buscaste?

—¿Has visto las noticias? Quiero buscar a quien atacó a los alfas, debo saber qué pasó, la razón de su venganza o no me van a dejar en paz.—dijo con preocupación y Daeun se alarmó.

—¿Hiciste un trato? ¿En qué estás metido?

—En realidad, quiero resguardar mi cordura, de mi seguridad puedo encargarme. Sabes que ningún Luxure Ω entra a Seúl sin ser rastreado por los grupos fronterizos y tú conoces a alguien que puede ayudarme encontrar a quien busco.

La mujer tensó la mandíbula levantándose de inmediato.

—Para que el perro ladre debemos darle alimento.

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