Capítulo 65: Locura y valentía.

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Locura y valentía.

Las vi claramente

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Las vi claramente. Eran sirenas… eran sirenas… eran sirenas… sirenas.
Las palabras que jamás esperé escuchar en ese momento, se repitieron una y otra vez como un eco tenebroso mientras sentía como si cayese sobre mi cabeza un balde de agua helada. Ay no. No puede ser. Metimos la pata; digo, la cola. Zane nos vio, nos vio. ¡Zane nos vio!
¿Qué tanto vio? ¿Vio nuestros rostros? Obviamente vio la cola pero, ¿Cuándo nos vio? ¡Emma vigilaba afuera y yo sacaba el cofre! ¿Cómo ocurrió?

—Una de ellas tenía el cabello largo y negro y la otra, una gran mata de cabello rojo, y tenían colas enormes —Esas seríamos yo y mi amiga. Esto era peor a que Zane se guiara movido por su instinto (que es de familia, porque eso mismo ha hecho que nuestro padre gane mucho dinero) o pura sospecha –como antes cuando a pesar de apenas captar la imagen de la cola de mi amiga bajo el agua durante brevísimos segundos, él afirmaba haber visto “algo”, o cuando fue agredido por Rikki lunática en la Isla Mako en su búsqueda inagotable por la verdad- pero es diferente, porque ahora posee certezas. No solo cree, con fe ciega, haber visto “algo” en el fondo del agua y tras una contusión en la cabeza. Ahora lo sabe. Nos vio, con las colas, completamente lúcido. Por todos los cielos, esto era malo, terrible, una verdadera catástrofe, mortal. Bueno, tal vez no mortal en el sentido de morir pero sí peligrosas en el sentido de laboratorios, experimentos y conejillos de indias. Cuatro conejillos de indias. Tengo algunas preguntas y sé que nadie iba a responderlas pero de todas maneras: ¿En qué momento nos vio? ¿Y cómo es que no lo notamos? ¿A estas alturas valía la pena averiguarlo? ¿Cambiaría algo? Rayos, no lo creo. Probablemente lo empeoraría. Contuve el impulso de mirar a las demás con una cara de "¡Estamos pérdidas!". No era necesario cavar más profundo en el hoyo—. ¿No es así, Nate?

Ok, por ahora era el momento perfecto para añadir un número más en la lista de lo que ha salido mal hoy:

1. La discusión con las chicas, bueno: la discusión con Emma. Y en general, descubrir que su confianza en mí era poca, por no decir nula (aunque irónicamente, Emma preguntó si podíamos confiar unas en otras cuando la primera en desconfiar y enviar espías era ella).

2. Karl.

3. Miriam siendo Miriam.

4. Zane viéndonos con… las colas.

Y claro que el último puesto añadido a la lista podría encabezar un top de peores momentos para unas sirenas cuyo objetivo era mantener en secreto que son sirenas.

— ¿Me preguntas a mí?

Cuando Nate lo miró con una ceja enarcada, irónico, y me atrevería a decir que un poco enfadado, Zane bufó y rodó los ojos. No estaba recibiendo el apoyo de su mejor amigo. Me podía identificar con eso.

—Cómo sea, voy a volver ahí —no dio la impresión de haber perdido ni un ápice de determinación, lo cual era tanto de admirar como de temer. Y en este momento me inclinaba a temer. Era algo de familia también—. Esto es real —lo dijo con tanta seguridad y sin ningún indicio de que fuese una broma que la reacción (natural y esperable) de algunos fue reír a carcajadas, seguros a su vez de que Zane había perdido la cabeza por completo. Lo cual, si fuera el caso, que no lo era, no era algo para reírse—. Hay dos sirenas allá afuera y voy a demostrarlo —hizo una pausa y miró a su alrededor sin amedrentarse por las burlas y el escepticismo que recibía a partes iguales. Era de temer y admirar—. ¿Quién viene conmigo? —Las risas y burlas se escucharon distantes cuando los ojos oscuros de Zane se encontraron con los míos entre todo ese mar de burlas y risas. Podría jurar que había una petición, una súplica muda allí. No negaré que me sorprendió. Podría contar con los dedos de una sola mano las veces en las cuales se despojaba de ese orgullo y altanería, pero últimamente he sido testigo de que lo ha hecho ya un par de veces. Ahora mismo tan solo parecía un chico desesperado porque alguien crea en él, porque alguien lo ayude, porque alguien lo apoye. Rayos, yo no soy esa persona. Zane lució dolido y decepcionado cuando rompí el contacto visual pero lo hice (recordándome que era para protegernos pues Zane no debía, bajo ningún concepto, conocer la verdad, por más que esos ojos ahora sin ninguna mascaran de orgullo, lucieran desesperados y abandonados). Ni siquiera cuando mamá se fue y papá se olvidó de nosotros lo vi tan derrotado, enfadado sí, triste jamás. Estoy consciente de que esto es lo mejor para nosotras pero eso no me hace sentir mucho mejor. Guardar este secreto es difícil, que Zane nos esté cazando es difícil. Si tan solo pudiera…

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora