Capítulo 84: Evidencia.

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84: Evidencia.

84: Evidencia

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—Ohm… nada. —dijo Lewis quizá demasiado rápido, mientras se cruzaba de brazos. Grave error. Zane lo miró y arqueó una ceja. No caería por una mentira tan obvia.

—Oí algo sobre la Isla Mako. —Entonces dio un paso más cerca.

—Tal vez lo imaginaste —tercié con un bufido, haciendo todo un acto de estar fastidiada.

Zane me fulminó con la mirada.

—¿Qué fue? —insistió—. Mencionaron Mako y...

—¿No ibas a encontrarte con Nate? —inquirí, intentando desviar su atención.

—Y una bióloga marina. —pero fue en vano porque Zane me ignoró, mientras daba otro paso y se acercaba hasta posicionarse frente a la mesa central, ocupando el espacio libre en el medio, entre nosotras y Lewis.

¡Rayos!

—Es de mala educación espiar las conversaciones ajenas, Zane —reprendí, intentando impregnar mi voz con la severidad que siempre le he oído a mi padre—. ¿Lo entiendes? Mala educación.

—¿Y bien? —Zane se cruzó de brazos y frunció el ceño. Y lo supe. No iba a moverse de allí hasta que soltáramos la sopa—. Sé lo que escuché. —advirtió.

¡Ah! ¡¿Por qué tenía que estar aquí justo ahora?! ¿Y ahora que se supone que debemos decir? ¿La verdad?

—¿Sí? —me incliné hacia adelante y lo miré con ojos entrecerrados, y una sonrisa—. ¿Y qué fue lo que escuchaste?

¿Qué tanto escuchó?, ¿La muestra de ADN?, ¿Escuchó sobre ello?

Zane frunció el ceño.

—¿Por qué el misterio? —me miró con curiosidad y luego a los demás. Notó la tensión en el ambiente, y sacudió la cabeza, confundido, molesto, exasperado—. ¿Qué están ocultando?

—Nada.

—¿Alguna vez te ha interesado lo que sea que hable con mis amigos? ¡No! —exclamé, respondiendo mi propia pregunta—. ¿Por qué comenzar ahora?

—Si está relacionado con Mako, sí, me interesa —insistió mi hermano y tuve que reprimir las ganas de bufar—. Allí están las las sir…

Ahí va de nuevo. No pierde una oportunidad, en alguna ocasión en que la isla Mako sale a colación, habla de sus sirenas. Esto ha ocurrido con más frecuencia ahora que estamos de vacaciones y Zane no parece tener nada mejor que hacer que hablar del tema... con cualquier persona, literalmente cualquier persona que posea oídos funcionales.

—No, no quiero escucharte. —alcé una mano, indicándole silencio y Zane me fulminó con la mirada.
—Sólo díganle. —entonces Rikki rodó los ojos.

Emma y Cleo, la miraron un tanto preocupadas, pero Rikki tenía toda su atención puesta en Zane y Zane estaba atento a lo que sea que Rikki estaba a punto de decir.

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora