Capítulo 8: " Nuestro infierno"

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La moto acelera apenas pasan unos segundos, pero es el tiempo suficiente para sembrar la duda curiosa de Lia, al respecto de quien era.

La persona no es nada más y nada menos que Daniel, quien está enojado consigo mismo por haber reaccionado de esa manera sin haberlo pensado. No tiene sentido para él pero ya es tarde para arrepentirse por algo que ya está hecho.

De regreso a la realidad, a lo que está sucediendo frente a ella, Lia se las arregla para alejarse de Liam,en una distancia prudente, notando lo decaído en su expresión sabiendo que no hay ni una pizca de maldad en él y sus acciones, sin embargo, no puede corresponderle a tales sentimientos, más cuando sabe quién está enamorada de él.

— Tu no sientes lo mismo— afirma Liam, con una fatal cara de tristeza.

Lía, trata de alivianar  su dolor regalandole una sonrisa. — Siempre eres tan sincero y  yo te lo agradezco, tomo cada una de las palabras que me dices pero no puedo corresponderte— confiesa.

— ¿No tengo ninguna oportunidad? Puedo lograr que me quieras...

— Yo ya te quiero— interrumpe Lía,
— pero no de la manera que deseas. Si tan solo se tratara de darnos una oportunidad, tu y yo sabemos que tarde o temprano vamos a salir lastimados.

¿Qué podría responder a ello? No tiene ninguna palabra que pudiera ajustarse a esta situación, no cuando le será difícil poder negar el sentimiento que despertó en él.

Una característica más en Lia es el hecho de que no puede ver a nadie triste frente a sus ojos, justo ahora como está Liam, por esa razón, siente que las ganas de ver a Daniel, pueden esperar. Acto seguido, de manera tan natural, termina abrazándolo fuertemente.

– Lo siento...— murmura Liam, correspondiendole al abrazo inmediatamente. — No quería hacerte sentir incómoda...

— ¿Vamos al cine?— Salta Lia, regresando su mirada a él, dejando a la vista una radiante sonrisa tratando de contagiar a Liam. Es esa sonrisa, la forma en cómo lo hace,  la razón de porqué lo hace; Lia puede hacerte olvidar aunque sea un momento el dolor con su noble presencia.
Nisiquiera le permite contestarle y  termina siendo arrastrado por ella en el estacionamiento de la universidad...

Por otro lado, Galliart sale de la institución sin saber lo que había pasado y sin haberse encontrado con Abigail. Pese a ello, aún mantiene atado el pañuelo sobre su muñeca.

Subiéndose al auto, apenas conduce una calle cuando sus ojos localizan la llamativa cabellera de la pelirroja chica que está esperando el autobús en la parada. Sin dudarlo, para justo frente a ella sin importarle si el autobús ya vienen o incómoda a los estudiantes que están esperando junto a Abigail.

Bajando la ventanilla, deja al descubierto esa calidad expresión, frente a la nerviosa cara de Abigail cuando lo ve.

—Hola Abigail–dice Galliart pero la joven apenas logra sostenerle la mirada.

— Hola— contesta la joven rápidamente.

—¿Te llevo?

—No, gracias. El autobús ya va a llegar...

— ¿Es tu manera de agradecerme luego del golpe que recibí por ti?— Una escusa válida sin con ello logra acercarse a ella.

– ¿Perdona?

— Dejame llevarte y estaremos a mano.

Abigail, siente como todas las miradas de los estudiantes están sobre ella, expectante a su respuesta, es así que esperando a que esto sea el final de su relación con Galliart, acepta la invitación y termina subiendo al auto.

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