Capítulo 29: Hagamos un corto.

1.2K 99 2
                                    


—Entonces, eso es... participar juntos... y... —podía escuchar que Emma estaba diciendo algo muy importante, pero no le estaba prestando mucha atención que digamos—. ¿Me equivoco? —dijo pero no escuché que nadie respondiera—. ¡Oye! —fue entonces cuando recibí un pequeño empujón. Volví a la realidad, encontrándome con Emma, que me miraba con preocupación—. ¿Estás bien? Te hablaba y no contestabas —No solo ella; Cleo y Rikki me miraban con una expresión que parecía decir lo mismo.

—Sí, sí —asentí, volviendo a centrarme—... Me decías que...

—Que debemos conocer las reglas. Son muy estrictas... —muchas gracias, Emm, eso lo aclara todo.

— ¡Olvídate de las reglas por un segundo! —pidió Rikki, entornando los ojos.

¿Reglas? ¿Por qué?

— ¿De qué me perdí? —inquirí. Me pongo a reflexionar sobre la vida durante CINCO segundos y pasa esto.

—Haremos un corto. —explicó Rikki con tono despreocupado al tiempo que se encogía de hombros.

— ¡Ah! —exclamé—. Genial.

Quisiera más detalles pero por la cara que está poniendo Emma, es mejor que lo averigüe con Cleo más tarde.

—No es solo... un corto —repuso Emma entre dientes—. Es el Concurso Anual de Jóvenes Cineastas. No lo digas como si fuera cualquiera cosa. —añadió.

—No puede ser tan difícil. ¿Verdad?

—Ajá.

Emma soltó una risa corta y filosa y... no dio más información. Entonces, miramos a Cleo.

—El año pasado rechazaron una cinta porque se pasó 7 segundos de los 3 minutos.

—Oh.

—Sí.

— ¡Muy bien, cineastas! Lo que han estado esperando —cuando Wilfred tomó la palabra, una multitud comenzó a reunirse a su alrededor—. El tema de este año es —pausa dramática para generar expectativa—... ¡Héroes! —exclamó—. Y, por cortesía del padre de Zane —sí, sí, sólo de Zane; total, Kayla no cuenta—; el muy generoso y rico Doctor, Harrison Bennett, ¡el premio en efectivo se ha duplicado! —todos los allí presentes comenzaron a murmurar y a aplaudir.

—Wow, fantástico.

— ¡Genial!

—Suena bien para mí.

Yupi, que felicidad y bla, bla, bla. No estaba de humor.

— ¡Y además, el mismísimo doctor Bennett formará parte del jurado! —Wilfred no podía con tanta alegría. Cómo lo envidio—. Les deseo buena suerte.

—Súper. —ironicé. Vi que Rikki se ponía de pie y, por alguna razón incomprensible para mí, intercambiaba palabras con mi hermano, pero por su cara había sido todo menos una charla agradable.

— ¿Por qué el padre de Zane es juez? —cuestionó y un segundo después sus ojos se clavaron como dagas sobre mí—. No. ¿Por qué tú generoso y rico padre, tiene que ser el juez?

— ¿Quizá porque está poniendo todo el dinero? —dijo Emm, con un tono un tanto irónico.

—Como sea. ¿Al menos contigo en el equipo tendremos una pequeña ventaja? —inquirió, mirándome y no pude evitar abrir los ojos, con incredulidad.

¿Qué fue lo que dijo?

— ¿Perdón? —dije, frunciendo el ceño. Emma y Cleo me miraron, expectantes—. ¡No, Rikki! ¡Cielos! —dije, sintiéndome ofendida.

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora