Aristine¹

46

Episodio 9: No es una boda ordinaria

Pero en ese momento, la cara de Mukali se iluminó y preguntó.

—¿Por qué? ¿La princesa parecía diferente de lo que esperabas después de hablar con ella?

Su reacción no fue la que esperaba Dionna. Parecía feliz e incluso aliviado por alguna razón.

Dionna vaciló un poco y luego negó con la cabeza.

—No eso no es.

Sus ojos escanearon el rostro de Mukali como si estuviera buscando algo.

—Es solo que, al ver al hermano Durant protegiendo a la princesa de esa manera... puedo ver que a todos les gusta la princesa, así que tal vez solo estoy creando problemas innecesarios.

Al escuchar la palabra 'Princesa', los ojos de Mukali temblaron un poco.

Cuando vio su repugnante ojo izquierdo moverse, Dionna controló su expresión tanto como pudo para evitar ofenderlo.

—Hermano Mukali, también ha conocido a la Princesa. ¿Qué piensas? La princesa es una buena persona, ¿verdad?

Por un momento, Mukali se quedó sin palabras.

Naturalmente, debería decir que no. No hay forma de que la Princesa de Silvanus sea una buena persona.

[—¿No es extraño que te guste una Silvana cuando ni siquiera sabes qué planes están cocinando por dentro?]

[—No pierdas la cabeza solo porque es un poco bonita.]

[—¡¿Qué hay de ella mucho mejor ?! No se someta tan fácilmente. ]

Las palabras que dijo a sus compañeros guerreros lo ahogaron como un látigo.

'¡Yo, no me he caído...!'

No era el tipo de persona que se deja llevar por cosas pequeñas y delicadas porque estimulan sus instintos protectores.

—No confío en la princesa. No puedo creer a una mujer que tiene los ojos puestos en otro hombre antes de su matrimonio.

—Hermano Mukali...

—Tengo un plan para atraparla con las manos en la masa. Es un plan temible; ni siquiera un astuto silvano puede escapar.

Mukali parecía decidido a revelar al mundo exactamente qué tipo de persona era la Princesa, y al ver eso, Dionna sonrió.

—Es tan simple que es fácil de manejar.

Dionna sabía que la princesa en realidad no estaba teniendo una aventura, pero eso no importaba.

Si Mukali investigaba, los rumores definitivamente se esparcirían.

—Hoy es el único día en que podrás mantener la cabeza en alto frente a mí, princesa.

Sus ojos azul marino brillaron insidiosamente.

***

Tarkan se paró frente al vestíbulo, esperando a Aristine.

No importa dónde mirara, la atmósfera estaba llena hasta los topes con la emoción de la celebración de una boda.

Sabía que se iba a casar desde hacía mucho tiempo, pero ahora que realmente se iba a casar, se sentía incómodo.

Pero independientemente de cómo se sintiera, el matrimonio tenía que hacerse. Aristine era incluso un cónyuge bastante decente.