Capítulo 26: Aliados.

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Más tarde ese mismo día, me puse manos a la obra. Ciertamente, un mes después del interesante... incidente, la luna llena regresaría hoy para ¿cobrarse otra víctima?, Quién sabe, lo único que tenía claro era que... no tenía la menor idea si le ocurrirían cosas extrañas a Cleo, a Rikki o... incluso a mí, tal como ocurrió con Emma. Por las dudas, lo mejor era, por supuesto: estar preparadas.

¿Y cuál era la mejor manera?

Paso 1: Buscar un lugar seguro, obviamente.

De antemano, habíamos acordado reunirnos en casa de alguna de nosotras y pasar la noche para este evento "especial", que aparentemente solo ocurriría una vez al mes en la vida de unas adolescentes. No, no me refiero a "ese" evento especial.

El destino, véase que perdí en el piedra papel o tijeras, señaló mi humilde morada como la más adecuada (puntos extras era que mi madre no estaría en casa) y justo tendría la casa para mí sola durante toda la noche, así que tendría libertad "artística" para equiparla de tal forma que fuera seguro para nosotras permanecer aquí dentro sin la molestia de asfixiarnos debajo de sacos de dormir.

¡Perfecto! Ahora sigue... el paso 2, que es... Organizar el área.

Pasé el resto de la tarde encargándome de organizar todo lo necesario en la sala de estar; eso incluía la comida, bebidas y todas esas cosas esenciales para nuestra supervivencia durante esta "peligrosa" noche (aparte; mínimo debíamos de tener algo con lo que entretenernos) aunque tampoco es como que no pudiéramos comunicarnos como seres sociales que somos, pero para matar luego el aburrimiento, las botanas no le hacían daño a nadie.

Dejé todo lo que estaba haciendo a un lado cuando escuché el timbre de la puerta.

—Llegan justo a... tiempo...—apenas abrí me encontré de frente con un inesperado visitante.

—Hola. —saludó este... ser humano, entrando como si fuese su propia casa.

—Sí, adelante estás en tú casa —ironicé, cerrando la puerta—. ¿Qué pasa? —me paré a su lado para ver qué era lo que le llamaba tanto la atención.

—Ahm... no, no realmente. —dicho esto de manera muy distraída, volvió a concentrarse en mi tapiz.

Por supuesto, ya debería estar acostumbrada a su conducta... pero cada día trae una nueva sorpresa... y esta era una de esas.

—Oh, resulta que solo pasabas a saludar —sonreí irónicamente, pero Lewis no se lo tomó como tal, solo murmuró un "Ajá", y continuó en lo ¿suyo? Nos quedamos en silencio durante algunos segundos. El miraba los alrededores de mi casa y yo lo miraba a él como si fuese un fenómeno. Al parecer no tenía intención de decirme qué rayos hacía aquí. Mientras seguía maravillado con mi hogar, en medio de su inspección me crucé en su camino—. En serio, ¿qué sucede? —endurecí mi voz, me cruce de brazos, y lo miré a los ojos, intentando imitar la expresión de hielo de Emm, pero fracasé estrepitosamente... lo supe porque Lewis pasó a mi lado sin lucir, cuanto menos, consternado— ouch... estoy muuuy ocupada, y tú estás muuuy ocupado ignorándome; ambos estamos ocupados, parece —suspiré—. ¡Lewis! —canturreé alzando los brazos y moviéndolos de un lado a otro frente a su cara, en un intento por traerlo de vuelta... y cuando dio resultado, por fin pareció percatarse de mi existencia.

— ¿Eh? Solo veía que fuese seguro aquí dentro. —Ah, claro, eso aclara todas mis dudas, pues gracias, me dejas más tranquila.

— ¿Por qué...?

—Oh... escuché que hoy tendrían una noche de chicas y como justo habrá luna llena —es obvio que Cleo le dio todos los detalles, la cuestión es, ¿por qué no me sorprende?—. Pensé que quizá podría hacerles compañía. —sonrió.

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora