Sus ojos turquesa se abrieron un poco cuando vio a Aristine, pero pronto se curvaron suavemente.
Hamill se acercó rápidamente a Aristine, ignorando a la persona con la que estaba hablando.
—Princesa consorte.
—Hola, señor cazafortunas.
Ante las palabras de Aristine, Hamill suspiró y se rió.
—¿Sigo siendo considerado un cazafortunas? Sin embargo, nos conocimos por casualidad.
Hamill inclinó la cabeza hacia ella. Aunque parecía tan gentil como un monje, era un ciudadano de Irugo, y su estatura cubría a Aristine por completo.
De pie en su sombra, Aristine lo miró a la cara.
Su largo y brillante cabello rubio platino rozaba sus mejillas y cuello.
—¿Pensé que habíamos decidido ser amigos?
Su voz era un susurro bajo, lleno del calor del verano.
Justo cuando Aristine parpadeó, Hamill levantó la cabeza. Dio un paso limpio hacia atrás e hizo una cara un poco triste.
Su expresión era completamente diferente de cuando la miraba de cerca.
—He estado esperando el día en que me encuentre contigo, princesa consorte. Aunque no pensé que sería así.
Dio una leve sonrisa.
La sensación que dio fue un poco diferente a la de alguien que realmente no sabía qué hacer cuando se conocieron.
Parecía más como si supiera que se encontrarían, pero no sabía que se encontrarían así, en un lugar así.
—¿Estabas seguro de que nos encontraríamos de nuevo?
—Sentí que estaba destinado a suceder —respondió Hamill.
Los ojos de Aristine se entrecerraron ante esas palabras:
—Todavía me pareces una cazafortunas, considerando todas las cosas.
—Se dice que un amigo es un regalo del cielo —Hamill quitó un pétalo del cabello de Aristine—. Por eso es el destino.
Aplastó el pétalo con una sonrisa.
—¿Es eso así? —preguntó Aristine.
—Por supuesto.
Al ver a Hamill sonriendo como si esto fuera un hecho, Aristine finalmente dejó de entrecerrar los ojos y sonrió.
'Un amigo.'
Le gustaba lo que significaba esa palabra.
Y en ese entonces, pensó que no le importaría volverse amiga si realmente se volvían a encontrar.
—Tu nombre —dijo Aristine.
—¿Eh?
—Dime tu nombre —repitió.
Esas palabras prácticamente decían que aceptaba la oferta de ser amigos.
Los labios de Hamill se curvaron en una sonrisa.
'Iba a usar un alias, pero...'
Cambió de opinión cuando vio los ojos morados de Aristine mirándolo.
—Soy Lu.
Ese era el apodo de Hamill cuando era joven. Ya nadie lo llamaba así. Porque nunca permitió que nadie lo llamara así.

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Aristine¹
RomanceParte I Olvida a mi esposo, iré a hacer dinero. ---------✧--------- Publicada: 27/03/23 Finalizada: 27/03/23 ------------------- Esta historia no es mía, solo la traduzco.