Capítulo 87: La cámara nunca miente.

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La cámara nunca miente.

-Aún debemos averiguar qué tanto es lo que sabe Denman.

En resumen, el plan (si así es como se le podía llamar) consistía en mantenernos alejadas de la Isla Mako hasta que fuese seguro regresar. Sonaba simple, lucía simple y, en teoría, lo era. En teoría.

Atravesar la entrada-salida submarina sería el punto de inflexión porque al regresar a casa tendríamos que simular una vida lo más normal posible. Lo que incluía el abandono de nuestro lugar seguro, abstenernos de ser sirenas y permitir a unos intrusos salirse con la suya. ¿Fácil, no? Bien... no movimos una cola para regresar a tierra firme. Como dije: en teoría.

Por el rabillo del ojo, noté que Emma (siempre la líder) había hecho un movimiento, un ademán para girarse pero pareció pensarlo mejor y en medio del gesto se quedó muy quieta durante un segundo y no hizo ningún otro movimiento para indicar que se sumergiría.

Yo no me encontraba ni la mitad de dispuesta de lo que ella lo estaba, para ser honesta.

Nadie lo había dicho. Ni siquiera Rikki. No en voz alta, al menos, pero estoy segura que todas habíamos llegado a la misma conclusión. Esta sería quizás la última vez, durante dios sabe cuánto tiempo, que podríamos estar aquí.

«Mako ya no era seguro». Descubierto y explorado por las personas incorrectas. No debíamos olvidar, sin embargo, que Mako tampoco estaba a salvo.

-Encontrar esa muestra y destruirla. -finalicé.

-Por favor, permítanme -la voz de Rikki cuando habló, sonó ronca y apasionada, mientras abría y cerraba sus manos de forma experimental, como si estuviera probando algo. Capté un destello de algo salvaje en sus ojos azules y, de pronto, recordé aquella vez meses atrás cuando Rikki pretendía cocinar vivo a aquel vendedor de especies silvestres, pues la expresión que estaba haciendo era similar a la que hizo en aquel entonces.

-No -un movimiento de su cabeza, acompañó la negativa de Emma-. No harán nada -reiteró y no pude evitar mirarla con el ceño fruncido-. Lo mejor es mantenernos lejos de la doctora Denman -añadió-. Es peligroso.

- ¿Y... vamos a dejar las cosas así? -la miré, confundida.

-Bueno... no podemos hacer nada.

¿Qué?

- ¿Vamos a quedarnos de brazos cruzados mientras Denman hace quien-sabe-qué-cosa con esa muestra y con Mako? -Conforme hablaba, la indignación y la ira se apoderaban de mí como un veneno-. Entiendo que debemos mantener un perfil bajo y ser cuidadosas -asentí, muy a mi pesar-... pero, ¿dejaremos que Denman haga lo que quiera? -Abrí los ojos con genuino desconcierto y miré a las demás, con la interrogante escrita en mi rostro-. Mako es... nuestro lugar -gruñí, empleando un tono territorial que no sabía que poseía-. Tenemos -hice énfasis-.... que hacer algo para alejarla de aquí.

-Mira, la situación me parece tan mala como a ti... todas, pero: ¿qué podemos hacer? -murmuró Emma, mientras se encogía de hombros con algo parecido a resignación.

Sus ojos azules estaban fijos en la superficie del agua que nos rodeaba, una luz se proyectaba sobre su pómulo derecho. La aflicción era evidente en su perfil.

-Podríamos comenzar por obtener información -comencé, reflexionando sobre ello-; descubrir dónde tiene la muestra y lo que planea hacer con ella, ¡lo que sea! ¡Pero quedarnos sentadas esperando por buenas noticias no es una opción! ¿No lo creen así? -quise saber.

Emma alzó la mirada y me contempló con una ceja en alto.

-¿Cómo lo haremos sin exponernos? -buena pregunta.

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora