Capitulo 86: Una nueva y pequeña vida

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Llovió casi toda la noche y durante la madrugada el clima fue mejorando poco a poco. Aunque ya sea de mañana el sol es tímidamente tapado por algunas que otras nubes dispersas, ya ha dejado de llover totalmente y la señal de ello es que los pájaros están haciendo su presencia.
Al menos Lia, los puede escuchar desde el árbol que está junto a la habitación donde está, la misma que pertenece a Daniel, ya que está en su mansión y con él durmiendo tranquilamente a su lado.

La joven se las arreglo para no despertarlo cuando abrió los ojos y se percato de que nuevamente la estaba abrazando, refugiandola cerca de su pecho como si ella se fuera a perder.
A duras penas, no logro que se despertará, si  frunció levemente el ceño pero aún con los ojos cerrados metido en sus sueños, siguió dormido.
Está imagen para Lia, es una de las más hermosas ya que poder verlo así, tan tranquilo y despreocupado no tiene precio.
Sus alargados rizos nunca encontrarán un patrón que seguir, siempre terminan cayendo rebeldemente, sus pestañas son tan largas y su semblante al fin parece estar relajado a diferencia de cuando está despierto y la sabana que solo le cubre la mitad del abdomen deja a la vista una irresistible imagen.

Viéndose dónde está ahora, para Lia esto parece poco creíble ya que sinceramente no esperaba que su vida tuviera este descelanse pero la extraña necesidad que le generó Daniel la primera vez que lo vio fue algo que no pudo controlar y tampoco lo evito.
Este chico irradiaba peligro en todos los sentidos hasta parecía querer ignorarla en un primer momento y ahora terminaron así.

Lia, lleva su mano hacia la frente de Daniel, acomodando los cabellos que caen allí.
¿Cómo hubiera sido todo si esa noche en el club no lo hubiera visto? O ¿Si no hubiera encontrado la cafetería?
Sea cual sea la respuesta no vale la pena  pensar en ello ya que su realidad está aquí, ahora y es Daniel.

— Te amo... — Susurra Lia, de un pensamiento en voz alta que se le escapa pero eso es suficiente para que Daniel tantae a su lado hasta volver a atraparla entre sus brazos.

— Que hermosa forma de despertar— Habla Daniel con una voz ronca y tranquila.

— No quería despertarte.

Daniel, se encuentra con su mirada y deja a la vista una somnolienta sonrisa.
— Si tu me despiertas así, me encanta—le roba un delicado beso y reparte lentamente besos por la cara de Lia, - ¿Qué hacías mientras estaba dormido?— pregunta en voz baja.

— Pensando en el chico gruñón que encontré en un club hace unos años. El que le arrojó un vaso de cerveza a un tipo molesto como si nada ...— Daniel, sonríe de lado. —¿Qué hubiera sido de mi si no lo veía ese día?

— La pregunta sería al revés— Contesta Daniel,
— ¿Qué hubiera sido de mi vida sin ti, princesa?— la acerca más a su cuerpo y permanece en esa posición, abrazandola  en silencio como si su pensamiento si hubiera detenido en otro sitio.

La joven, conoce este pequeño tiempo que se toma Daniel, así que solo se queda allí en su cálida compañía.

— Lia...— dice Daniel al cabo de unos minutos,
— No estoy seguro de poder prometer grandes cosas o una vida completamente tranquila a mi lado, pero te aseguro que jamás en esta vida te sucederá algo, me esforzaré al máximo para que seas feliz...

- ¿Quién te dijo que ya no lo soy?— Interrumpe Lia. — Solo... Quedate conmigo, simplemente, quedate aqui y es eso todo lo que necesito— Lia, se dirige a sus labios, -Es a ti a quien necesito para ser feliz— y sella estás palabras con un beso que en pocos segundos toma otra nivel de intensidad y la poca ropa que traen ya comienza a estorbar.

La que comenzó en la habitación, siguió en la ducha con Daniel tomando la iniciativa donde sea y cuando puede ya que no  desaprovecha ni un solo momento...

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