Capítulo 93: El camino hacia la redención nunca es fácil.

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El camino hacia la redención nunca es fácil.

-¿Y bien, qué es lo que vamos a hacer, cuál es el plan?

-Vamos a sacarlas. -dije, con toda la determinación que fui capaz de reunir pero, siendo honesta conmigo misma, no estaba ni cerca de asegurar si sería capaz de hacerlo realidad. No dependía de mí y debía considerar muchísimos factores externos y demasiado problemáticos.

Para mi desdicha, Zane mostró su desacuerdo con un firme movimiento de su cabeza.

-No van a poder -reiteró cuando lo miré con un: «¡Oh, vamos, ten un poco de fe!» No era realista pero en mi defensa, estaba desesperada-. No, ahí adentro está la doctora Denman con toda su gente, y -Zane se interrumpió a mitad de su frase y me miró de reojo. Parecía dubitativo sobre decir algo o no. Lo miré con una ceja en alto «vamos, ¿y la confianza?» Era crucial ser honestos entre nosotros para lograr que esta alianza funcionara, y Zane lo sabía-... papá -admitió y me removí, incómoda, cuando noté a Lewis, atento a nuestra conversación.

-¿Ellas están bien? -Quise saber, sintiendo mis brazos rígidos por la forma como mis manos se aferraban a ellos-. ¿Les hicieron daño?

«¡Nos atrapará para estudiarnos como fenómenos!».

«¡Nos pondrá en un tanque para ver si hablamos con los peces!».

«¡Nos cortarán en pedacitos y nos guardarán en frascos de vidrio!».

Desde hace un tiempo (durante los cuales fui forzada a hacer cosas que no deseaba, donde fui amenazada, atacada y encerrada), traía a mi memoria el comentario de Cleo, y como una canción se repetía una y otra y otra vez, como un método de tortura en la forma de pensamientos intrusivos ¿Y lo peor? Eran una realidad.

Emma, Cleo y Rikki sufrían, las encerraban, eran maltratadas, sometidas a experimentos, privadas tanto de su privacidad como de su libertad, expuestas al escrutinio de muchos ojos, cortadas... Eso, la imagen de ese horror ocurriendo a metros de distancia, todo eso era lo que me mantenía de pie y en constante movimiento.

No me perdonaría si algo malo llegara a pasarles. Nunca.

-Aún no -aún, esa era la palabra clave y; sin embargo, dejé escapar el aire que no sabía que había estado conteniendo y mis hombros se relajaron un poco-. Quiero decir, no estaban felices con nada de esto, eso es seguro, pero no parecían heridas.

Suspiré, por segunda vez, un poco aliviada.

- ¿Las ataron? -inquirí.

Nic negó.

-No llegaron a tanto -dijo-. Las chicas ni siquiera habían salido del estanque aún.

Espera, espera, ¿qué? Si no están atadas de manos o pies, significa que pueden usar sus manos, y si están dentro del estanque deberían ser capaces de hacer uso de toda el agua de allí para defenderse o atacar, ¡o ambos!, de ser necesario.

-¿Pero, por qué?

¿Por qué aún no han escapado?, pensé.

Supe que había hablado en voz alta cuando los chicos me miraron, extrañados. Pero, en serio...

¡Es más!, si las chicas quisieran podrían deshacerse de esas personas. Miré a Lewis, esperando que comprendiera y se mostrara de acuerdo, pero había una sombra cubriendo su rostro y la expresión en este era ilegible.

-Con sus poderes -dije, cuando Zane me miró con el ceño fruncido, con una mezcla de confusión y exasperación en su rostro, sin comprender a lo que me refería-. Ellas pueden contraatacar. -confesé y Zane me miró con los ojos abiertos como platos.

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora