Capítulo 68: El almuerzo.

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68: El almuerzo.

68: El almuerzo

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Esperen... Dije Nic pero… ¿acaso me equivoqué de persona?

Porque el chico de ojos azules, rostro y una sonrisa idénticas a Nic, era alguien a quien cuanto más tiempo observaba, menos podía asociar con el chico que me gustaba y al cuál deseaba revelar mi secreto. Quiero decir; a menos que Nic tuviese un gemelo (quizás malvado) del cual no tuviese conocimiento alguno (él no tenía ningún hermano gemelo, así que la posibilidad estaba descartada), en efecto: ese chico era él.

Nic Brisley. En traje y corbata. Guapo y elegante.

Solo que…

—Kayla. —su voz salió educada pero incluso con tanta cortesía solo me había observado de reojo un par de segundos.

… algo anda mal.

No me malinterpreten; Nic era muy guapo y lindo y en traje y corbata todo eso se amplificó, pero ¿cómo lo digo? No lo verías usando traje y corbata en un día soleado jamás. Él prefería usar ropa cómoda y ligera porque le gustaba y ya y porque lo elegante y formal no era su estilo en lo absoluto. No me estoy quejando, pero… ¿qué es esto? En serio ¿qué es esto?

¿Cómo lo digo? Sentí que frente a mí se había manifestado una versión suya proveniente de un universo paralelo. Una versión de un universo paralelo que usaba traje y corbata.
Y no me refería solo al traje y la corbata sino el hecho de que estaba aquí, a mi lado en las escaleras, en el jardín, en la casa de mi padre, tan cerca que si alzaba mi mano solo un poco, podría tocar su brazo.

No sé si me sorprendía más el hecho de que se había presentado (junto a Karl) vestido tan elegante (actuando como si apenas nos conociésemos) o tal vez porque era la primera vez que Nic venía a mí casa y conocía a mi padre.

Espera… no solo él; Karl también estaba aquí. Había sido más rápido y avanzaba tras Zane y Rikki, como si su presencia aquí fuese algo natural, como si fuese a formar parte de la reunión que se llevaría a cabo. Oh… rayos, no. No, no, no.

¿Qué rayos? fue el único pensamiento que cruzó por mi mente en medio de la confusión que experimentaba. Si la memoria no me fallaba, y estoy segura que no lo hacía, el de hoy era un almuerzo para hablar de negocios y me atrevería a decir que se trataba además, de un almuerzo de negocios-familia. ¿Qué quiero decir con esto? Bien… primero; por como papá se comportaba tan atento y devoto alrededor de la pareja de ojos rasgados, sin duda estos debían ser los potenciales inversionistas y ese era el motivo de su presencia aquí hoy. Por negocios. Por otro lado,  era natural la presencia de los Gilbert aquí pues eran como de la familia. El papá de Emma es el mejor amigo de mi padre, y fue invitado por él, por lo que su presencia aquí no era cuestionada.

¿Pero y Karl? Él era un extraño, un desconocido. Un entrometido quien parecía saber más de lo que decía, una amenaza. Saludando a mi hermano y sonriéndole como si se llevaran bien, como si fuesen amigos. ¿De qué me perdí? Estoy muy segura que Karl no había sido invitado. Al menos, no por mí. Esto era demasiado inesperado y no me gustaba ni un poco.

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora