Capítulo 11: La decisión de Daniel

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Daniel, evita mirarla ahora mismo, así que gira sobre sus talones tratando de alejarse de ella pero la siente muy cerca siguiendo sus pasos.

— Tu mochila...— se para en seco y casi choca con ella. — ...esta mojada— Agrega Daniel, mirándola desde la cercanía en la cual está. No puede evitarlo y sin pensarlo, comienza a sentirse cómodo en su presencia, acostumbradoce a esa cálida sonrisa de Lia.

— Yo me las arreglo— Salta Lia pero cuando encuentra con la mirada la triste mochila mojada, debe disimular el pensamiento que cruza por su mente sobre las cosas importantes que tiene allí.

— Quiero preguntarte algo— Habla Daniel de repente, como si se tardará un segundo más, se arrepentiria.

— Si...

— ¿Qué quieres lograr, acercándote a mi?– quizás Lia, no fuera tan inocente y detrás de ella hay una intención que puede involucrar a Ethan y su padre.

Lía, lleva su mirada a él pero no logra encontrarse con sus ojos.
— No lo sé— confiesa, dejando escapar una pequeña risa nerviosa. — Sin siquiera pensarlo ya me veía caminando hacia tí— ahora si consigue su mirada, viendo una nueva expresión hasta ahora. No es frío y distante, sino que está muy concentrado en ella. — Me agradas— posa su mano sobre el brazo de Daniel, — me caes muy bien, sé que podemos ser buenos amigos.

— ¿Y si te hago daño?— sigue Daniel.

— Te haré el doble de daño- Agrega Lia, sin darle la debida importancia a la pregunta de Daniel.

Los ojos del joven no dejan de verla pensando en cómo reaccionaria Lia, si alguien movilizará sólo uno de los pilares de su mundo tratando de dañarla.
Podría hablar con Ethan o incluso con Galliart pero hasta ahora el único que conoce sobre el tema es Connor y, Daniel sabe que no se lo dirá al menos que regrese al lado de su padre.
Metido en ese pensamiento que comienza a movilizar su vida, lleva su mano hacia Lia, descubriendo su mejilla de un mechón de cabello, tomándola con la guardia baja. No puede imaginarse a Lia, derramando una sola lágrima  y no desea que sea así.

Desliza su dedo pulgar sobre la mejilla de Lia, sintiendo la calidez en ese toque bajo su atenta mirada y ese en ese momento que marca el inicio de un cambio en su vida.

Alejándose de ella inmediatamente, le da espalda mientras camina hacia su mochila. — Tienes que irte— le entrega la mochila con el ceño fruncido, — recordé que tengo que ir a un sitio y...

—Si...— murmura Lia, un poco apagada.

— Te pediré un taxi...

– No hace falta, lo conseguiré— le regala una sonrisa un tanto actuada pero aún así, Daniel la acompaña afuera bajo un paraguas hasta que logran captar la atención de uno de lo tan solicitados taxista por consecuencia del clima.

Daniel, le abre la puerta mientras la joven sube al mismo y le da una asesina mirada al hombre que lo conduce como si con ello le estuviera advirtiendo que la cuidara.

— Gracias por la ropa— Agrega Lia pero él está lejos dejarla ir tan pronto, ya que aún mantiene la puerta abierta.

— Ten cuidado, ya deja de meterte en problemas que no te incumben y...— mira hacia el costado, pensando cuidadosamente las siguientes palabras.
— Gracias por preocuparte por mí, eres una buena chica— suelta al fin, dándole lo que parece ser una perfecta  sonrisa de lado.

Para Lia, es la primera vez que lo ve sonreír de esa manera  y está completamente fascinada por ello pero antes de poder decir algo más, Daniel cierra la puerta y el taxi se pone en marcha.

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