H2O, Sirenas Del Mar:
La Otra Sirena...
Kayla es una chica de 15 años que vive su día en las soleadas playas de Costa Dorada junto a sus mejores amigas Emma y Cleo... a diferencia de Emma que es sensata y responsable y de Cleo que es más bien ingen...
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“Soy una sirena.”
Me las arreglé para confesar mi secreto en medio del escándalo causado por el grupo de niños que jugaban en el agua lo suficiente lejos como para no ser capaces de observar la revelación que acababa de hacer; bueno, no estaban mirando en nuestra dirección en primer lugar así que bien por ahí.
El punto es que lo dije. ¡Yo en verdad lo dije!
Y no se trataba de un sueño o un sueño convertido en pesadilla ¡no! Para asegurarme de ello me pellizqué un brazo y me dolió un poco. ¡Por lo tanto, esto es real! Realmente estaba sucediendo. Wow.
Quiero decir: ¡Wow! ¡Por todos los cielos, lo hice! ¡Le confesé mi secreto a Nic! Quería saltar y gritar, o reír, pero también quería salir corriendo todo al mismo tiempo (tenía muchas emociones entremezcladas) pero le obligué a mí misma a mantenerme serán porque era consciente de que este no era el mejor momento para hacer eso ganas, pero me faltaban.
No era fácil mantener este secreto del mundo y muchos menos lo era hacerlo con las personas que son cercanas a ti o con quiénes convives a diario (como Nic y Zane). ¡Es el secreto más difícil de ocultar en todo el mundo! Por eso al menos, para aligerar un poco mi carga, quería depositar mi confianza en las personas a las que les importo y que son importantes para mí. Y ahora que había logrado decirlo por fin en voz alta era... liberador. Como si un peso enorme hubiese sido quitado de mis hombros, como si volviera a respirar con normalidad tras tener una roca atorada en mi garganta. Se sentía bien.
Está bien, sí. Eso debería ser suficiente por ahora. Lo hice bien. Revelar mi apariencia de sirena sería muy impactante para él y ¿acaso no es más genial y divertido mostrarle mi poder? ¡Convertir líquidos en pegamento! ¡Lo más genial de mundo! Oh bueno, es muy poco práctico; ¡pero!, en comparación con revelar mi gigantesca y anaranjada cola de pez (que destacaba demasiado incluso bajo el agua), mi poder era algo simple; pero muy efectivo si solo quería demostrar ser lo que había confesado en primer lugar.
Sí. Lo simple y directo era mejor. Luego, con más calma y cuando estuviéramos a solas le mostraría la transformación. Y confieso que no planeé confesarle mi secreto justo hoy, o ahora. Solo... sucedió, sentí que había llegado el momento. Aparte, la localización era la adecuada (solitaria) y esos niños ni siquiera nos estaban prestando atención; de hecho, ¡se estaban marchando! (sin testigos), e incluso, la puesta del sol y el sonido de las olas ayudó a convertir el momento en algo romántico.
Sí, un primer paso simple pero efectivo en la dirección correcta. Esta fue la mejor opción. Sí. Esto estaba bien. Excepto claro, que Nic no ha dicho una sola palabra todavía. Bueno, era normal.
Apreté mis manos en forma de puños a los costados de mi cuerpo, mientras tomaba consciencia del temblor de mis manos, de que mi corazón iba a escapar de mi pecho en cualquier momento por la fuerza con la que retumbaba y tendría que sentarme pues mis piernas amenazaban con fallarme. Estaba nerviosa, terriblemente nerviosa. Nic era la primera persona a la cual le confesaba mi secreto y, aunque aliviada, también me sentía muy expuesta.
