A través del Fuego

Capítulo 7: ¿Celos?

Daniel, olvida que estaba por comerse la galleta cuando nota que se dibuja lentamente una sonrisa en el rostro de Lia, mientras lo saluda con la mano, como si estuviera saludando a uno de sus mejores amigos de toda la vida.
Pareciera una mala broma o una especie de acosadora de bajo nivel ya que con esa cara y esa sonrisa, no puede calificar como algo que represente peligro, sin embargo, allí está a la espera de que Daniel se acerque y claramente, él lo termina haciendo con una pura expresión indiferente, caminando lentamente hacia ella sin mirarla, evitando de esta forma seguir encontrando esa imborrable sonrisa.

— Hola, Daniel— Saluda Lia, mientras lo ve arrastrar una silla de otra mesa para sentarse frente a ella.

— ¿Regresas para inventar más mentiras, fresa?— escupe Daniel, dejándose caer sobre el respaldo de la silla, teniendo una vista perfecta de la chica frente a él.

Lia, levanta ambas cejas mientras le da un bocado a su pastel, sin importarle el comportamiento de Daniel.
— En primer lugar, yo no miento...– queda en silencio unos segundos, – a veces si— murmura, — y en segundo lugar, me gusta mucho esta cafetería así que seguiré viniendo las veces que quiera y...— se inclina sobre la mesa,
— te juro que seré tu amiga.

Daniel, dibuja una burlona sonrisa de lado. – Ya lo creo, fresa— lo dice en un tono sarcástico.

— Te lo apuesto— lo termina de decir y apoya fuertemente sobre la mesa un billete de cinco dólares, el primero que tiene a la mano.

El joven curiosea el valor que le pone a la apuesta y termina conteniendo las ganas de reir que esto le provoca ya que sigue pensando que Lia, es demasiado inocente frente a como se maneja el mundo a su alrededor.
— ¿Con diez dólares?— pregunta, arqueando una ceja y la ve asentir con la cabeza totalmente decidida.
— haz lo que quieras, perderás tu tiempo— sin más, se levanta de su lugar pero apenas da un paso la vuelve escuchar.

– ¡Te lo juro!— anuncia demaciado fuerte, despertando el interés de las personas que están en la cafetería.

Daniel, se da cuenta de ello, siendo el centro de atención ahora mismo y cuando voltea hacia ella la ve sonriendo ampliamente, esta vez es diferente, si en las pocas veces que la vió, ella sonrió de esta manera no le prestó tanta atención como ahora, como si no hubiera visto un gesto tan especial en nadie más.
¿Cómo es posible que una simple sonrisa le provoque tanto?

Tratando de escapar de ella, recoje una servilleta de papel y lo arroja sobre la cara de Lia, ocultando de él esa sonrisa.
— Ruidosa— ruge con la frente fruncida y para cuando Lia, descubre su rostro lo ve caminar en dirección a la salida, así que se apresura en dejar dinero en la mesa e ir detrás de él hasta que su móvil comienza a sonar y por inercia toma la llamada escuchando la voz de Megan, su mejor amiga y para cuando sale de la cafetería con la voz de su amiga hablando de corrido, ve a Daniel subirse a su moto y salir de allí, así que ya no puede alcanzarlo...

Ya está anocheciendo, las jornadas laborales ya están terminando para muchas personas y Siara esta entre las últimas que sale de la empresa, con un único destino en mente.
Es así que antes de pensar en lo que vaya a decir, llega al imponente edificio del centro de la ciudad donde se encuentra el apartamento de Christopher Mills.
Tan impaciente como siempre, toca el timbre a la espera de ser recibida, uno, dos, diez segundos y la puerta se abre, dejando a la vista a un formal hombre aún vistiendo traje, con una particular sonrisa enigmática.

Siara, ingresa al apartamento con claras intenciones de acercase a él.

— Siara...— Murmura Christopher, leyendo a la perfección los movimientos de la joven, ya que la acerca a él eliminando la mínima distancia entre ellos. — Yo estaba a punto de ir a verte- sigue, descubriendo el hombro de Siara, para dejar un seductor beso en esa zona.