Los bebés reconocieron a su padre de inmediato al oler su aroma en la habitación y comenzaron a llorar.
El rubio tomó a uno en brazos mientras la reina cargó al otro acercándolo a su pecho.
—Tienen buenos pulmones.—dijo el menor con muy poco que decir, pero muchas emociones encontradas.
—Los tienen. ¿Te dijeron que son niño y niña?—preguntó y él sacudió la cabeza negándose.—Espero que alguno de ellos sea omega o Luxure como tú, estoy cansada de vivir entre alfas dominantes.—replicó la mujer riéndose y Jimin la acompañó con una leve carcajada.
—A diferencia de usted, viví rodeado de omegas o Luxure's, realmente no me importa su género o casta. Solo quiero que sean felices, pero si Jungkook no está, me temo que tampoco podré seguir.—confesó asustado.
—Cariño...
—Se que es egoísta pensar solo en mí en estos momentos, pero usted más que yo sabe lo que es un lazo. No somos simples extraños que se enamoraron despues de verse en un café, estoy unido a su destino y él al mío.—sollozó aferrándose a sus bebés.—No creo ser capaz de mostrarles a mis hijos mi faceta más deplorable si mi familia se destruye y es por eso que deseo que usted los cuide como si fuera su madre si no podemos seguir con ellos.—suplicó.
—No digas eso, Jimin.
—Estoy tratando de pensar bien las cosas y ser positivo, pero es complicado.—confesó angustiado.—Hay que pedir a las enfermeras que nos dejen ir a ver a papá.—dijo dirigiéndose a la pequeña en sus brazos.—Debemos presentarnos bien, vamos a buscar ropa bonita.
Una enfermera ayudó a Jimin cambiando a los bebés con ropa que se encontraba en el armario de su habitación temporal.
—Estos conjuntos los eligió el abuelo. Le hacían recordar la época en la que Jungkook era un bebé y usábamos ropa de una pieza más un sweater del mismo diseño.—comentó su suegra acariciando la mejilla del pequeño bebé.
—Se ven preciosos y saludables.—respondió el menor sin estar realmente sumergido en la conversación.
Tenía muchos sentimientos encontrados. ¿Sería capaz de vivir sin Jungkook?
Los bebés merecían tener por lo menos a uno de sus padres, pero aún si luchara por mantenerse a flote, la inminente partida de su pareja lo destruiría.
En ese mismo momento se encontraba en el limbo. Nadando entre el mar de la incertidumbre, por un lado pensando en el estado de su esposo y por el otro, en sus pequeños hijos recién nacidos.
Tenía tantas ganas de tenerlos en sus brazos y ahora solo felicidad a medias.
La impotencia de no poder disfrutar por completo de su familia le carcomía por dentro.
La habitación de Jungkook estaba integrada con muchas máquinas de las que no tenía idea sobre su función y tampoco se molestó en preguntar. Solo le importó verlo acostado, con los ojos cerrados y varios de estos artefactos conectados a él.
El monitoreo constante de sus latidos provocaba un beep intermitente e interminable, eso era lo único que le aseguraba que su alfa seguía luchando por sobrevivir.
Las enfermeras llevaron a los bebés en sus cunas hasta la habitación y los dejaron cerca a la camilla de su padre.
—Gracias.—dijo Jimin antes de verlas salir cerrando la puerta para darle privacidad.—A pesar de todo, nacieron. Estoy agradecido contigo porque nos salvaste a los tres, pero me molesta saber que es por eso que estás así, aunque no te juzgo porque seguramente yo haría lo mismo.
Sabía que no obtendría respuestas, pero tenía fe en que lo pudiera escuchar.
—Solo tengo dos manos, cariño. No puedo cuidar de dos bebes sin tí. Estuve confiado cuando supimos que serían dos porque tú estarías para cuidarlos conmigo, pero ahora te has tomado unas largas vacaciones y no puedo hacerme cargo solo.—expresó cerrando sus manos en puños evitando llorar frente a los bebés.—Se que estoy siendo patético y egoísta, pero no me importa que tan doloroso sea, vas a seguir intentándolo hasta que lo logres porque tenemos dos hijos ahora y no podemos morir. Ya no está permitido hacerlo, no hay alternativa Jungkook. Mi esposo es fuerte y capaz de superar cualquier obstáculo. Si mueres, prometo jamás ir a visitarte y tus hijos tampoco.
Uno de los pequeños soltó un quejido al oler la tristeza casi palpable de su padre.
—¿Te he asustado?—preguntó levantándolo en sus brazos.—Perdón, solo estaba regañando a papá. No llores, pronto él también podrá abrazarte, solo está dormido.—dijo acercándose para tomar la mano de su esposo que se sentía cálida a pesar de todo.—No hay de que temer, cuando crezcas no recordarás este momento.
Pensar en sus hijos crecidos, le hacía sentir nostalgia. Aún no tenían nombres por los que llamarles, pero soñar en su futuro, en lo grandes y fuertes que serían, se convertía una imagen lejana y difícil de alcanzar en estos momentos.
El sonido del monitor de ritmo cardíaco le indicaba que Jungkook seguía con él y tal vez no se iría, pero no podía asegurarlo.
Los días siguientes fueron un tormento, su cuerpo intentaba resistir mientras los médicos buscaban métodos para mantener su casta y su identidad arraigada a él, pero eso significa usar hormonas y medicina que aceleraba su ritmo cardíaco.
Se rindieron cuando tuvieron que reanimarlo con un desfibrilador debido a un paro cardiorrespiratorio. Lograron estabilizarlo a tiempo evitando daños cerebrales, pero decidieron evitar tratamientos peligrosos que podrían ocasionar más daños de los que ya tenía.
El tiempo pasó y los bebés estuvieron listos para entrar al palacio. Jimin se negaba a dejar a su esposo en un hospital, pero ya no podía seguir ahí.
—¿Estás bien?—preguntó NamJoon cuando el auto se detuvo en la entrada del castillo a la espera de que las puertas se abrieran.
—Pensé que cuando volviera de parir a mis hijos, él estaría a mi lado. Todo se siente vació e incómodo, sabes de lo que hablo...—comentó levantando la mirada hacia el contrario.—...yo solamente encajo en este lugar si mi marido está conmigo. No puedo dormir solo, no puedo cuidar de dos bebés estando solo, no puedo acostarme en la cama sin que acomode mis almohadas, no logro ponerme los zapatos o simple existir, no puedo hacerlo, me acostumbré tanto a que lo hiciera por mi. Es doloroso y frustrante, pero todos me piden que intente seguir adelante cuando no son ellos los que ven como la marca de su cuello desaparece día con día y les recuerda que les queda poco para perder la mitad de su alma.
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Luxure Ω
FanfictionLos alfa han gobernado por siglos a la gran Pangea en la cima de las especies como la más poderosa. Betas u omegas nunca pudieron enfrentarse a su evidente supremacía en todos los ámbitos. Si bien es cierto, existía una denominación de omega que pod...