Me reacomodé en el sofá, por tercera vez esa tarde, con evidente vestigios de incomodidad. Descansando mi sien contra los brazos y estirando hasta que mis pies por poco tocan el otro extremo, reanudé pasar de canal. Aburrido, repetido, nada interesante. Impresionante que un fin de semana no hubiera ni una sola película interesante rondando por la tv. Pasé una de detectives y me topé con un clásico. Titanic. Mi pulgar quedó inmóvil sobre la tecla y bajé la mano lentamente.
Tras permanecer cerca de una hora con los ojos pegados a la pantalla, no reprimí una amarga sensación en el estómago y que se me humedecieran los ojos. Me pasé una mano por los ojos, aclaré mi garganta y continué mirando. Más lágrimas y algunos gimoteos regresaron.
Es en estos momentos de vulnerabilidad que agradecía estar sola en casa. Llegados al clímax, y conociendo de antemano el final, decidí pasar de canal. Casi que me conformaba con alguna de romance muy rosa; donde todos vivieran felices comiendo perdices.
Ese tipo de historias todas románticas y sentidas eran demasiado dramáticas para mi gusto. Aunque, para ser honesta, no me eran indiferentes. Siempre me pareció increíble la forma en la que alguien enamorado se sacrificaba por esa persona "especial". ¿Qué clase de ser humano daría la vida por otro, para que viva un día más? Era poco probable, por no decir ficticio, pero no imposible... improbable era ser una sirena y... ciertamente yo era prueba de que sí era posible. Raro, pero posible.
Moví la cabeza negativamente. Vaya, ¿Desde cuándo yo quería vivir un romance idílico y cliché? Bueno, no pretendía razonar conmigo misma sobre aquello. Anhelar un cuento de hadas es ilusorio y por ende, poco propenso a hacerse realidad. Solo eran tonterías producidas por la ociosidad. Era por eso que detestaba estar sola conmigo misma; nada bueno salía de mi cabeza ociosa.
Finalmente apagué la tv y ubiqué el control remoto en un recodo del asiento. Soné mis huesos al tiempo que me estiraba a lo largo del sofá, para animar mi cuerpo y ahuyentar la inacción. Luego me incorporé, para lenta y perezosamente, ponerme en pie.
Sentí el frío de la madera contra mis pies desnudos en cuanto atravesé la sala vacía, luego en las escaleras. No paré hasta hallarme frente a la puerta de mi habitación. Giré la perilla y empujé hacia adelante.
Luego de una jornada ajetreada entre las clases y mi casa, agradecía el arribo del fin de semana. Lástima que mamá ahora es que tenía ocupaciones y le tocaba trabajar hasta tarde, por lo que sería imposible pasar un rato ameno con ella; quise entonces ir con papá pero estaba atendiendo un asunto importante en la clínica. Llamaría más tarde.
Entonces, durante toda la mañana y lo que restaba de la tarde, tocaba estar sola conmigo misma y con mis pensamientos. Sí, muchas reflexiones durante la mañana. Sin embargo, quedarme encerrada un día entero, no me era sano... ni atractivo. Podría, definitivamente estar haciendo algo más. De hecho sino fuera por mi cola, lo más seguro es que estaría surfeando sobre una gran ola o zambulléndome al mar. La idea, vista desde un nuevo punto de vista, sonaba tentadora.
Al entrar fui directo al armario, hurgando en él, en busca de ropa limpia que ponerme. Tenía blusas que ya no me servían por escaso uso, un par de vestidos cortos de tiras, y uno que otro biquini; pero me incliné por algo cómodo. Una remera holgada y unos jeans.
Lo mejor sería ir a la bahía, dar un paseo, recrearme con la vista. En cuanto no estuviera nadie cerca nadaría un rato, visitaría Mako.
Rápidamente tomé mi paño y me metí al cuarto de baño. Unos minutos más tarde, salí envuelta en una toalla y completamente seca. Era curioso ser una sirena. Una vez que cambiaba a mi forma humana era como si no hubiera pasado nada; físicamente hablando, volvía a tal y como era antes de mojarme, pero sí que había pasado ya que al cambiar me sentía refrescada y limpia.
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H2O, sirenas del mar; La Otra Sirena
FanficH2O, Sirenas Del Mar: La Otra Sirena... Kayla es una chica de 15 años que vive su día en las soleadas playas de Costa Dorada junto a sus mejores amigas Emma y Cleo... a diferencia de Emma que es sensata y responsable y de Cleo que es más bien ingen...