Capítulo 34: "Nadie volverá a lastimarte"

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Trevor, sale después que sus hombres anticipando que lo atacaran, sin embargo, tiene libertad para salir con tranquilidad y ver un perfecto cuadro.
Sus hombres frente al número no esperado de personas y armas apuntandolos, con una particular línea de individuos encabezando todo, reconociendo inmediatamente a
Ethan, Ciaus y Connor.

La tensión en el ambiente es fácilmente palpable, iluminados por los faros de las cabañas y las luces de los autos en la oscuridad de la noche. Solo hace falta una orden, una palabra y esto podría convertirse en una masacre. Quizas sea lo que Trevor busque y lo que no cruza por la conciencia de Ethan ya que sólo está pensando en recuperar a Lía.

— Se acabo— Escupe Ethan, con la mandíbula tensa, — Entrégame a mi hija, tienes todas las de perder.

Trevor, le sostiene la mirada desde esa distancia, conteniéndose para ocultar el odio descomunal que siente por él.

— Yo no perdí nada pero tu querida hija, perdió mucho esta noche...

Ethan, hace el intento de avanzar, pero Ciaus no se lo permite.
— ¡¡Bastardo infeliz!!— Ruge Ethan, quitándole el seguro del arma.
— ¡Haré que pagues esto con tu vida!

— Creo que tu hija ya hizo ese pago por ti— lo dice tan seguro que termina dandole un choque de ansiedad a Ethan, asustado de lo que pueda significar.  — Llorando y suplicando, se parecía tanto a Malia...

— ¡¿Qué le hiciste?!— Ciaus y hasta Connor, intervienen para parar a Ethan, — ¡¡Te mataré...— entre sus esfuerzos para llegar a Trevor, logra ver algo más que lo detiene.

Un grupo de hombres, ubicados detrás de Sherman y compañía, deja en el medio de esos dos bando a Trevor, acorralado.

Trevor, se da cuenta que las miradas de Ethan y Connor van hacia atrás de él, por lo tanto se voltea rápidamente encontrándose sorpresivamente con la fría mirada de Daniel, apuntandolo con un arma...

*** Tiempo atrás***

Es imposible escapar ahora, Lía no tiene ningúna posibilidad de salir libre de esto. Lo siente aún más  cuando Trevor la lleva prácticamente a rastras hacia una habitación y la arroja al suelo con brusquedad.

- La dulce e inocente niña de Ethan— Habla Trevor, mirandola desde arriba con una fria expresión y de la misma manera, la sigue mirando sin hablar, guardando las palabras para él hasta que se gira hacia los tres sujetos que fueron con ellos.— Experimenten un poco pero no la maten— lo dice tan tranquilo sobre la desesperación de Lía al oír tales palabras.

En su primera reacción, se levanta y corre hacia la mesita de luz de la habitación, tomando como arma la pequeña lámpara. Trevor, ya no voltea a verla y sale de la habitación dejándola sola con esos tres tipos que no son para nada pacíficos y están dispuestos a hacer lo que sea por dinero, incluso lo que Trevor no pudo, tan cobarde como siempre, lastimando a las personas sin pensar en ello.

Las manos de Lía comienzan a temblar mientras trata de sostener con fuerza la lámpara. Nisiquiera quiere pensar el motivo de este secuestro aunque lo puede deducir.

— Pequeña, no te preocupes. No te haremos daño...- Habla uno de los individuos acercándose a Lía pero no avanza solo.

— ¡No te acerques!— ruge Lía, notando como se le quiebra la voz.

¿A quién puede puede pedir ayuda? Quién fuera, solo una persona, alguien que la saque de aquí pero bajo su mirada solo encuentra esas aterradoras sonrisas en los rostros que no puede ver completamente.
No quiere llorar pero antes de darce cuenta sus ojos se llenan de lágrimas, viéndose totalmente vulnerable.

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