Capítulo 2: Oscuras intenciones

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Definitivamente la fila para ingresar al bar se hace más y más larga a medida que llegan personas, aún así el tan ansioso Zion, se abre paso entre todos para llegar a “hablar” con uno de los guardias.

— No quiero imaginarme lo que sera cuando sea más grande— comenta Liam.

— Te aseguro, que será peor– responde Melissa, negando con la cabeza hasta que pueden notar como Zion, levanta el brazo llamándolos con su inconfundible sonrisa...

El ambiente está demasiado tranquilo para ser una inauguración, es más no parece tener mucho encanto a simple vista aún así, todo es válido para los chicos.
El lugar es grande, cuenta con dos plantas y una pequeña pista de baile que hasta el momento no es usado por nadie, ya que todos están dispersos por los alrededores o sentados en sus mesas.

– Todos somos mayores de edad hoy– Salta Zion, orgulloso de cada acción rebelde que realiza.

— Claro...— Habla Galliart, en tono sarcástico, — aún así, no habrá alcohol en tu organismo hoy. Liam y yo, iremos por algo de beber para todos— anuncia, paseando su vista por los alrededores hasta que logra encontrar la barra.

De esta manera, Galliart y Liam se alejan del grupo dejándolos en busca de alguna mesa para todos.
La mayoría de las mismas ya están reservadas, es por eso que resulta cada vez mas difícil encontrar alguna disponible. Zion, es el responsable de buscar pero Caspian lo encuentra primero, estando está mesa cerca de las escalareas.
Sin embargo, no son los únicos necesitados de un lugar ya que llegan al mismo tiempo que un grupo de cuatro sujetos y una mujer, mucho más grande que ellos en altura y edad.

Pese a ello, sin dudarlo Zion toma una de las sillas reclamando la mesa como suya.
— Está es nuestra mesa— Habla Zion, sin titubear.

— ¿Tuya?— Salta uno de los sujetos, con una exagerada sonrisa burlona, dando señales de que busca comenzar un pleito. — No lo creo niño...— nisiquiera termina de hablar y arroja una de las sillas al suelo, subiendo la tensión en el ambiente.

Con esta situación Sofía, se acerca sigilosamente a Zion, — Podemos buscar otro lugar...

— No— Ruge Zion, pero apenas encuentra la expresión preocupada de Sofía, se calma, — está bien— se rinde al fin.

— Los niños quieren llamar a papá— se burla uno los hombres, cuando nota que Zion se apacigua.

— ¿Qué te pasa?– Ruge Caspian, adelantándose un paso, decidido a enfrentarlos.

– Oye Caspian, déjalo asi— Salta  Sofía, sabiendo que esto está por terminar muy mal, sin embargo, antes de que pueda seguir hablando, la chica que está del grupo contrario la empuja bruscamente, haciéndola caer al suelo y esto rompe el hilo de enojo de Zion, ya que se concentra en Sofía, ayudándola a ponerse de pie.

De esta manera, sin darse cuenta, todos terminan ayudando a Sofía, dejando totalmente expuesta a Lía frente a los problemáticos individuos.

— ¿La princesa quiere divertirse?— continúa el  que parece ser el más grande en edad de ellos, — Te aseguro que puedo darte toda esa diversión— lo dice con una perversa sonrisa y una oscura mirada escaneandola de arriba a bajo. Esta dando claras señales de acercarse peligrosamente más a ella hasta que todo el ambiente se tensa aún más, siendo espectadores de esta sorpresiva escena.
A continuación, una bebida alcohólica aterriza sobre la cabeza del hombre que molesta a Lía, la misma es vertida lentamente sobre él empapandolo sin piedad.

—  Molestan— Una nueva presencia se roba toda la atención y las miradas van dirigidas hacia el joven que acaba de echarle la bebida desde la planta alta.
Tanto él, como el joven que lo acompañan han estado observando todo desde arriba y de la misma forma, permanecen igual de pasibles ante las miradas asesinas del grupo problemático de sujetos.
— Las personas vienen aquí a relajarse— sigue el joven, de cabello negro y ondulado con una tan particular oscura  y fría mirada, — si buscan peleas infantiles, háganlo afuera— con el vaso descartable vacío, lo termina arrojando dándole a uno de los hombres directo en la cabeza e inmediatamente los tipos quieren ir a devolverle la acción pero nisiquiera pueden llegar a ellos ya que la seguridad del lugar, se interpone antes y no conforme con ello, los mismos hombres hacen el amago de sacar a los chicos también pero en el momento que uno de ellos extiende su brazo para agarrar a Lía, Galliart le da un manotazo alejandolo de su hermana.

— No la toques— Escupe Galliart, fríamente.

— Acabamos de llegar, ¿qué maldito problema podemos tener?— Sigue Liam, con la frente fruncida.

— Ya déjenlo así, los niños deben ir a casa con papá...— El joven que tenso más la cuerda, arrojando su bebida, habla una vez más, está vez encontrándose con la fría mirada de Galliart.

Sin intenciones de perder ante él, le sostiene la misma cruda mirada y hasta tiene el descaro de sonreírle, para alimentar más el enojo en Galliart, hasta que es Lía quién corta la línea visual entre ellos.

— Galliart...— Llama Lía, jalando su chaqueta, — será mejor irnos.

— Opino lo mismo— agrega Liam, visualizando a los demás y comprobando que todos estan bien.

Galliart, lleva su mirada en dirección a su hermana y ya no regresa su atención a ese individuo que en cuestión de segundos, logró arruinar su buen humor ya que desde la barra, le llegaron los rumores sobre lo que pasaba y además, él sería el culpable de que sacaran del bar a su hermana y amigos de una manera muy poco delicada y con todo eso, aún tiene el descaro de sonreírle.

–Vámonos— Anuncia Galliart a todos por igual y esto no recibe ninguna queja.

Aunque Galliart ya no le preste atención al chico en la planta de arriba, él sigue observando atentamente a ese grupo de jóvenes  pero mientras lo hace su expresión cambia drásticamente, sin demostrar alguna emoción, sin ningúna  señal de sonrisa, sino que todo en él, es pura frialdad.

–Si sabías quienes eran, ¿por qué nunca fuiste a buscarlos?— Habla el joven a su lado pero no recibe respuesta alguna de él.

El joven parece conocer a los hermanos Clark y compañía, y del mismo modo, no puede sentirse a gusto con ellos, como si un sentimiento más fuerte se sobrepasara, él se llama Daniel y es el único hijo de Leo Dickson, unos de los socios más importantes que tuvo Ethan, o mejor dicho el hombre que quedó a cargo de su organización hace unos años atrás...

Ya los ánimos no fueron los mismos después de salir de allí asi que sólo quedaba un destino.
Liam, se llevó a Caspian, Philip y Melissa, mientras que los mellizos fueron con Zion y Sofía.

Podrían inventar cualquier tipo de escusa a sus padres, pero la expresión en sus caras no son tan fácil de ocultar.

Zion, está sentando en el asiento trasero del auto, al lado de Sofía, aunque los cuatro están en silencio, concentrados en cualquier otra cosa que les haga olvidar este amargo sabor de boca o mejor dicho el recuerdo de esta noche arruinado por esos hombres.
En este tranquilo ambiente, el joven recuesta su cabeza sobre el asiento mirando a Sofía sin que ella se de cuenta aún.

— Sofi...– murmura Zion y acercándo su mano a ella, dibuja una línea con su dedo índice sobre el brazo de la joven, para  así llamar su atención.

– ¿Qué sucede?— se precipita Sofía, en el mismo tono bajo que Zion.

— Lo siento, tu cumpleaños no termino como me hubiera gustado— confiesa, dibujando una sonrisa de decepción.

— ¿Qué? Tonto, fue un dia increíble y lo que pasó en el bar no fue nada– contesta la joven, sonriéndole cálidamente.

Zion, se deja caer lentamente hacia el costado hasta apoyar su cabeza sobre el hombro de Sofía.

- Aún así, puedo decirte el último feliz cumpleaños, del dia— habla Zion con una voz melódica, — Feliz cumpleaños Sofí...— agrega y  sin darle tiempo a reaccionar, deja un beso sobre el hombro descubierto de Sofía y regresa nuevamente a su lugar, sabiendo que la tés blanca de la joven, ya tiene otro tono en sus mejillas.

Los ojitos de Galliart captan ese momento por el espejo retrovisor y no puede evitar intercambiar una cómplice sonrisa con su hermana, que también fue testigo de ello...

Los ojitos de Galliart captan ese momento por el espejo retrovisor y no puede evitar intercambiar una cómplice sonrisa con su hermana, que también fue testigo de ello

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