Nido

1K 197 19
                                    

Al presentarse su primer celo, Jimin fue llevado al sótano de su casa. Su padre ambientó el lugar de manera que este no se sintiera como una cárcel.

Taehyung y él pasaban sus celos en ese lugar para evitar el ataque de algún alfa que pudiese percatarse de su ciclo, pero la primera vez fue algo traumática.

Nadie le había explicado el hecho de que su cuerpo ardería como fuego y ni pasar el día bajo la ducha aliviaría su dolor. No tenía idea de lo doloroso que sería soportar las ganas de restregar sus partes íntimas en cualquier objeto que le proporcionara placer.

Se sentía tan asqueado cuando el calor pasaba porque notaba lo complicado que era mantener activa la parte pensante de su cerebro.

Lo más devastador era que al terminar su celo, le quedaba una sensación de insatisfacción y soledad absoluta.

Recordaba haber llorado retorciéndose entre las sábanas, pero no podía hacer nada para cambiarlo. Sus feromonas lastimaban a todos aquellos que se acercaban a él.

—Tal vez debería olvidarme de pasar mi vida con alguien.—mencionó una tarde entre los brazos de su padre.

—Quizás porque nadie te merece lo suficiente.

En cualquier momento habría reído asegurando que eso era cierto y pudiese haber estado de acuerdo con ello, pero no fue así porque al conocer el mundo un poco más, comenzó a ansiar algo tan estúpido e insignificante como alguien que pueda dormir con él cada noche.

Alguien que no pensara en el terror de lo desconocido, pero jamás pasaría y aún sintiendo tanto, decidió mostrar muy poco, para evitar caer en falsas ilusiones.

¿Cuántas veces odió su naturaleza?

¿Cuántas veces pensó en que tal vez la luna se equivocó en darle la casta?

Cualquiera hubiese sido mejor, una tan común y básica que no le causara problemas al mezclarse con la gente.

Un Luxure Ω. ¿Qué es eso? ¿Una especie de bestia que come alfas? ¿Por qué temerles? ¿Siquiera existen?

Seguramente es algo que acabas de inventar para llamar la atención.

Los niños eran crueles, los adolescentes eran ignorantes y los adultos eran idiotas.

Un omega jamás podría satisfacerlo, los betas le temían y los alfa eran su principal enemigo.

Nada, nadie.

Solo él y otros de su casta que jugaban a ser Dios o reos fugitivos.

Jimin no había podido encasillarse en alguno de esos lugares. ¿Victima o verdugo? No sabía y tampoco quería hacerlo, solo deseaba despertar en un mundo donde personas como él pudiesen tener derechos reales como cualquier ciudadano de su nación.

Derecho a la vida, derecho al trabajo, derecho a la libertad y derecho a amar sin preocuparse de morir por haber cometido el error de confiar en quien no lo merecía.

Su lobo jamás odió a Jungkook, le temía, tenía pavor de lo que podría suceder si mantenían contacto, pero no hizo lo suficiente para alejarlo o no quiso hacerlo.

Seguía luchando cada día, pero poco a poco se convencía de que no era tan malo como parecía.

Habían muchos Luxure Ω en el planeta con vidas comunes y corrientes, con familias constituidas. ¿Por qué la suya no podría ser así?

Olvidaba que la gran Corea tenía el título de ser una de las naciones con más cantidad de cazadores en Eurasia.

—Tienes tiempo de dar un paso atrás y no voy a juzgarte por temer.—se dijo a si mismo frente al espejo revisando un poco su apariencia.—No sé si es cobardía o valentía, pero has decidido dejarme solo. ¿Me estás dando espacio personal?—se preguntó nuevamente.

Tu temor es el mío. ¿Cómo podría escapar de esto?

—¿Estás listo?

Jamás estaremos listos.

—Es cierto. ¿Sabes qué hacer ahora?

Escondernos bajo las sábanas y esperar a que el imbécil de Jungkook nos diga qué debemos hacer.

—No, decidí hacerlo yo.

Es el primer celo que pasaremos en compañía, es claro que no vamos a hacerlo bien.

—No creo que le importe demasiado si lo hacemos mal.

Es probable que no.

Se suponía que su instinto debía darle una idea de qué hacer, pero estaba totalmente perdido y definitivamente una guía de cómo ser un buen omega, de internet, no le ayudaría.

Caminó de un lado a otro alrededor de la habitación pensando en lo que podría necesitar y no se le ocurrió más que llamar a NamJoon para pedirle ayuda.

Jungkook llegó una hora después de lo pactado debido a una reunión con su padre para coordinar algunos asuntos de gobierno, pero a las siete en punto estuvo listo para entrar a su habitación.

—¿Jimin?—preguntó al abrir la puerta encontrándose con las luces apagadas.—¿Estás dormido?

Se acercó a la cama sin prender los focos esperando ver al mayor, pero lo único que encontró fue una torre de ropa acumulada en el centro de la cama.

—Estoy aquí adentro.—respondió el mayor.

Jungkook se apresuró a prender la luz notando que casi toda su ropa se encontraba sobre Jimin.

—¿Es un nido?

—Es un fuerte.—soltó asomando su cabeza para que este pudiese verlo.

Ese "fuerte/ nido" tenía una apariencia extraña, pero cada persona tenía su estilo.

—No pude decidirme y terminé usando la mayor parte de tu ropa.

—¿Y los zapatos?—cuestionó observando la fila de zapatos alrededor de la cama.

—Revisando tu closet, me di cuenta de que me gustan tus zapatos y me parece que estaban muy lejos de la cama, es por eso que los acomodé aquí. No los tomé todos, solo los que llamaron mi atención.—se excusó volviendo a escabullirse entre la ropa.

—Debo admitir que tu fuerte se ve bien, pero no creo caber ahí dentro.

Jimin nuevamiente salió un poco molesto.

—Lo hice bien, puedes entrar, pero primero báñate. No quiero olores extraños en mi cama.

El menor se acercó hacía él y le dejó un beso en la frente antes de ir a darse un baño.

—Gracias, Jimin. Hiciste un nido a tu manera, pediste postres y agua, arreglaste la habitación, la perfumaste con tu aroma y esperaste por mí dentro del nido. No esperaba este recibimiento, realmente no me importa mientras estés tú aquí, pero te has esforzado y se ve acogedor.—comentó acariciando su mejilla.

—Jamás he tenido alfa, para ser la primera vez que hago esto. ¿Está bien?

—Me parece el fuerte más fantástico que he visto en mi vida, amor.

Jimin sonrió sintiendo un cosquilleo en su pecho al haber sido felicitado por su arduo trabajo.

—Ve que bañarte, yo ya lo hice. Que sea rápido.

—¡Copiado!

Luxure ΩDonde viven las historias. Descúbrelo ahora