Capítulo 78: Pollitas.

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Pollitas.

Aún seguía aturdida, enojada, indignada confundida e incrédula por la reciente conversación y las palabras de Nic se repetían una y otra vez en mi cabeza como una maldita canción

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Aún seguía aturdida, enojada, indignada confundida e incrédula por la reciente conversación y las palabras de Nic se repetían una y otra vez en mi cabeza como una maldita canción. "No" y "Alguien más me invitó al baile... y dije que sí".

-¡Hey! -Por lo que no me percaté que Lewis estaba detrás de mí, hasta que lo escuché hablar. Me detuve en el rellano de la escalera y lo miré-. ¿Pasó algo? -se adelantó un poco, colocándose a mi lado.

-¿Tan mal me veo como para que preguntes eso? -ironicé, sin una pizca de humor.

-Sí, terrible -lo miré, un tanto ofendida por el comentario. Él añadió con rapidez-. Quiero decir, parece como si fueses a -hizo un gesto con sus manos, como de algo cayendo de sus ojos. Con mis manos, intenté secar cualquier vestigio de lágrimas. No quería que las chicas me viesen así-... ¿Se trata de Nic? -curioseó.

-Creo que me odia. -solté, afligida, sintiendo como mis ojos amenazaban con llenarse de lágrimas, otra vez.

-¿Qué? -Lewis me miró, sorprendido y un tanto preocupado.

-Cada vez que toco el tema de Karl, siento como si luchara con él. Y siempre pierdo. Es ridículo, lo sé, porque Karl no está presente pero así es como se siente.

-Bueno, es lo normal -Lewis hizo una mueca-. Solo conoce la versión de la historia que su abuelo le hizo creer. No conoce nada más.

Exacto. Karl solo le reveló la parte de la historia en la que el salía bien parado y era la víctima. No le relató la versión de la historia donde era el victimario.

-El problema es que no quiere escuchar otra, ni siquiera la mía -mascullé, tras bufar con cansancio-. Bueno, de la señora Chatham -aclaré. Oh, espera, ¡eso es!-. Lewis -dije, mientras abría los ojos como platos-... creo que tengo una idea.

-¿En serio? Pues me alegra.

Él único problema es que tengo que buscarla, esa parte del plan me preocupaba y me fastidiaba en partes iguales.

Estaba por comentarle mi plan a Lewis, cuando recordé que ellos dos no estaban en los mejores términos en este momento y quizás Lewis no quería ni escuchar su nombre. Mientras me debatía si sería buena idea contarle o quizás no, noté, con sorpresa, que de hecho quien tenía peor aspecto entre nosotros dos, era Lewis. Tenía grandes ojeras y se veía un tanto pálido y cansado.

-¿Algún progreso... con tu proyecto misterioso? -verlo así me hizo recordar que estaba trabajando en algo, de lo que no había querido revelarnos mayores detalles y tan solo nos pidió muestras de cabello, uñas, etc (en realidad se lo pedía a Cleo, pero es igual) y quizás su aspecto agotado se debía a ello.

Lewis levantó su dedo índice.

-De hecho -hizo una pausa, en un obvio intento de generar suspenso-. ¡Esto te alegrará! ¡Vamos! -Lo miré, sin comprender a lo que se refería, pero no tuve tiempo de preguntar porque Lewis comenzó a subir los escalones a toda prisa y no tuve más remedio que seguirlo, intrigada, si quería enterarme de los detalles-. ¡Hola, chicas!

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora