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Episodio 24: Solo porque eres lindo

-Vaya, hace mucho calor afuera.

Fue un verano hirviendo. El verano de Irugo fue diferente al de Silvanus. Hacía más calor, más brillante y más claro.

-El olor a sol.

La luz del sol rara vez llegaba a su palacio confinado, por lo que incluso en pleno verano, todo lo que podía oler era el olor a humedad.

Aristine respiró hondo, disfrutando plenamente del olor a verano.

Tarkan miró su comportamiento y tiró de ella por la cintura hacia él.

-Te caerás así.

-Oh, sí. Gracias.

El carruaje en el que viajaban Tarkan y Aristine era un carruaje sin techo y con persianas que se podían abrir o cerrar tirando de la tela.

Ofrecía una vista amplia, por lo que era perfecto para el verano, pero podría caerse si no tenía cuidado.

Aristine enderezó su cuerpo extendido.

Incluso después de que ella lo hiciera, Tarkan no retiró la mano, pero a Aristine no le importó.

Su atención no estaba en sus manos sino en el centro de la ciudad que se acercaba.

-Wow, nunca había estado en un lugar con tanta gente... -exclamó Aristine asombrada, con su sombrero blanco de ala ancha.

Tarkan miró al frente.

Había bastante gente en la calle, pero para el centro de la ciudad, este era un día cualquiera.

-Había mucha más gente en el desfile nupcial, ¿no?

-Había barricadas en ese entonces, y no pude caminar entre la gente.

Aristine le envió a Tarkan una mirada que parecía decir, '¿cómo puedes no entender?'

-Lo importante es que voy a entrar allí ahora mismo -continuó Aristine.

Al ver su rostro lleno de emoción y anticipación, Tarkan sonrió. Pero al mismo tiempo, una parte de su corazón se hundió.

El hecho de que tuviera muchas ganas de caminar normalmente por la calle entre la gente dejaba claro cómo había vivido. Por su apariencia habitual y sus palabras contundentes, era difícil imaginar que había estado confinada, por lo que la brecha se sentía aún mayor.

Pronto, el carruaje se detuvo en la estación de carruajes.

Tarkan bajó primero y luego le tendió la mano a Aristine, quien la tomó y saltó. El vestido túnica hasta la rodilla que llevaba revoloteaba en el aire.

Aristine miró a Tarkan y sonrió con picardía:

-Después de todo, hoy estamos disfrazados.

Definitivamente no podía saltar con tanta falta de gracia en el palacio.

Tarkan se rió entre dientes y respondió:

-Haz lo que quieras.

-Bueno, incluso si estoy disfrazada, la gente me reconocerá-Aristine se encogió de hombros.

En ese momento, Aristine vestía una túnica blanca sin mangas que dejaba al descubierto los hombros y un cinturón de cuero con incrustaciones de plata. De calzado, lució unas sandalias de cuero con cordones cruzados que le llegaban hasta la pantorrilla.

Como la túnica le llegaba por debajo de la rodilla, no necesitaba usar otra falda debajo.

Era un atuendo simple pero cada artículo era de buena calidad.

Aristine¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora