Venus no podía creer el punto tan bajo al que había caído mientras desfilaba junto a las dracanae.
No podían escapar.
Y ellos lo sabían.
Al fondo del pasillo se distinguían unas puertas de bronce.Desde el otro lado salió un ruido amortiguado,como el de una gran multitud.
—Ah,sssssssi-susurro una de las mujeres serpiente-Le gustareis mucho a nuestro anfitrión.
—¿Quien es vuestro anfitrión?-pregunto Percy.
—Ah, ya lo verásss. Os llevaréisss divinamente. Al fin y al cabo, es tu hermano.
—¿Mi qué?—pregunto Venus confundida.
El gigante se acerco y abrió las puertas.
-Tu te quedas aqui-le dijo a Annabeth sujetandola de la camisa.
Annabeth protesto,pero poco podía hacer contra ese tipo.
Kelly se echó a reír.Aun sujetaba a Rachel entre sus garras.
-Vamos,hermanos Jackson.Divertidnos.Os esperaremos aquí con vuestras amigas para asegurarnos de que os portais bien.
Venus se paso las manos por la cara de forma lenta.
Como allí Apolo no podía aparecerle en sueños,no soñaba nada.Ni siquiera sentía ese tiempo,era un vacío,por lo que su mente nunca tenía un descanso.
Y lo necesitaba.
Pronto ella y su hermano fueron obligados a cruzar la puerta solo para verse metidos en una pista de combate.
Tenía forma circular y tamaño
suficiente como para poder recorrerla con un coche sin despegarse del borde.En el centro, se desarrollaba un combate entre un gigante y un centauro. Este último parecía muerto de pánico y galopaba alrededor de su enemigo con una espada y un escudo; el gigante blandía una jabalina del tamaño de un poste telefónico y la muchedumbre lo vitoreaba enloquecida.
La primera fila se hallaba a más de tres metros de altura. Las gradas de piedra
daban la vuelta completa a la pista y todos los asientos estaban ocupados.Había gigantes, dracaenae, semidioses, telekhines y criaturas todavía más extrañas: demonios con alas de murciélago y seres que parecían medio humanos y medio... lo que se te ocurra: pájaros, reptiles, insectos, mamíferos...
Pero lo más espeluznante eran las calaveras. La pista de tierra estaba llena de ellas. También se alineaban, una tras otra, por todo el borde de la valla, y había pilas de casi un metro decorando los escalones entre los asientos.
Sonreían clavadas en picas desde lo alto de las gradas o colgadas del techo con cadenas, como lámparas
espantosas. Algunas parecían muy antiguas: sólo quedaba el hueso blanqueado.Otras eran mucho más recientes.
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𝐔𝐧𝐭𝐢𝐥 𝐓𝐡𝐞 𝐄𝐧𝐝 𝐎𝐟 𝐔𝐬 ¹ | 𝐀𝐩𝐨𝐥𝐨
FanfictionVenus Jackson no pidió ninguna de estas cosas. No pidió ser hija de Poseidón ni ser una semidiosa. Tampoco pidió que todos los dioses tuvieran el ojo puesto en ella y su hermano gracias a una gran profecia que se habia creado hace mucho tiempo sobre...