Capítulo 24: "Eres mia"

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Jack y Joel, caminan junto a Daniel tan campantes por el pasillo del hospital encontrando a uno que otro custodio y ya puede anticipar como están los ánimos por aquí.

— A está historia, la titulamos “Entrando a la boca del lobo”— Habla Jack, — Me gusta— termina riendo divertido hasta que los pasos de Daniel se detienen y los suyos también.

Daniel, encuentra con la mirada a Lía, atravesando el pasillo en dirección al consultorio de un doctor y ese termina siendo el destino del joven.

Lía, había ido en busca del doctor que esta a cargo de atender a los chicos pero al no encontrarlo, da media vuelta rápidamente para irce hasta que ve a Daniel entrando y cerrando la puerta detrás de él.

—¿Ya te ibas princesa?— Habla Daniel, con una inevitable sonrisa de lado al poder encontrarse de nuevo con ella, tan de cerca.

Afuera, parados frente a la puerta están los hermanos Parisi, custodiando fielmente ese encuentro.

— ¿Daniel?— Salta Lía, frunciendo levemente el ceño, ya que luego del ataque en el momento que lo vio aún dudaba si era verdad o sólo un producto de su imaginación por el golpe en la cabeza. — ¿Yo te ví?

Daniel, se acerca más a ella visualizando la venda que cubre la herida sobre su frente.
— ¿A mi?— actúa no saber nada al respecto.

— Yo sé que sí— sigue Lía, — al menos que te haya imaginado.

— Soy un producto de tu imaginación...—lleva una mano a su mejilla, trazando una suave caricia por encima de la venda, evitando tocar esa zona.
Ataque, tras ataque y hasta ahora esto es lo único que consiguen y, es lo único que Daniel tiene intenciones de permitir. No soporta la sola idea de pensar que pasaría con Lía, si llegan a llevársela.

— Me caí— La baja voz de Lía, lo saca de sus pensamientos, atrayendo su atención.

“¿Una caída? ¿Puedes decir eso cuando trataron de secuestrarte... pero  por qué aún sonríes tan alegre como siempre?” ese pensamiento cruza por la cabeza de Daniel, mientras termina acercándose a ella a escasos centímetros de su cara.

- Princesa mentirosa— murmura, mirandola directamente a los ojos.

Daniel, puede ver en ella pura y auténtica inocencia. Viendo cosas buenas en todos y todo lo que pasa a su alrededor. Ella, Siara, Galliart, Zion y todos los hijos de esas personas que Trevor tanto odia, no tienen culpa alguna pero él va por ellos de todas formas.

Acto seguido, Daniel saca de su chaqueta cinco dólares, colocándolo vistosamente sobre el escrito dispuesto allí.
— Ganaste la apuesta— Habla el joven, haciendo alusión a la promesa de Lía, de ser su amiga, la cual la sello con dinero.

— ¿Soy tu amiga?— Salta Lía, con una innegable sonrisa de satisfacción.

Daniel, la toma del mentón capturando su mirada entre esos grandes ojos azules.
— Eres mi amiga...— se acerca más, rozando sus labios, — eres mía— murmura en un tono provocador pero rompiendo el ambiente, Lía termina atragantandoce sola, por la acción de Daniel.

La joven, se aleja unos pasos de él tosiendo y ocultando sus mejillas sonrojadas aunque  es muy difícil de ocultar está reacción con lo transparente que es

— ¿Qué dijiste?-Alcanza a decir Lía, cuando encuentra una perfecta sonrisa esbozada en la cara de Daniel.

- Lo que oíste.

— Mía...amiga— Habla de corrido y seríamente para no ponerse en evidencia nuevamente.

Daniel, arquea una ceja. — No.

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