Omega

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Un empleado tocó la puerta el último día de celo de Jimin para poder entregar el desayuno, el rubio dormía plácidamente entre los brazos de su pareja hasta que los movimientos de Jungkook lo despertaron.

—¿A dónde vas?—preguntó somnoliento.

—Nos han traído algunos alimentos, te despertaré cuando todo esté listo. Descansa un poco.—respondió colocándose la bata para recibir la comida.

El olor de Jimin se había mantenido presente en sus fosas nasales que no pudo prevenir que la servidumbre había cometido un error al enviar a un omega para entregar los platillos.

—Alteza, buen día.—saludó el omega con educación, pero al alzar la vista se sonrojó por haber notado su pecho descubierto lleno de marcas que Jimin le había dejado y por la falta de tiempo, podía intuir que la bata tapaba su absoluta desnudez.

En cualquiera de los casos nadie podría haber notado el mínimo cambio en el omega, pero Jimin podía oler el hilo de excitación que chocó contra sus fosas nasales y la parte coherente de su cabeza se desconectó por completo.

No le importó no tener una sola prenda encima, caminó a pasos agigantados y cuando llegó hacia ellos apartó a Jungkook para tomar del cuello al sirviente, quien no pudo reaccionar a tiempo.

Tampoco hubiese servido de mucho.

—¿Qué crees que haces?—preguntó con una voz amenazante que congeló la sangre del contrario.

—¡Jimin! ¡Suéltato! Solo ha venido a dejarnos la comida. ¿Lo ves?—dijo esto señalando lo que había traído.

—¿Te gusta? ¿Te excita mi alfa? ¿Es eso?—siguió cuestionando ignorando a Jungkook.—¿Crees que aunque sea mío podrías intentar meterte en nuestra cama cuando yo no esté? Lo pensaste, lo sé y no necesito escuchar tus sucios pensamientos para hacerlo.

—¡A..alteza! P..por favor...

—¡Amor, por favor! Vas a matarlo, él no es como yo, es omega, es frágil.—pidió nuevamente el menor intentando separarlos, pero Jimin no se movía un solo centímetro de su lugar.

—¡Estás defendiendo a este chico!

—No, pero no quiero que vayas a la cárcel. Amor, déjalo ir.

Finalmente, el mayor obedeció soltando al omega, quien cayó al suelo entre espasmos.

—Respira lento o vas a herirte la garganta.—aconsejó Jungkook sin tener idea de si podía acercarse o no, para ayudarlo.

—Quítate.—ordenó el rubio tomando al omega del brazo.—Alfas, omegas, todos son unos débiles e inútiles.—se quejó tapando la boca del joven con una de sus manos; ya que, al haber hecho ingresar el aire con rapidez, comenzó a toser sin control.

—¿No lo estás ahogando?—preguntó Jungkook sin entender lo que su pareja hacía.—Demonios, olvidé que estabas desnudo, voy por una bata, no dejes que se muera.—advirtió antes de ir por algo que pudiese cubrirlo.

—Conten la respiración, puedes babear si necesitas lubricar tu garganta, pero necesito que dejes de toser como desquiciado o te pondrás morado. Ni siquiera te presioné el cuello con fuerza.

—P...prdn...—balbuceó el omega aún con la mano de Jimin sobre su boca.

Unos segundos después, el espasmo estaba controlado.

—No te tienes que disculpar por toser, pero si por intentar seducir a mi alfa. Tu y yo sabemos que el olor a sexo te alteró, pero no me importa si solo seguías a tus instintos porque si yo realmente hubiese querido matarte, ahora mismo estarían recogiendo tu cuerpo.—susurró observando a Jungkook llegar con una bata idéntica a la suya.

Luxure ΩDonde viven las historias. Descúbrelo ahora