Luxure Ω

Ceremonia

Despertó aun sobre Jungkook, quien dormía bastante bien y soltaba unos cuantos ronquidos.

Lo había intentado todo, pero no logró que dejara de roncar. El doctor al que fueron les recomendó una operación, pero eso le quitaría tiempo y él no podía parar su trabajo de forma tan repentina.

Se acomodó bajando de su cuerpo hacia un lado de la cama y un líquido espeso cayó por sus piernas.

—Mierda.—se quejó levantándose de su cama para ir directamente al baño.—¿Qué hora es?—se preguntó así mismo.—¡Idiota! ¡Despierta!—gritó hacia la habitación mientras entraba en la ducha para darse un baño y quitarse los residuos de semen de su interior.

Jungkook despertó desorientado y asustado por los gritos de su pareja.

—¿Qué pasó?—preguntó sentándose en la orilla de la cama mientras buscaba sus sandalias.

—¿Qué, qué pasó? ¡Tenemos que asistir a una boda, imbécil! ¡Mueve tu trasero!—exclamó abriendo la llave de la ducha para asearse lo más rápido posible.

—¿Qué boda?—contestó el menor bostezando.

—¡La nuestra! Por Dios, despierta de una buena vez o voy a golpearte en la cara hasta cansarme.—amenazó e inmediatamente escuchó un par de maldiciones y pasos apresurados hacia el baño.

—¿Por qué nadie nos despertó?—dijo quitándose la ropa interior que se había puesto al levantarse.—Maldición, Jimin, tu trasero ocupa mucho espacio. No tenemos tiempo, apresúrate.

El rubio tomó una de sus orejas y la jaló llevando su rostro a la regadera de agua.

—Respeta mi trasero, animal.

—¡Tú comenzaste a insultar! Suelta o jalaré tu oreja también.—amenazó con algo de temor.

—Insoltente.

—Creído.

Cuando comenzaron a jalarse el cabello, NamJoon tocó la puerta.

—Tienen cuarenta minutos para estar listos, debemos llegar a las 10.45 a.m. al lugar de la ceremonia. ¡No sé qué demonios hacen, pero pueden dejarlo para luego!—exclamó y los dos se soltaron para terminar de asearse.

—Todo es tu culpa, te atreviste a golpearme unas horas antes de nuestra boda, perro sucio.—soltó Jimin secándose el cabello.

—¿Se te olvida que fuiste tú quien comenzó? Entrégame la secadora y usa la plancha de cabello porque la usaré también en un momento.

Frustrado de tener que arreglarse solo, suspiró buscando el otro artefacto.

—¡No sé usar esta mierda! Maldita sea la hora en que dije que yo me arreglaría solo, debí contratar a alguien que lo hiciera.

El menor solto la secadora y tomó la plancha de sus manos.

—Arreglaré tu cabello, siéntate y aplícate los productos para el rostro, no tenemos tiempo de quejarnos.—dijo Jungkook comenzando a peinar su cabello para acomodarlo con la plancha.

Cuando terminaron de arreglarse, empezaron a cambiarse para no manchar la ropa.

Cinco minutos antes de que NamJoon diera unos cuantos golpes a la puerta, estuvieron listos para salir.

—Gracias a la luna las bodas solo se celebran una vez.—soltó el menor entrando al auto que los llevaría al lugar de la boda.

—¿Te pensabas casar más de una vez?—cuestionó Jimin buscando el teléfono en su bolsillo hasta que NamJoon se lo entregó.

—¿Pueden evitar discutir hoy? Casi todos los días son felices, pero justo el maldito día de su boda están intentando iniciar una discusión sin sentido. ¡Se callan! ¡Solo hablarán cuando se les pida y cuando tengan que dar el puto sí!—gritó antes de responder al llamado del auricular que tenía puesto.—Si, estamos cerca. Por favor, necesito la seguridad correspondiente en la zona y consigue café, dos tazas.

—¿Café? Yo no quiero café.—se quejó el rubio.

—Yo menos.—se le unió Jungkook.

—Es que, no son para ustedes, son para mi. Uno para mantenerme despierto, porque no he dormido y otro para relajarme porque me tienen harto.

Los regaños se extendieron hasta llegar a la recepción, donde fueron recibidos por varios empleados contratados especialmente para el evento, unos cuantos los ayudaron a retocarse y finalmente, la ceremonia dio inicio.

Habia tantas cámaras como personas y una fila de flores blancas acompañaba el camino de los dos hacia el altar.

Sus familias unidas esperaban a que inicien las palabras del oficiante para que se consumara el matrimonio.

—Pensé que no dejarías que viniera.—susurró Jimin al oído de su pareja.

—Si hablas del viejo de tu padre, lo hice por ti. Él se puede ir derecho por donde llegó, pero es nuestra boda y quiero verte feliz.

El hombre que se encontraba frente a ellos aclaró la garganta antes de continuar.

—¿Ya puedo comenzar?—preguntó y los dos asintieron apenados.

—Si, perdón. Puede comenzar.

La ceremonia y la fiesta fueron éxito total. La parte más inesperada del día fue para Jungkook, haber tenido una conversación con el padre biológico de Jimin, quien se acercó a él por voluntad propia, pidiendo disculpas por su comportamiento y buscando el diálogo para llegar una relación más sana.

No creyó ni una sola palabra y por el contrario, decidió tomar medidas drásticas con respecto a la seguridad de su, ahora, esposo.

—Por supuesto, Si es por el bien de Jimin, sabe que estoy dispuesto a intentarlo, siempre y cuando usted respete mis condiciones. No estamos hablando de su hijo solamente, sino del futuro rey consorte, cuando yo ascienda a la corona y su seguridad es lo más importante para mi y para la familia real. Como sabe, a usted no lo conocemos demasiado más que por lo que nos ha contado; por esta razón, si desea que tengamos un buen ambiente y yo pueda confiar en usted. Se someterá a una investigación exhaustiva sobre su pasado y su vida hasta el día de hoy, para asegurarme de que mi esposo no está en peligro.

Ya lo había hecho, pero deseaba saber que tanto estaba dispuesto a mostrar.

—Me parece que no debería hacer algo como eso, pero entiendo su punto y no solo permitiré que me investiguen sino también ayudaré en lo que se me pida.

—Perfecto.—respondió Jungkook con una sonrisa fingida.—Entonces; por favor, disfrute de la fiesta.

Habían muchas razones por las cuales desconfiar de él, pero sentía que ninguna de todas ellas era la correcta.

Volvería a investigar una y mil veces más.

—¿Por qué estás tan pensativo?—preguntó Jimin cuando este se sentó a su lado en la mesa principal.

—Al parecer tu padre quiere que le dé una oportunidad.—comentó dejando un beso en su mejilla.

—Los he visto conversando, pero no quise preguntar. Sabía que me lo dirías de todas formas, tu lengua no soporta mucho sin contar todo lo que sabes.

—Me molestaría si no fuera porque no estas mintiendo, pero en mi defensa, es necesario contarte todo lo que me sucede.—sonrió tomando un cubierto para comenzar a comer.—Volviendo al tema, no me negué, pero hemos llegado a un acuerdo mutuo, una tregua.

—Hablaremos de eso en la noche, ahora come. No hemos probado un solo bocado durante todo el día.

—A la orden, mi querido esposo.—comentó observando con felicidad la poca delicadeza de Jimin para comer todo lo que había frente a él.—Disfrutas a mil cuando las cámaras se apagan, pero ve despacio o te ahogarás.

El rubio solo asintió masticando lo que tenía en la boca.