A través del Fuego

Capítulo 32: "¿Dónde estas, Lía?"

Cristhian, le dió la dirección del club a Daniel por la la vida de su hija y el joven no tardo nada en llegar allí.

— ¡¡Estamos aquí!!— Anuncia Jack, abriendo la puerta de una patada e inmediatamente detrás de él, ingresan más hombres siendo más rápido que los demás que  están en el Club, dejándolos totalmente a su merced ya que son superados en números.

Ninguno de los hombres que trabajan para Zac y Trevor se atreven a disparar ya que por una cabeza de ellos, hay dos armas apuntandolos.
El resto de las personas que están en el club por pura diversión, corren todos hacia un rincón atemorizados por la situación.

—¡¿Quiénes son ustedes?!— Gruñe uno de los hombres de Zac, apuntando a diversas personas sin saber que hacer con esta muralla de hombres armados que tiene al frente.

— Tu peor pesadilla- la potente voz de Daniel llega a tensar aún más el ambiente. Como si estuviera caminando en la comodidad de su casa, se abre espacio entre sus hombres llegando en el medio de esos bandos con las manos en los bolsillos pero con una fría expresión, imposible de estar tranquilo ahora.
— Me dirás donde esta Trevor Sherman o te haré tantas cosas de las cuales te avergonzaras de verte al espejo por las mañanas, a ti y a toda tu basura.

Más de uno del bando contrario,  intercambian miradas entre ellos pero ninguno se anima a hablar.

— ¡No está aquí!— anuncia Joel, desde la planta alta ya que fue a recorrer cada habitación buscando a Lía, Trevor o Zac.  Aunque ya era obvio que no la trairian aquí.

— Oye niño-Uno de los hombres de Trevor, da un paso hacia Daniel, —
no sabes con quién te estás metiendo...— y para completar su oración lo acompaña un grito de dolor por el disparo que recibe en la pierna.

Hay una sonrisita de orgullo en la cara de Jack, al ver el primer disparo efectuado por Daniel, recreando esa seguridad en la forma en la cual se maneja, como lo hace Leo.

— Lo repetiré una sola vez...— dice Daniel, caminando en línea recta frente a los hombres de Trevor,
— ¿Dónde se esconde esa rata de Trevor Sherman?— espera solo unos segundos y no escucha más que insultos, -Bien, contaré hasta diez— hace contacto visual con Jack. — Uno, dos, tres, cuatro, cinco...— respira hondo, — disparen— ordena sin titubear y más de diez hombres son sorprendidos con heridas superficiales pero que altera todo el lugar muy rápido.
— Saben que si disparan, perderán– sigue Daniel, al ver a los que todavía están de pie con ánimos de atacar.
— Si arrojan sus armas, serán tratados con un poco de amabilidad— lo dice, con una fría mirada imposible de ocultar.

— ¡No lo hagan!— Gruñe el hombre que está herido por manos de Daniel pero lejos de hacerle caso, sus hombres se miran entre sí y terminan  dejando sus armas ya que están totalmente acorralados.

Unos minutos después, las  personas que solo estaban en el club como diversión son liberadas pero el resto, terminan atados de manos y de rodillas, frente al club, con la mirada hacia ese lugar que tiene rastros de gasolina y Daniel está justo al final de ese camino.

De fondo se escuchan las sirenas de la policía cada vez más cerca.
— ¿Dónde estas, Lía?– se pregunta Daniel para si mismo, volviéndose cada vez más inestable sin encontrarla.

Tres patrulleros llegan a ellos pero ninguno de los policías avanza, refugiados detrás de sus vehículos ya que se ven intimidados.
Daniel, se gira hacia la multitud, en especial hacia el hombre que hablo primero con él.

—No lo voy a repetir— saca un cigarrillo y lo enciende, mientras Joel le arroja un líquido a los hombres de Trevor y Zac, que no es nada más que agua, pero para ellos eso es gasolina. Entre la desesperación no pueden darse cuenta ya que se mezcla el olor a la gasolina que si está esparcido en el club.