Venus Jackson no pidió ninguna de estas cosas.
No pidió ser hija de Poseidón ni ser una semidiosa.
Tampoco pidió que todos los dioses tuvieran el ojo puesto en ella y su hermano gracias a una gran profecia que se habia creado hace mucho tiempo sobre...
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-Por Zeus-murmuro Venus cuando por fin dejaron de correr.La semidiosa se dedico a tomar aire mientras los demás analizaban la puerta en la que se había parado la araña.
-¿Listos para conocer a Hefesto?
-No.
-La verdad es que no me apetece.
-¡Si!
Annabeth miro con el ceño fruncido a los tres hermanos.Para ser hijos de Poseidon se parecian en lo que viene siendo nada.
Tyson giro la rueda haciendo que se abriera la puerta.La araña entró al interior y pronto la siguieron los demás con mucho menos entusiasmo del que tenía el cíclope.
-¿Crees que va ser un buen dios o un dios normal?-pregunto Venus a su hermano mientras entraban al taller.
-¿A que te refieres con normal?
-Un cabron-dijo la hija de Poseidon de forma rotunda-Practicamente todos lo son.
-Voy a tentar a nuestra suerte y decir que uno bueno.
-Perseus,¿eres consciente de que el hombre vive aquí?En uno de los peores sitios de este mundo.Y,por si no fuera poco,su mujer le pone los cuernos constantemente.Con su hermano.Si fuera feliz seria bastante sorprendente-dijo lo ultimo murmurando mientras miraba los aparatos a su alrededor.
Cerca de ellos había un elevador hidraulico,del que sobresalían dos piernas por debajo.Una de ellas tenía una abrazadera mecánica.
La araña se deslizó por debajo del coche y los martillazos se interrumpieron al instante.
-Vaya,vaya-La voz retumbaba desde debajo del Corolla-¿Qué tenemos aquí?
El mecánico salió sobre un carrito y se sentó.
Venus recordaba levemente haber visto a Hefesto en el Olimpo.Pero sinceramente no le había prestado mucha atención,ya que estaba mirando a otros dioses o a punto de que la mataran.
En fin,prioridades.
-Ahí esta-dijo entre dientes el dios-Mucho mejor así.
La araña dio un saltito alegre en su palma, lanzó un hilo de metal al techo y se alejó balanceándose.
Hefesto les dirigió una mirada torva.
-¿No os he construido yo, verdad?
-Ojala-dijo Venus en un suspiro-Mi vida sería mucho más fácil.
-¿Eh? -dijo Annabeth confundida-. No, señor.
-Menos mal -gruñó el dios-. Un trabajo muy chapucero.
Venus miro al dios con los ojos entrecerrados.
Ya le caía mal.
Podía aguantar amenazas de muerte e intentos de asesinato,pero ponía el limite en insultos.
